Le vie en noir

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Ya era el gran día. Para ella, un día inolvidable y atiborrado de entusiasmo para su pequeño ser. Para él, el día del juicio final, el cataclismo; el súmmum en su vida. Dos perspectivas diferentes que, desafortunadamente no parecían unilaterales. ¿Acaso no parecía ser el comienzo de un futuro ambiguo e incierto?

La maquillista añadía finos detalles al rostro de Ochako, con la intención de dejarla preciosa para su futuro esposo; no parecía requerir gran cantidad de maquillaje, definió al observarla. La chica de ojos y cabello chocolate parecía ser muy joven para contraer matrimonio y bastante feliz como para atormentarse en uno, aunque la chica decidió no comentar nada, sabía que Ochako no necesitaba algo francamente ostentoso ni su obstinada opinión, ella lucia muy... ilusionada.

— Parece que esperabas ansiosa por este día —decidió expresar amistosamente la chica.

Ochako se ruborizó.

— No exactamente —contestó y la artista de maquillaje la observó con curiosidad, ésta añadió—. Es decir, fue repentino. Sabía que algún día ocurriría, o tal vez... ya sabe. Me gusta pensar que será algo sorprendente.

Se le notaba lo nerviosa hasta al hablar.

— Es una puerta a una vida en pareja eterna —sonrió comprensivamente la mujer—. Ocurrirán miles de sucesos, tanto buenos como malos, y es tu deber como parte de ser pareja que sepas afrontarlos y tener la paciencia necesaria... siempre tener paciencia y buenos sentimientos.

— Pienso lo mismo —razonó Ochako sonriente, mientras retocaban suavemente sus cejas, sonrió aún más al decir lo siguiente—. Bakugou es... un chico difícil. Pero siento que vale la pena todo lo que está sucediendo.

— ¿Así que vale la pena cuando él demuestra su amor? —curioseó estremecida, conocía a ese hombre por rumores y demás, era difícil imaginar a ese individuo diciéndole a esa dulce jovencita una palabra tan fuerte como "te amo".

Ochako pareció turbarse debido a una razón desconocida, pero intentó componer su postura.

— J-Jamás... él jamás... —intentó decir nerviosamente, imaginarlo le crispó la piel—. Nunca lo ha dicho...

— Él parece ser el tipo de chico que sabe perfectamente sus sentimientos más sin embargo no los expresa —le animó.

Ochako sonrió ligeramente, se vio al espejo en cuanto la chica terminó su trabajo con ella, abrió los ojos de par en par al no reconocerse. Admitía que se veía bien, ¿qué podría ser lo que pensaría él...?

Esperaba un pequeño resultado positivo, aunque ella no insistía realmente en nada siempre, esta vez parecía haber cierta ilusión en sus expectativas a futuro.

[...]

— ¡Wooooow! ¿Quién es ese guapísimo hombre que estoy viendo? ¡Estás que ardes! —soltó un animado pelirrojo con matices de burla al reconocer a su mejor amigo en una poco habitual apariencia—. ¿Cómo es que han podido combatir con ese cabello tuyo taaaaaan rebelde?

— Calla la boca imbécil, estoy concentrado —contestó Bakugou intentando ajustar su traje, sin perder detalle alguno de la perfección que lo caracterizaba. Él siempre buscaba lo mejor de lo mejor.

Ambos jóvenes escucharon la puerta abrirse nuevamente, ya que Kirishima había sido el último en ingresar al pequeño salón.

— ¿¡Y este gran milagro del cielo!? —saludó otro rubio de muy buen humor, en cuanto observó a Bakugou se le vino la boca hacia abajo—. ¡Heeeeey! ¡Tú sí que te tomas en serio esto! Siempre guapo ¿eh?

— ¡Lo mismo he pensado! —atinó a decir Kirishima, soltando una carcajada—. Este hombre va en serio, y en serio en todo sentido.

— ¿Listo para dejar bien enamorada a tu prometida? Estás con todo amigo —guiñó un ojo y dio su aprobación, se notaba que deseaba morir ese día.

EngagedWhere stories live. Discover now