- Sé que no tengo que meterme, pero Dani me comentó que estaba teniendo problemas para ... ya sabes - su actitud se tornó un poco incómoda - y bueno, hoy con lo del cuello y tu comentario de la espalda ... no sé cómo preguntar esto sin que suene mal.

- ¿Quieres saber si ya pudo? - Poché rió con ternura al ver lo conflictuado que estaba el chico.

- Sí - asintió avergonzado - o sea ... no ... no debería interesarme, pero es Dani y tú sabes lo que significa para mí, solo quiero que esté bien y sé que eso la tenía muy preocupada y por eso hoy que Ernesto te molestó pensé de inmediato en eso y enton-

- ¡Pipe! - la peliazulada se carcajeó y lo tomó por los hombros - Ella está bien.

- ¿Me lo prometes? - la miró con el alma en los ojos.

- Te lo prometo.

- ¿Y si deja de estar bien prometes decirme?

- Te lo prometo.

- Solo quiero que sea la Dani de siempre - Felipe miró hacia abajo - y sé lo egoísta que suena eso, pero lo único que quiero es que sea la misma que se despidió de mí antes de que se fueran a Groenlandia.

- Oye, no es egoísta que quieras que vuelva a ser la de antes - María José se tragó las lágrimas al ver los ojos vidriosos del chico - ella también quiere ser la de antes y creo que lo está logrando, lento pero seguro. Pasar estos días contigo le ha servido un montón Pipe, Calle te adora y me doy cuenta de lo bien que le haces ... y está bien que estés preocupado y que te desespere la situación, lo entiendo mejor que nadie, pero no dejes que ella te vea así ¿Ok?

- Tienes razón - Pipe se secó una lágrima antes de que pudiera caer - perdón, no debería hacerte esto más difícil.

- Oye - Poché le tomó el rostro con cariño - hablarlo nos sirve a los dos y solo contigo tengo la confianza de hacerlo, así que no te disculpes.

- Está bien - el chico esbozó una pequeña sonrisa y sacó su celular - ¿Me tomas una foto abrazando un árbol?

- ¿Qué? - la peliazulada se carcajeó y tomó el aparato.

- No pude enamorar a una de las Calle, pero todavía me queda la otra - Felipe rió con fuerza - y esa otra se va a derretir de amor cuando vea esta foto.

El chico puso los brazos alrededor del pino, miró hacia arriba, cerró los ojos y sonrió. Poché tomó la foto y le entregó el celular.

- Ahora ayúdame a escribir algo que haga que se quiera morir.

- Solo porque en serio quiero que Juli se enamore de ti - la chica le quitó el teléfono de las manos.

F: [Archivo adjunto]
Si todos somos energía y todo lo que nos rodea también lo es, entonces espero que la energía del universo te haya hecho sentir este abrazo. Te extraño.

- ¡Eres una genio! - Pipe la abrazó y la levantó con emoción.

- ¡Bájame! - Poché pataleó entre risas - Si para estas no te hubieras acostado con ella te juro que ese mensaje era pase directo a su cama.

- ¿A la cama de quién? - Natalia preguntó sin entender - ¿Qué tanto hablaron mientras no estaba?

- ¡Mira el mensaje que Poché le mandó a Juliana! - Felipe le mostró casi extasiado.

- Estás loco - Nati se carcajeó - mejor volvamos a la pista, yo creo que Calle ya debe haber bajado.

Caminaron de vuelta a la parte de los andaribeles, se quitaron las raquetas de los pies y esperaron a ver el atuendo amarillo brillante de Daniela.

- Ahí viene - Pipe señaló una mancha similar a un pollito bajando por el último tramo de la pista.

Calle se deslizaba por la nieve como si fuera algo que hacía todos los días. Su cadera se inclinaba con expertiz de un lado a otro levantando una capa fina de nieve con el movimiento y Poché quedó hipnotizada. La seguridad con la que la morena se movía le provocaba a la peliazulada algo que no lograba decifrar del todo.

Daniela frenó en seco frente a sus amigos y se sacó el casco con cuidado. Poché pudo jurar que el tiempo se detuvo y el pelo de su novia cayó en cámara lenta como en las películas. No fue hasta que Dani habló que volvió parcialmente a la realidad.

- ¿Cómo les fue? - preguntó la morena.

- Bien - Felipe soltó una carcajada y le puso una mano en el hombro a María José - Poché, Ernesto dijo que no teníamos habitaciones pero si le pides una igual te la da.

- ¡Cállate! - la peliazulada movió el hombro con fuerza para alejarlo.

Calle la miró con las mejillas rojas, quizás por el cansancio o por la forma en la que Poché la estaba observando, y se mordió el labio de abajo.

- Okaaay - Natalia tomó a su hermano por el brazo - nosotros vamos a ir al spa, después nos vemos.

Calle se quitó los guantes, los esquís y le pidió las raquetas a la peliazulada.

- Voy a dejar esto y vemos qué hacemos - le guiñó un ojo antes de caminar hacia la cabaña de rentas.

Esta mujer me va a matar. Pensó Poché antes de tomar una gran bocanada de aire.

VAS A QUEDARTE || CACHÉWhere stories live. Discover now