CHICA MALDICIÓN

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Me acuerdo la primera vez que hable con Leidy, estaba en el parque de Rolaes en el Norte de la Capital, para ese entonces solo me preocupaba la salud de mi abuelita. 

La vÍ en una tienda de ropa juvenil, mientras paseaba a mi perro por el parque "MARCUS", la verdad es que mi corazón Y mi alma, estaban en un sueño profundo, lleno de obstáculos y alimañas, pero no importo pues aunque ellos no querían despertar mi cuerpo la deseaba como si fuera vital para él. como si la sangre de mis brazos estuvieran inquietos por solo su ambiente. ella había repentinamente dañado todo mi sistema circulatorio. 

—Hola.

—¿ Hola?

— Quizás no me conoces, pero me pareces muy linda.

— Gracias.

— ¿ Quieres ser mi novia?

— Tu dijiste que no te conozco, porque crees que debería ser tu novia.

— Por la misma razón que no te conozco, y quiero conocerte.

— No te entiendo chico.

—- ¿ Por qué las mujeres no entiende simple y puramente? A ver, dime cual es tu película favorita.

— Te va ha parecer tonta, pero me gusta la sirenita.

— Si bien es cierto que, tuviste que verterla por primera vez para que te gustara, también es cierto que si no la hubieras visto, pues no seria tu película favorita.

— Yo lo sé pero ¿ a donde quieres llegar?

— Tienes razón al dudar en aceptar ser mi novia, pero no seria razonable pensar en rechazar mi propuesta por el único motivo de que no me conoces, porque así como no conocías la sirenita tampoco me conoces a mi en este momento, luego no puedes saber si te voy a gustar o no, pero te puedo asegurar que puedo llegar gustarte si te animas a PROBAR, si deseas saber, si te mata la curiosidad, porque nadie nació sabiendo que le gustaba o no, entonces te pregunto ¿ te gustarías salir conmigo esta noche?

— humm

— excelente paso por ti a las 8:00 pm.


Este capitulo comienza una tarde de verano, estudiando en mi casa  con Leidy sobre un tapete artesanal blanco, mirando unos ojos negros, un bolígrafo Azul y una pregunta idiota.

—¿ Puedo darte un beso?,—heee

--No seas tan intenso, hay que estudiar para mañana.

—Lo sé, pero no puedo concentrarme cuando veo tu cara.—entonces, ven quédate quieto.

—¿Qué piensas hacer? —no preguntes y cierra los ojos.

—Listo, ya puedes abrirlos. —!qué demonios es eso!

—¿ no me dijiste que no te podias concentrar, porque veías mi cara?

—Si, pero no me refería a que te pintaras la cara de payasa.— ya me puedes dar el beso.

—me voy a ensuciar con la pintura.— bueno entonces no me beses, tal parece que ya se te quito las ganas de besarme, así tu te concentras y yo no me preocupo por ti mañana en el examen. — los dos ganamos ¿no?

Mi mamá me llamo, ella estaba en la otra habitación donde se encontraba la sala de descanso, me levante le dije a Leidy,— espérame ya vengo, mi payasita.—okey dale amor. —dime madre que necesita. — Jonathan me puedes decir ¿qué es esto? —madre de que hablas es mi pantalón.—no eso, lo que esta dentro del bolsillo.

AMAR HASTA  LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora