Cuatro.

7.3K 1.1K 166
                                    

Luego de haber hablado con SeokJin por WhatsApp, arreglamos un día de perfectas condiciones climáticas para nuestra salida.

Me vestí de manera casual para la ocasión y arreglé un poco mi cabello, miré la hora y me maldije por dejar todo a último minuto.

La cercanía del local, era un té de tilo para mi mente. Me coloqué algo de perfume y luego de tomar dinero salí, prácticamente corriendo de mi apartamento.

Alejé mis musculos de la tensión al percibir el característico petricor como vestigio de la temporada de lluvia. Caminé hasta la cafetería, con mis manos dentro de los bolsillos de mi saco, observando las anaranjadas hojas que todavía permanecían en los árboles.

Al encontrarme parado frente a la puerta de la tienda, entré sin pensarlo dos veces. Busqué a Jin con mis ojos, ya que era un lugar pequeño, y no había demasiadas personas. Amaba los lugares tranquilos.

Me senté en la primer mesa libre que vi, sin despegar mi mirar de la puerta de cristal, tratando de ignorar el encantador olor del Macchiato.

Una cabellera morada sobresalía entre las tres personas que entraron, al ver su rostro, sin gafas, admirable a su belleza, mi corazón se aceleró y podría jurar que mis ojos se hicieron más brillantes.

-Lamento hacerte esperar. - Sonrió.

-No estoy aquí hace mucho, no lamentes nada. - Tomó asiento frente a mí. Su nariz rojiza por el frío le daba un aspecto adorable.

-Me alegra escucharlo. ¿Ya has ordenado algo? - Se quitó la bufanda y suspiró, echando ese vaporcito en mínima cantidad que rápido el calor se encargó de eliminar. Luego observó por encima la carta.

-Aún no, ¿por qué no traes gafas?

-Son solo de lectura. - Me sonrió y miró al camarero que se acercaba con amabilidad y un aura pacífica a la mesa.

-¿Qué van a ordenar?

-Yo quiero un té rojo y una medialuna, por favor. - Habló primero él, entregándole el menú al camarero, quien anotaba su pedido en la libretita.

-¿Y usted? - Me miró y me di cuenta de que no pensé en nada.

-Ehh... Un café americano, por favor. - Rasqué mi nuca y sonreí.

-Ahora se los traigo. - Anotó lo que pedí y se fue a paso rápido. Miré a Jin, sonriendo al ver que observaba con detalle el lugarcito, jugueteando con la joya en su dedo.

Recordé el detallito al volver a verlo, suspiré y focalizó su mirada en mí.

-¿Estás cansado?

-No. Simplemente, no es nada. - Sonreí leve, no se me ocurrió ninguna excusa.

-Me gustan este tipo de sitios, gracias por invitarme.

-Cuando quieras.

Comenzamos a hablar de nuestras vidas privadas una vez nos trajeron las bebidas. Gustos y pensamientos eran nuestro tema. SeokJin tenía un carácter muy calmado y sus gustos encajaban perfectamente con su personalidad. Era gracioso, a pesar de usar chistes no muy modernos. Su perspectiva del mundo, cada mínimo detalle tenía un significado para él. Kim SeokJin, simplemente era encantador.

El Chico de la Biblioteca || NamJin.Where stories live. Discover now