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–¿Quién se cree que es?.–Maldecía en voz baja un furioso ChangBin caminando de vuelta a su hogar desde la universidad, acaba de tener una experiencia completamente desagradable con su ahora exnovio.

Ni siquiera disponía de su música para calmarse dado a qué el chico le había roto su celular en una escena completamente ridícula de celos.

No era la primera vez que discutía con él pero esta vez se sobrepasó, había estado ahorrando mucho para cosas que necesita y ahora tendrá que gastar esos ahorros en un estúpido celular para no estar incomunicado.

Los molestos ruidos del centro lo hacían enfurecer más, los molestos gritos de los niños y las fastidiosas voces de la gente.

Estaba por golpear a alguien hasta que escuchó algo diferente entre todo ello, una voz prácticamente angelical cantando "I'm yours" de Jazon Mraz.

Siguió caminando hasta que vió al dueño de dicha voz, un chico rubio que cantaba con pasión a pesar de que no muchos le prestaran atención.

Si ChangBin llevara algo de dinero consigo no dudaría en dárselo, está seguro de haber visto a ese chico más de una vez ahí cantando pero al estar con audífonos nunca le prestó atención.

Se quedó unos minutos ahí parado, su enfado poco a poco iba quedando en segundo plano, si no fuera por un niño que chocó con él hubiera quedado embobado completamente.

–Perdón, señ...–El niño vió la cara del chico y se fue corriendo nuevamente con su madre, ChangBin realmente lo había asustado puesto que lo miró como si fuese a asesinarlo por sacarlo de su trance.

Suspiró y siguió caminando ya algo menos molesto, inconscientemente tarareaba la melodía que cantaba el rubio del centro.

Llegó a su departamento, llevaba ya poco más de un año viviendo solo así que nadie salió a recibirlo, colocó algo de música en un parlante conectado al computador y tomó un baño para relajarse, por la noche saldría a comprar un celular.

Antes de quedarse dormido debido a la relajación que le provocaba tomarse un baño de tina con la música de fondo se salió, se secó y vistió para luego sentarse frente al computador a buscar precios de celulares, por suerte tenía la tarjeta de memoria y el chip a salvo, si no realmente habría ahorcado al otro chico.

Hizo una mueca al saber que los teléfonos que le interesaban costaban un ojo de la cara, por suerte, un ojo de la cara de otra persona porque con sus ahorros le alcanzaba hasta para el más vistoso modelo.

Tomó su dinero, se colocó una chaqueta y emprendió rumbo nuevamente hacia el centro, ya estaba oscureciendo pero si tenía suerte la tienda estaría abierta.

Al llegar se sorprendió por lo vacía que estaba, lo atendieron y rápidamente obtuvo un nuevo celular.

Salió de ahí y ya estaba oscuro, hacia bastante frío así que cerró su chaqueta y emprendió nuevamente camino a su casa, aunque antes pasó por donde el rubio creyendo que este ya se habría ido a su casa.

Pero no, ahí lo encontró cantando "L.I.E" de Nu'est, podía ver el aliento salir como vapor de su boca debido al frío, lo miró un poco a lo lejos y para cuándo el frío ya no era soportable por la poca ropa que llevaba siguió caminando.

Claro que al llevar dinero ahora sacó un par de billetes y se los dejó al chico sin hacer contacto visual, al seguir su camino logró escuchar un gracias por parte del rubio haciéndolo sonreír.

Llegó a su casa con esa boba sonrisa y al verse se preguntó.

–¿Por qué te pones así por eso, Binnie?.–Se habló frente a un espejo, se dió unas palmadas en la cara y se sentó en el sofá a configurar su celular.

Al día siguiente caminó a la universidad, no encontró al chico cantando donde estaba ayer.

–Claro, ChangBin, es muy temprano para eso idiota.–Susurró y puso play a su música, porque si, la había pausado para escuchar al chico.

Llegó a la universidad, entró a su primera clase y al receso fue a recuperar unos números que había perdido.

–Binnie, ¿qué pasó con Félix?.–Le preguntó Hyunjin mientras veía al pequeño comer con tranquilidad ignorando la mirada del pecoso.

–Sobrepasó los límites.–Se encogió de hombros.–Estabamos mal Jinnie, lo sabías.

–Si, bueno es qué...–Dirigió su mirada al otro chico, quién trataba de no ser tan obvio mientras estaba junto a Jeongin, Jisung y Seungmin.–Creo que está arrepentido.

–No me interesa ya.–Dijo tratando de sonar seguro, la verdad es que le tenía mucho aprecio al menor pero por su bien lo alejaría de si.–No hablemos de eso.

Y así Hyunjin dejó de interrogarle sobre el tema, terminó el día y el pequeño ChangBin tomó nuevamente camino a su casa escuchando música.

Al pasar por donde el chico cantaba pausó la música para escucharlo ahora que si estaba ahí, quiso darle algo de dinero pero lo gastó en comida para Hyunjin y él.

Notó que el chico le sonrió al verlo pasar, su corazón se sintió algo extraño en realidad pero siguió caminando con su rostro indiferente y ya al estar lejos le puso play a su música, aunque la sonrisa del rubio no salió de su cabeza por un buen rato.

Pasaron las semanas y eso se volvió rutina, cada tarde pausaba la música para oírle cantar distintas canciones, y cuando salía por la noche le dejaba algo de dinero tratando de que este no le reconociera.

Una noche de sábado, en la que cualquiera estaría saliendo de fiesta o algo así con sus amistades, él estaba durmiendo tranquilamente en su cama hasta que recibió una llamada de un número que no tenía agendado pero que reconoció muy bien.

–¿Qué quieres?.–Habló con seriedad, escuchando música fuerte y gente al otro lado del teléfono.

–Binnie~ I miss you.–Era su exnovio, hablando en inglés completamente ebrio.–Comebaaaaack.

Gruñó.–Felix, hablame en coreano, ¿Quién mierda te dió mi número?.

–L-le dije a Innie, que le dijera a Seungmin-ah que le hablara a Hyunjin para que le pidiera a Minhoe... qué le pidiera a Jisung tu número...–Habló claramente ido, el mayor logró reconocer las voces de algunos de los nombrados en el fondo.

–Podrías habérselo pedido directamente a Jeongin, tarado.–Gruñó nuevamente.–Es más... ¿Qué rayos haces bebiendo tú?.

–Minhoe me trajo aquí...–Se escuchó un "deja de llamarme así en el fondo.–A Jisung no le dices nada!.–Gritó el menor.

–Felix, déjame dormir, ya pasaron semanas desde que terminamos.

–Pero Binni...–Fue nuevamente interrumpido por el mayor.

–ChangBin, no tienes derecho a llamarme Binnie de nuevo.–Dijo fastidiado ya.–Entiendelo, no voy a volver contigo.

–Tú no puedes haberme superado tan pronto! No te dejaré hasta que lo hagas.–Dijo sin pensar sus palabras.

–¿Qué te asegura que no? Estoy saliendo con alguien ya, y vas a hacerlo enfadar si no dejas de molestarme.–Mintió sin pensar.

–Eres un mentiroso ChangBin!.–Se le escuchó gritar.–Dime quién es! No te creeré si no.

–No tengo que darte explicaciones.–Se acomodó en su cama.

–Si tienes! Si no me lo muestras no dejaré de llamarte!.–Amenazó.

–Te voy a bloquear.

–No puedes!.–Se quejó.–Sólo una foto y te dejo de joder.

La llamada quedó en silencio unos segundos.

–¿Y bien?.–Insistió el menor.

–Bien, sólo una foto pero si no cumples te irá realmente mal Félix.–Cortó la llamada y tiró lejos de si el teléfono.

¿Qué haría ahora?

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ᴀʀᴛɪsᴛᴀ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴇʀᴏ | ᴄʜᴀɴᴄʜᴀɴɢ. Where stories live. Discover now