Cap. 19

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~Central City~

Central City, un lugar muy distinto a la ciudad donde creció Mia y que ella misma detestaba, no solo por ser muy alegre –cosa que no era muy fan Mia- si no por el hecho que en esa ciudad se destruyó su felicidad

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Central City, un lugar muy distinto a la ciudad donde creció Mia y que ella misma detestaba, no solo por ser muy alegre –cosa que no era muy fan Mia- si no por el hecho que en esa ciudad se destruyó su felicidad. Su vida en familia. Su infancia. 

El camino hacia Central City fue largo para Mia, se encontraba  incomoda estando tan cerca de Kara. ¿Cómo tratarla después de tantos años? ¿Cómo hablarle cuando sigues culpándola de la muerte de su padre.? Por todo esto evito cualquier contacto con ella, aunque Kara se mostraba con intenciones de acercarse a charlar. Pero aún más incómoda la tenía Owen. Estar tan cerca pero a la vez tan lejos.
Durante el camino echo una ojeada hacia donde estaba el ojiazul, su perfecto rostro de color nieve le daba una paz indescriptible y sus labios rojizos eran tan irresistibles que hacía que cualquier chica se volviera loca, en especial a ella. A todo esto,se hizo prometer que no iba a volver a casa sin antes hablar con él.  Se debían una buena charla.

Tras bajar de la camioneta Mia se encontró  enfrente a los laboratorios Star, aquella "guarida" que usaba el equipo Flash y que actualmente solo se usaba como museo. Aunque en ocasiones especiales -como era ese caso- seguía cumpliendo su función de escondite para el equipo Flash.
Lo primero que noto Mia es que su arquitectura era mucho mas grande a lo que se imaginaba cundo su madre le contaba historias de cuando ayudaba a Flash.
Tras dar unos cuantos pasos llego a la gran entrada. Mia se topó con algo que no esperaba, algo que la hizo tambalearse y que ocasionó que Owen la tuviera que sujetar para que no se cayera.
Una gran estatua de su padre decoraba la entrada a los laboratorios, Mia observó con admiración cada detalle; el traje, el arco, su rostro, todo era igual a como lo recordaba. Sin darse cuenta se zafó del agarre de Owen y lentamente se acerco mas a la estatua. William le agarró la mano acompañándola. Su hermano también estaba tan conmovido como ella. Bajo la vista y con algo de dificultad ya que tenía la voz quebrada leyó la placa que le acompañaba:

"Héroe de Star City y del mundo.
Gracias a su valiente sacrificio se pudo vencer la Crisis del año 2024.
Green Arrow"

- Mia... ¿Estás... Estás bien?- Pregunto Owen preocupado.

- Por supuesto.- Le respondió, aunque no sintiese que esas palabras eran suyas.
Ella no estaba bien. Rápidamente se seco sus lágrimas borrando cualquier rastro de dolor y se giro quedando enfrente de Owen.
Detrás de aquellos ridículos lentes negros que tenía puestos sus ojos se asomaban con aquel característico azul que ella amaba. Su mirada la analizaba con atención y cuando los dos se miraron mutuamente él le sonrió con complicidad. Por un momento se dejó llevar por aquella ola de sentimientos que no sentía desde hace tiempo, pero no era momento para caer en ese cruel sentimiento llamado amor. Debía volver a la realidad.

- Será mejor que vayamos a donde están los demás.- Indicó apartándose de Owen.
Kara lentamente camino hacia el pasillo que conectaba el hall con los laboratorios para reunirse con el equipo flash, tras de ella la seguían sus dos hijos. Por otra parte, William salió de su trance que tenía y siguió a los demás con paso apurado para no quedar atrás.
Mia fue la última. Miro de reojo la escultura por última vez y se encaminó a donde seria el punto de reunión.
A mitad de caminó su teléfono empieza a vibraba en el bolsillo de su campera de cuero negro, con torpeza lo saca y mira la pantalla para ver de quién se trataba.
Ocho llamadas pérdidas de su madre. Fijo su vista en un punto de aquel pasillo interminable de color gris que la envolvía en una sensación de soledad que recorría todo su cuerpo estremeciéndola, un poco mas allá la voces alegres de los demás inundaban todas las instalaciones y eso le irritó. La hacía sentir excluida, olvidada en el tiempo.
Ya cuándo se decidió en contestar ya era demasiado tarde, el teléfono había dejado de sonar, pero no iba a esperar a que volviera a llamar. Buscó rápidamente el número de su madre y le marcó, al segundo tono ya sintió la voz atropellada y enfadada de Felicity.

Olicity Where stories live. Discover now