Compromiso

3K 279 19
                                    

Dedicado a @ZCReka

Capítulo 2: "El compromiso"

Hace miles de años que lobos y vampiros se encontraban en guerra. Sí, muchas razas habían tenido conflictos, cientos de ellos, pero eran pequeños roces que se daban cada cierto tiempo, ya sea por poder, territorio, riquezas o simples malentendidos. Pero estos pequeños problemas no eran nada comparado con la guerra sin fin que era la de estas poderosas razas: licántropos y vampiros.

Lo peor del asunto era que, en realidad, nadie estaba seguro del porqué esta guerra. ¿Cuál fue su inicio? ¿Cuál fue el detonante? ¿Por qué no simplemente firman un tratado de paz? Absolutamente, nadie tenía las respuestas. Existían cientos de rumores sobre esto; decían que el origen de todo fue poder, pero ambas razas eran lo suficientes poderosas, además de poseer uno de los más grandes territorios y riquezas. Otros opinaban que era por las diferencias entre ellas, que simplemente era la naturaleza quien dictaba.

En fin, esta guerra tenía miles de años de existencia, era una guerra fría y llena de muertes inocentes, ninguno de los bandos parecía querer darle fin, por lo que algunos decían que acabaría cuando las dos razas cayeran extintas.



El sol tímidamente lanzaba sus primeros rayos de luz, y en las afueras de la manada del este se divisaba a un gran grupo de lobos; los había de todo tamaño y colores, pero de entre todos se destacaba a un enorme lobo negro que iba a la cabeza, seguido de otros tres lobos que también destacaban, ya que no eran tan grandes como el negro, pero tampoco como el resto.

El lobo negro pudo divisar el gran muro que cubría a la aldea del este, la cual esperaba ansiosa la llegada de su líder.

Cada aldea o también llamada manada  era rodeada por muros de cemento o madera, esta servía para proteger a los cachorros y mujeres del enemigo por la noche, así, si los machos salían de caza o por alguna misión, tenían presente que dejaban a salvo a sus cachorros y hembras.

Las enormes puertas de madera se empezaron a abrir pesadamente, mientras cachorros curiosos asomaban las cabezas. Toda la aldea se amontonaba en la puerta curiosa y emocionada, era muy raro que el líder los visitara.

El grupo de lobos llegó e inmediatamente la gente armó un pasillo donde pudieran pasar, el primero en entrar fue el lobo negro. Todos y todas bajaban la cabeza en modo de respeto, los cachorros se le quedaban viendo, emocionados por el poder que imponía esa enorme figura.

En eso, un lobo llega corriendo, y bajando la cabeza, le informa:—Mi señor, es un gusto tenerlo en nuestra aldea. —Al no recibir respuesta, continúa—. Tenemos preparado alimento y lugar donde sus soldados puedan descansar, usted, y los demás alfas, pueden descansar en el castillo.

—Guíanos —ordenó el otro.

—Sí, mi señor-



Mientras tanto, un pequeño disfrutaba de un agradable sueño, tendido en un cómodo y caliente colchón hasta que algo, o más bien alguien, aterrizó en su estómago.

—¡Buenos días! —saludó un niño de trece años, rubio y de grandes ojos negros—, ¿cómo amaneciste?-

—Mal —contestó por lo bajo el peliblanco—, ¡porque alguien me destrozó el estómago! —le gritó mientras se alzaba, parándose y estirando los músculos.

El pequeño peliblanco no era otro que Claude Black de diez años, un peliblanco de ojos dorados. Tercer hijo del alfa de la manada del este, era el hijo de otra mujer, por ello el pequeño no era bien aceptado en la aldea. El niño rubio llamado James Armstrong, un poco mayor que él, era el hijo del beta de la manada y su mejor amigo.

Aullando bajo la misma lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora