- No lo discuto.

Harry toma al bebé y lo acomoda entre sus brazos para que yo pueda comer.  El viaje en el tiempo me provocó bastante hambre. Noto como mis padres hablan entretenidamente y con grandes sonrisas. Lo de ellos siempre ha sido amor a primera vista, no importa el momento en el que se conozcan. Por otra parte, Lily habla con su futura suegra, que por la cara de James sospecho que están hablando sobre él. Draco es quién más me sorprende al interactuar con su hijo, ignorando por completo a los otros Malfoy. Sé que vamos por buen camino.

Una hora más tarde, los sillones vuelven aparecer y el libro se posa en las manos de mi madrina.

- Quiero leer el próximo - nos avisa.

- Pero...

- El siguiente, es el primer partido de Quidditch - le aviso a James para que no proteste y parece funcionar bastante bien.

- Capítulo cuatro: Halloween.

- Por sus caras, cuarteto de oro - nos dice Dumbledore - La paz se termino en el capítulo anterior.

- Posiblemente, sí - les dice Hermione.

Septiembre y Octubre, pasaron volando en un parpadeo, por así decirlo. Nos habían dejado demasiado deberes que intentamos no acumular. Me puse ayudar a ambos, ya que a Ron le costaba y Harry tenía menos tiempo a causa de su entrenamientos de Quidditch. Papá le envió una carta para felicitarlo, luego de que le contara. 

- Fue un lindo gesto, gracias Fraddy - le dice su amiga.

- Es mi sobrino Lily, no tienes que agradecer nada de lo que vaya hacer por él.

Lo único raro, para no decir peligroso que nos paso, fue cuando las escaleras se movieron a su voluntad y por mala suerte terminamos del lado derecho del tercer piso, donde claramente esta prohibido. Íbamos a regresar por donde vinimos, pero apareció la maldita gata Filch y no nos quedo otra más que correr para no ser atrapados, intentamos encerrarnos en la primera puerta que vimos, pero estaba cerrada; era una suerte de que fuera curiosa y haya leído tanto libros, utilice el encantamiento de "Alohomora" y en segundos ya estábamos del otro lado.

Nos dimos la vuelta y vi, claramente, lo que reguardaba esa habitación. Durante un momento, pensé que estábamos en una pesadilla: aquello era demasiado, después de todo lo que había sucedido.

Estábamos mirando directamente a los ojos de un perro monstruoso, un perro que llenaba todo el espacio entre el suelo y el techo. Tenía tres cabezas, seis ojos enloquecidos, tres narices que olfateaban en dirección a nosotros y tres bocas chorreando saliva entre los amarillentos colmillos.

-¡¿Pero qué rayos hacia una bestia así en el castillo?! - grita mi madre y las demás mujeres compartían sus dudas.

- Ya lo sabrán - se anima a decir Harry.

- Un perro de tres cabeza... ustedes están dementes - comenta Sirius.

- No sabíamos que eso estaba ahí, de lo contrario no hubiéramos entrado - le dice Ron.

Estaba casi inmóvil, con los seis ojos fijos en ellos, y supe que la única razón por la que no nos había matado ya era porque la súbita aparición lo había cogido por sorpresa. Pero se recuperaba rápidamente: sus profundos gruñidos eran inconfundibles.

Recuerdo que abrí la puerta. Entre Filch y la muerte, prefería a Filch. Fue una suerte que no estaba del otro lado. Con los chicos comenzamos a correr hasta que llegamos a la sala común de Gryffindor, con la adrenalina corriendo por nuestras venas. Luego de que nos habíamos recuperado del susto, habíamos hablado un poco del tema y recordé que debajo del perro gigante había una especie de trampilla porque, seguramente, custodiaba algo importante. Harry nos contó de que tal vez fuera el pequeño paquete que Hagrid recogió en Gringotts.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now