Hafefobia // Lenku

8

Lunes por la tarde.

Se encontraban una aquamarina y un rubio en el patio trasero de la casa del último mencionado, estaban jugando a construir legos, ese era el pasatiempo favorito de los dos.

Len se notaba un poco más decaído de lo normal y obviamente su mejor amiga noto aquello.

-Lenana, ¿que sucede? ¿Estas bien?. - preguntó la pequeña.
-mmmmm, sabes, los miércoles ya no podremos jugar en la tarde. - decía decepcionado. - me metieron con otra psicóloga
-¡¿Enserio!? ¡Me alegro mucho! - decía la pequeña emocionada. - si, es una lástima ya no poder jugar, pero a mi me alegra que ya estés con otra psicóloga, el otro tonto no ayudo en nada. - dijo mientras hacía un tierno puchero en sus labios. - ¡espero que ella te ayude!
- Pero Mikunana, yo no quiero ir. - decía aún más triste.- no me siento cómodo.
- mira, si vas con tu mejor cara le pediré a mi mamá que nos haga unos muffins de banana, nuestros favoritos, ¿que dices? - decía la pequeña tratando de animar a su amigo.
-mmmmmm... Suena muy bien.

[...]

Miércoles por la tarde.

Len iba subiendo al coche mientras veía a su mejor amiga dándole ánimos desde el jardín de su casa, haciéndolo sentir más ánimos y subir con decisión al coche.
En el transcurso del viaje Len no despegaba la mirada de la ventana, nervioso.

Ya son varios los psicólogos que acuden, ninguno ayude en nada, tenían la esperanza de que esta sea la excepción.

Al llegar Len vio que era un consultorio pequeño, nervioso entró y se sentó en una silla en lo que esperaba para su turno.

Después de 10 minutos salió una chica de cabello color rosa mientras sonreía a su dirección.

-Hola buenas tardes, ¿son la familia Kagamine?. - los nombrados asintieron. - Buenas tardes, soy la psicóloga Luka Megurine, que pase Len, solo por favor.

Len a pasos inseguros y nerviosos se dirigió a la habitación donde la pelirosada mostraba.

El daño ya está hecho, ¿se podrá remediar?

Jelou.
Este capítulo no puede estar más kk porque en verdad no se puede.
Dios, espero que no les aburra mi historia.
Eso si, lo bueno está por llegar.
¿Habrá un culpable?