||Me vuelves loco||

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El pavo cae al suelo y yo inmediatamente me monto sobre él y empiezo a pegarle puñetazos sin parar. Espero que no siga diciendo gilipolleces, porque entonces su jodida cara lo va a pagar muy caro.

-¡Tío para ya, lo vas a matar!-me grita uno de sus amigos. Y tiene razón. Le falta poco para quedarse inconsciente.
-Jungkook, p-por favor...V-vámonos-me giro para mirarle y veo que esta temblando y las lágrimas rozan sus mejillas. Mi-er-da.

Me levanto del regazo del puto cerdo ese, y voy directamente hasta Tae. Cuando llego a su altura, paso mis brazos por su cintura y le abrazo lo más fuerte que he puedo. Le acaricio la espalda para intentar tranquilizarlo, pero él sigue llorando desconsoladamente sobre mi hombro.

-Tae...No pasa nada ya, ¿vale? Estoy bien, y tú también. No te preocupes más por esos cabrones. Si te hacen algo se van a enterar de quién es Jeon Jungkook y de por qué todos los presos de la prisión de Alcatraz se saben mi nombre-le digo está vez acariciando su suave pelo azul. Él suelta una pequeña carcajada y se separa de mí.
-Vamos a casa.

Y eso hacemos. Me tiro todo el camino con mi brazo sujetando su cintura, porque sé que eso le da seguridad.
El hecho de que tenga tanto miedo de ir solo por la calle me hace tener mucha más curiosidad de la que tenía.
¿Le pasaría algo cuando era más pequeño?

-Coge unos pantalones de la mesita. Con esos dormirás más cómodo-sugiere cuando entramos a su habitación. Yo le hago caso y, cuando abro el cajón, mi sorpresa es realmente grande.
-No voy a ponerme eso.
-¿Por qué?, son bonitos.
-Bonitos los cojones. Son más feos que pegarle a un padre, ósea que imagínate-digo sin mirarle y tocando la tela de esos (horrendos) pantalones.

Cuando le miro veo que su mirada es triste y que su labio está temblando.
Cada vez estoy más convencido de que soy gilipollas.

-Nononono, Tae, era broma de verdad. Me los pondré. Me pondré los que quieras-termino aceptando, y él cambia radicalmente la cara. Suelta una carcajada y viene hacia mí.
-No iba a llorar porque me dijeras que mis pantalones son feos-sigue sonriendo, y empuja con sus manos sobre mi pecho para poder acceder al cajón-...Creo que los de Doraemon te quedarán bien-dice intentándose aguantar la risa. Me da los pantalones y se aleja hasta llegar a la puerta de salida-. Avísame cuando se pueda pasar-me sonríe, y vuelve a soltar una carcajada. Cierra la puerta y tiro los pantalones al suelo a la vez que me siento derrotado en la cama.
Si sigue comportándose así, le voy a comer la boca antes de lo que canta un gallo. Y lo digo en serio.
Me pongo el pantalón, y me miro al espejo.
Es ridículo. ¿Quién en su sano juicio se compra un pijama con la jodida cara de Doraemon en los cachetes del culo? ¿Quién coño hace eso?
Ah, Kim Taehyung.

-Ya puedes entrar-digo subiendo el volumen. Espero de brazos cruzados a que entre, y cuando lo hace, se tapa instantáneamente la boca con las manos y empieza a reír como loco.

Estoy intentado no sonreír, pero es que el sonido de su risa es música para mis oídos.

-Vale, me los voy a quitar-advierto, y él directamente para de reír (por lo menos lo intenta) y se acerca a mí haciendo azotamientos con los brazos.
-¡No no, por favor, déjatelo!, de verdad que te queda súper bien-me mira de arriba a abajo y se vuelve a colocar la mano en la boca.

Estoy teniendo el mayor episodio de vergüenza ajena de mi vida. No aguanto más. Suspiro y en un movimiento rápido coloco mis manos sobre la cintura del pantalón, y empiezo a bajarlos. Pero en cuanto empiezo a hacerlo, Tae alarga su brazo y sujeta mi mano con la suya para evitar que el pantalón caiga.
Hasta ahí nada raro, ¿no?
Todo es muy normal hasta que os digo que su jodida mano está muy cerca de mi entrepierna, y mi amiga se ha despertado y tiene ganas de jugar, así que mejor que aparte su preciosa mano de ahí si no quiere que ahora mismo le folle en su propio escritorio.
Cuando ambos nos damos cuenta de lo caliente de la situación, nos miramos, y él rápidamente aparta la mano. Se aleja mirando al suelo y se gira.

-Tu habitación es la de enfrente-dice señalando la puerta.

Joder, todo había quedado súper bonito hasta que ha decidido echarme de su habitación.

-Vale-contestó simplemente, y sin mirarle salgo de su habitación para entrar en la de invitados.

Cuando llego, me tumbo en la cama y me pongo a pensar en todo lo que ha pasado hoy, y en qué debería contarle mañana cuando nos levantemos. Pero estoy muy cansando, y mis ojos no aguantan más abiertos, así que me duermo.

-...
-Jungkook.

¿Qué...?

-Jungkook...,¿puedo pasar?
-Hmmm-hago un sonido de "afirmación" y me revuelvo en la cama.

¿Qué hora es? Miro mi móvil, que descansa en la mesita de noche. Las 5:15 de la madrugada. No he dormido ni media hora seguida.
El caso es que el chico azul está en frente de mi cama, con una almohada entre sus brazos. No se mueve y tampoco dice nada.

-Métete, que no te voy a comer.

Él me hace caso, y se tumba lo más alejado de mí posible. Qué bien. Me encanta la idea del "Tan cerca pero tan lejos". Me doy la vuelta, de manera que quedamos mirando hacia lados opuestos, cuando de repente, habla.

-Jungkook.
-¿Hmm?
-Abrázame cómo antes, por favor.

Y no puedo negarme a eso.
De hecho no me podría negar a nada que él me pidiera.
Paso mi brazo por su cintura, y lo atraigo hacia mi, haciendo que su espalda y mi pecho queden en contacto, y mi nariz disfrute del olor a paraíso que emite su pelo.

-Gracias-dice él, colocando su mano sobre la mía, que cae sobre su costado.

Me vuelve loco.

-...Me vuelves loco, Taehyung-susurro contra su pelo.
-¿Q-qué...?
-He dicho que me vuelves jodidamente loco.














Huuuola chicos!
A ver, el capítulo en sí no es gran cosa, y de hecho podía haberlo seguido, pero ésta me pareció una bonita manera de terminarlo.
Espero que os esté gustando, y repito, aún queda Save Me para rato💜💜

~•||Save me||•~KOOKV~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora