Dulce Sabor a ti (Miley Cyrus & Justin Bieber) Jiley |HOT|

Capítulo 38.

No One's POV

La mesa estaba lista. Pero todos se encontraban confundidos, pues Tish aun no quería empezar a cenar.

—¿Esperas a alguien más? —pregunta Jeremy al ver que su esposa no había tocado nada.

—Si. Espero a mi hija.

—Tish entiendo que la quieras ver, pero....

—Miley vendrá Jeremy. Me lo prometió.

Jeremy sonríe, mira hacia su hijo quien se encontraba muy serio sentado sobre un sofá, luego se levantó dirigiéndose hacia arriba.

—Tish no quiero presionarte pero.... —dice Caitlin pero fue interrumpida por el timbre.

Tish suspira, mientras que lágrimas se acumulaban en sus ojos. Ella corre hacia la puerta y siente que el aliento se le desvanece al ver a su hija de nuevo, despues de lo que parecía una eternidad.

—¡Mi amor!

—Mamá.

Ambas se abrazan fuertemente, llorando juntas de felicidad.

— No vuelvas hacerme esto, porque te mato.

Miley se ríe entre las lágrimas.

—No, no te preocupes.

Tish mira hacia su vientre y abre los ojos en asombro.

—Miley ¿estás embarazada? —Miley solo puede contestar con la cabeza, pues un nudo se había formado en su garganta— ¡no lo puedo creer! Dios —ella abraza a su hija nuevamente, luego acaricia su vientre— ¿quién es el pa....

—Buenas noches —saluda Josh.

Tish alza la mirada hacia él, luego de nuevo hacia el vientre de Miley. Pero antes de que ella pudiera hacer preguntas, Jeremy los interrumpe.

—Miley.

El también corre hacia ella y la abraza. Pero rápidamente pudo notar lo que se pronunciaba de su vientre, el cual usualmente era plano. Después de varias preguntas, preguntas que Miley se negó en contestar, todos se sientan en la mesa, el único que faltaba era Justin.

Miley POV

¿Donde está? ¿Acaso no vino?

—Con permiso —dije parándome. Al ponerme de pie, todos miraron hacia mi estomago, incluyendo a Caitlin, quien me miraba con odio y ¿envidia?

Caminé por el pasillo, pero decidí subir hacia arriba hasta mi viejo cuarto. Antes de entrar volteé hacia la habitación de Justin y suspiré. Mi cuarto aun estaba como lo había dejado 5 meses atrás. Todo estaba en su lugar, como si el tiempo allí se detuviera. Caminé lentamente, buscando por donde encender la luz pero antes de hacerlo, pude notar una figura sobre mi cama.

Era Justin quien se encontraba boca abajo sobre mi cama. Abrazaba con fuerzas a el oso de peluche que me había regalado semanas después de mi regreso.

Sentí como mi alma se estremeció. Mi corazón parecía detenerse, mientras que la sangre en mis venas parecían pulsar de alegría, de emoción, de amor.

Me acerqué cuidadosamente, poniéndome de rodillas frente a la cama y frente a Justin. Sentí como mis ojos se humedecían. Subí una mano lentamente, acariciando su mejilla con ternura.

—Justin.... —sururro.

Justin POV

Al escuchar mi nombre, el cual provenía de la voz inolvidable e inconfundible de mi amada, solté un leve gemido sin abrir los ojos. Mi rostro al igual que el resto de mi cuerpo empezaron a temblar, a punto de soltar en llanto.

—Mi amor mírame —no aguanté más y empecé a llorar— mírame Justin.

Abrí los ojos despacio, llorando aun mas fuerte al ver el rostro de Miley.

—Miley —ella alza su cuerpo un poco y así ambos llorábamos y temblábamos, abrazándonos con fuerzas— No lo puedo creer Miley, ¿por qué te fuiste? ¿por qué me dejaste preciosa? sabes que no puedo vivir sin ti.

—Justin —susurra

Después de varios minutos de sollozos y estar aferrados, me despegué un poco de ella, buscando su mirada ante la oscuridad. El cuarto se alumbraba únicamente por la luz de la luna que entraba por las ventanas., lo suficiente para poder ver perfectamente su rostro.

—Miley no quiero separarme de ti, no puedo estar sin ti.

—Justin....

—No me digas nada por favor, yo sé que estoy casado con Caitlin pero créeme que lo nuestro es solo de apariencia, yo....

—Justin cállate y bésame.

Tomé su rostro entre mis manos, acercándome a sus labios lentamente.

—Te amo —nuestros labios se unen en un beso estremecedor y apasionado, atreves de ese beso, ambos soltamos todo ese amor y toda esa pasión que por meses guardaban nuestras almas. Miley toma mi mano, y la desliza despacio por su pecho, luego más abajo hacia su cintura, después hacia su vientre. Dejé de besarla poco a poco, abriendo los ojos— Miley.... —mis ojos rápidamente se llenan nuevamente de lágrimas.

—Sientes eso, lo sientes mi amor —detuve la respiración y de pronto sentí como algo pateaba levemente mi mano. Solté en llanto— es lo mas hermoso, es nuestro, es tuyo.

La aferré con todas mis fuerzas, con cuidado de no hacerle daño. No podía percibir tanta felicidad.

—Te amo, te amo preciosa —la besé una y otra vez en los labios, en el rostro y el cuello. Sentía unas ganas inmensas de jamás dejarla ir, de comérmela a besos, de hacerle el amor— quiero estar contigo Miley, necesito tenerte a mi lado.

La besé tiernamente en los labios, acariciando la piel de su rostro, luego su cuello, hasta llegar a sus pechos, donde lentamente le desabotoné la blusa. Después de sacarle la blusa contemplo su cuerpo, enfocando la mirada sobre la hermosa creación que ambos hicimos con tanto amor.

—Joder cuanto te amo —acaricié su vientre, luego procedí en darle pequeños besos— aquí amor mío, aquí esta la prueba de que nuestro amor es único.

Subí lentamente, hasta llegar de nuevo a sus labios. Una corriente de fuego explotó en nuestra almas, encendiendo la pasión y sacudiendo nuestros cuerpos. Entre más besos apasionado y caricias tiernas y cuidadosas, ambos quedamos desnudos.

—Justin te amo.

—Eres mía.

Me fundí completamente en ella, amoldando las caderas hacia su vientre. Nuestros cuerpos navegaban a un mismo ritmo. Los gemidos de Miley se mezclaban con mis jadeos, yendo al compás de nuestra entrega y de nuestras almas. Conducía vibrante entre sus piernas, intentando llegar a lo mas profundo de su ser. El cielo parecía acercarse como un sueño magistral con cada rozo.

—Quiero sentir tu cuerpo, tus manos —clava sus uñas en mi espalda, sintiendo como olas de placer se estallaban en su interior— quiero sentirte mío, así tan dentro de mi —murmura en mi oído, con palabras entrecortadas, al ritmo de su coño y de mis delirantes movimientos.

—Miley preciosa, te amo.

Un placer indescriptible parecía llover sobre nuestros cuerpos como estrellas. Inundé su ser como un portador de vida, segundos después explotó junto a mí en un orgasmo desgarrador, sacudiendo nuestros cuerpos, y dejandonos a ambos en un éxtasis inimaginable.