Universo

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Pasó una semana para que Jotaro le contara a su mejor amigo lo que había pasado. Todas las noches soñaba el suceso y en cada sueño el final era diferente. En uno se confesaba ahí mismo en la cafetería, en otro tomaba de la mano a Noriaki para luego ir a otro sitio más íntimo. En ninguno de esos sueños el huía, como lo había hecho en esa ocasión.

Todo eso le había contado a su amigo, los sueños, el beso, su creciente ansiedad porque Noriaki no le respondía ni mensajes ni llamadas, estaba desesperado. El francés le miró con desaprobación, no hacía falta decirle que estaba arruinado.

—¿Qué harás? —inquirió finalmente, al terminar de oír a su amigo.

—Todavía no sé. Ni siquiera sé si puedo arreglar esto.

—Tienes que buscar otra manera de arreglarlo.

No había opciones, al menos ninguna buena. Hasta que Noriaki accedió a responder sus llamadas. Jotaro prácticamente le rogó para que le diera una oportunidad, y el otro accedió. "Te veo el viernes, habrá una fiesta". Tomó apunte y pensó en una buena manera de arreglarlo. Algo debía hacer, tenía que hacer algo suficientemente bueno para demostrarle a Kakyoin que de verdad lo amaba.

Cuatro días estuvo planeándolo, nada iba a salir mal, nada iba a arruinarlo. Jotaro no asistía nunca a las fiestas y, sin embargo, ahora estaba ahí. Su gran complexión física y estatura llamaban mucho su atención, y el hecho de que no llevaba su inseparable gorra también. La negra cabellera, bien cortada y peinada, lo hacía parecer un príncipe. Noriaki lo miró desde lejos, tragó saliva y esperó. Jotaro se dirigía hacia él.

No le preguntó si quería bailar, pero era una clara invitación. Le tomó de la mano y fueron a la pista de baile, a Jotaro no le importó si los demás lo estaban mirando, tampoco si eran los únicos que lo hacían, él solo quería estar con Noriaki. Le pidió disculpas mientras bailaban, el pelirrojo solo se aferró al cuerpo del más alto, todavía sin responder. Tenía sentimientos divididos todavía.

Sus dudas se aclararon cuando Jotaro lo besó. Esta vez fue diferente, no hubo lágrimas ni huidas repentinas. Solo dos corazones uniéndose nuevamente.

— Quedémonos despiertos toda la noche. — sugirió Jotaro, cuando separaron sus labios.

— ¿Aquí, en la fiesta?

Jotaro niega con la cabeza.

—Tengo planeado algo especial para esta noche. —confesó. — En unas horas hay lluvia de estrellas, y aparte, hay un montón de cosas que quiero mostrarte, ¿te gustaría venir a ver conmigo?

— Estaré encantado de pasar el resto de la noche solo para compartir contigo ese momento.

— Te amo Noriaki Kakyoin. No podría explicarte cuanto he llegado a amarte en este tiempo tan corto. —tomó al chico por la cintura, acercándolo a su pecho.

— ¿Podrías intentarlo? Ya sabes, usando esos términos de la astrofísica que solo tú sabes usar muy bien.

El rostro de Jotaro dibujó una sonrisa, amaba que Noriaki le haga sacar esa parte de él y combinar sus dos cosas favoritas juntas en una sola.

— Te amo con la intensidad de la explosión de una estrella, con la fuerza de un cuásar, te amo tanto que, incluso si estuviéramos en universos distintos buscaría la posibilidad de estar contigo, aunque fuera solo por un segundo, aunque tuviera que romper las barreras del tiempo y del espacio.

— Es lo más bonito que jamás había escuchado en mi vida. — expresó llorando de alegría y besando levemente a su ahora novio. — De verdad no quiero separarme de ti.

Universe [Jotaro x Kakyoin]Where stories live. Discover now