- ¡Koko! - La voz cantarina de Yerim se escuchaba del otro lado de la puerta.
- ¡Dónde estás Koko!

Irene se lavó la cara rápidamente y se secó con el pañuelo que llevaba en el cuelllo, no había más rastro de sus lágrimas pero sus ojos estaban ligeramente rojos.
La pelinegra quitó el seguro de la puerta y salió del cuarto de baño para encontrarse con la pequeña, quien extendía sus brazos para ser abrazada.

- ¡Koko, vamos a comer pastel!

Irene la levantó en sus brazos y se dirigió a las escaleras, quizás le leería un cuento en su habitación.

- Es muy tarde para comer pastel y no creo que a tu papá le guste la idea.

Estaba por subir cuando apareció Sehun hablando por teléfono, Joohyun se dió media vuelta para ir a la sala, no lo quería ver.

- Estaré allí en una hora. - se había despedido y después de colgar la llamada siguió a la pelinegra. - Irene, sé que trabajas hasta las siete pero necesito un favor..

Ella se dió la vuelta y entonces Sehun la vió, su rostro tenía pinta de haber llorado y se sintió más que responsable por eso.

- ¿Qué es?

- Eh... Debo ir al restaurante a inspeccionar una entrega de comida que es para mañana, me temo que tomará gran parte de la noche y quisiera saber si podías cuidar a Yerim en mi ausencia, sólo por esta noche.

- Seguro. - Su respuesta fue simple y siguió su camino escaleras arriba sin decir más.

Sehun se había ido hace una hora, no sin antes dejar las recomendaciones correspondientes en caso de emergencias. Ya era la hora de dormir y la habitación de la bebé se encontraba con las luces apagadas y las dos chicas estaban dentro de una casa de campaña iluminada con lamparitas de libélulas. Yerim había insistido en que durmieran ahí en lugar de su cama y a Irene le era difícil negarse.

- Te quiero Koko. - dijo de repente la niña, tenía los ojos cerrados desde hace un rato e Irene pensó que estaba dormida, le quitó el cabello de la cara y besó su frente.

- Yo también te quiero bebé.

[...]

Sehun conducía hacia la casa de Luhan, tenía un tiempo que no lo veía y necesitaba hablar con alguien urgentemente, se sentía horrible por haberle hablado de esa forma a Irene.
La situación en el restaurante podía esperar.

- ¡Woah! Pero a quien tenemos aquí, el gran Oh Sehun magnate hombre de negocios. - Le recibió el castaño.

- Cómo has estado Lu. - Él entró a la casa con prisa y angustiado.

- Desempleado, sin novedad. - Luhan revolvió el cereal que tenía en las manos
- ¿A qué se debe el milagro?

- Necesito ayuda. - estaba más que nervioso y Luhan se dió cuenta de inmediato.

- Si hablas de cuidar a Yerim, paso. - Aclaró el castaño comiendo de su cereal, sabiendo muy al fondo que esa no era la razón.

- No es sobre ella, es alguien más. - Sehun se cruzó de brazos con incomodidad, sin saber cómo empezar, pronto recordó las cosas que había dicho y se llevó las manos a la cara.

- Una mujer quizás. - Bromeó el castaño, pero al no escuchar respuesta por parte de su amigo se exaltó. - ¿ES UNA MUJER?
¡Dios mío! pasa, pasa al consultorio del psicólogo Luhan. - El castaño le dió palmaditas en la espalda indicándole que pasara a la sala de estar.

IRENE  ❪  OH SEHUN  ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora