Capítulo cuarenta y dos.

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Ella sacó las llaves de su cartera y comenzó a caminar. Estaba por llegar tarde a la presentación de su hijo, y no se podía permitir aquello. Se subió al auto y arrancó lo más rápido que pudo. Cuando llegó se bajó y casi corrió hacia dentro del auditorio. Un poco agitada se acercó a una de las profesoras.

-Señorita Mimí, ¿Dónde está mi hijo? -le preguntó recuperando un poco el aire que había perdido.

-Jungkook está detrás del escenario señora Jeon -le señaló el camino con el dedo.

Karen asintió con la cabeza y movió de nuevo sus piernas para acercarse al lugar. Corrió una cortina y lo divisó parado en medio de todas las niñas. Sonrió levemente. Él levantó su pequeña mirada y sonrió mostrando todos sus dientes al verlas.

-Lo siento señoritas, pero llegó mi reina -les dijo a las niñas y se abrió camino de ellas para acercarse a su madre. Karen se agachó cuando él estuvo cerca.

-Eres todo un galancito -le dijo divertida.

-Lo sé mami, pero solo me interesas tú -dijo él.

-Okey, acabas de ganarte un helado para cuando termine la función -dijo ella y acomodó un poco su pelo - ¿Estas nervioso?

-No, para nada -afirmó y sonrió.

Su madre levantó su mano y acarició su rostro. Sus mejillas estaban pobladas de pequeñas pecas, su nariz pequeña adornaba su cara de niño. Él era tan bello, su pequeño bebe. Con solo 5 años ya era todo un hombre, y hablaba como tal.
Una de las profesoras de ballet se acercó a ellos.

-La función ya va a comenzar -les avisó. Ambos asintieron y volvieron a mirarse.

- ¿Papá vino? - le preguntó él esperanzado.

-No Jungkook, papá está ocupado -dijo ella.

-Siempre está ocupado -susurró bajando la mirada.

Karen tomó su mentón e hizo que la mirara a los ojos. Ella no podía permitir que la concentración y la autoestima de su hijo bajaran por eso.

-Pero yo estoy aquí y yo quiero verte brillar. Ryan también vino a verte...

-¿Ryan está aquí? -dijo entusiasmado.
Ryan siempre venía a verlo y eso lo alentaba. Karen sonrió.

-Si, está aquí y ambos queremos que seas el niño más lindo de todos.
Jungkook rió divertido.

-Soy el único niño, mami -le dijo.

-Tienes razón, pero no importa. Para mí eres único y estoy muy orgullosa de ser tu madre. Ahora sal a ese escenario y haz lo que sabes hacer -dijo y le dio una pequeña palmada en la cola para que caminara.
Jungkook movió sus pequeñas piernas hacia en escenario y Karen lo perdió de vista.

-

Se sentó en el gran piano de la casa de su abuela. Tenía que terminar de saber las notas, antes de que su madre llegara. Levantó la tapa del piano y se sentó en el asiento. Sus pequeñas piernas no alcanzaban el pedal. Así que buscó un libro y lo apoyó sobre él para poder tocar tranquilo. Miró las 88 teclas del majestuoso piano de cola. Con cuidado apoyó uno de sus pequeños dedos sobre una de ellas.

-Cuando toques el piano, siempre has de cuenta que estas tocando un pedazo de tu alma, y tócalo con cuidado... porque él siente las emociones que tienes cuando lo tocas -le dijo su madre sentándose a su lado.

- ¿El siente mis emociones? -le preguntó él algo asombrado.

-Claro que él te siente. Ahora pon tus manos como te dije la otra vez, y solo toca después de que yo lo haga -le dijo ella.

© Dulce Obsesión -𝙅𝙐𝙉𝙂𝙆𝙊𝙊𝙆Kde žijí příběhy. Začni objevovat