Capítulo cinco.

9.3K 691 68
                                    

—Imagino que tienes una buena razón para despertarme tan temprano— dije adormilado y rabioso por el sueño robado por mi amigo.

—¡Sí que la tengo! ¡Es martes y tienes que llegar a todas las clases!— respondió Jimin recordándome mis deberes.

—¡Ya estaba despierto!— mentí.

—Sí, lo que tu digas Jeon— dijo Jimin. Lo escuché subirse a su auto— recuerda que tenemos clase con la Sra. D, así que saca tu trasero de la cama y muévete. Tienes exactamente 20 minutos . Pasaré por tu casa, más vale que te vea sobre tu moto con unas enormes gafas negras para que tapes la resaca que debes tener y dirigiéndose hasta la institución a la que tu, con tanto cariño, llamas el purgatorio en la tierra.

—Prácticamente ya estoy es la moto— respondí huraño.

—Por lo menos peinate y arreglate un poco— me dijo como si fuera un niño. Sonreí por lo bajo.

—Me urge acostumbrarme a estas horas de entrada— respondí mientras sacaba ropa del armario y entraba al baño— Por cierto Jimin...

—¿Sí?— dijo él.

—Gracias— dije.

—No es nada hermano— respondió.

Corte el teléfono y terminé de vestirme. Salí del baño y entré en la cocina para tomarme rápidamente un café. Reí por lo bajo al pensar que Jimin ahora debía estar intentando despertar a Yoongi.

Terminé el café y tomé mis cosas. Salí de la casa y me acerqué a mi linda moto. La única mujer que nunca me reprochaba nada.

A lo lejos vi el auto de Jimin y sin seguir dando vueltas prendí mi moto y seguí su auto hasta la institución. Pronto llegamos.

—Jimin ¿Acaso nunca te cansas de ser tan responsable?— pregunto Yoongi recargándose en el coche de Jimin en el lugar habitual donde nos reuníamos antes de entrar a clases, con una nota de admiración hacia su amigo.

De alguna forma había logrado que se levantara de la cama para llegar temprano y además había llegado a una cafetería y había traído cafés para los tres.

El aludido sólo se encogió de hombros.

—Solamente trato de asegurarme de que mis futuros socios no sean unos verdaderos y completos inútiles— dijo quitándole importancia y mirando distraídamente hacia otro lado para evitar las miradas de gratitud de nosotros.

—De todos modos un día de estos te lo retribuiremos— dije mientras sorbía un poco de café y miraba hacia otro lugar al igual que Jimin en un intento porque la situación no se volviese más sentimental de lo que ya estaba.

—¡Eso es un hecho— afirmó Yoongi mientras le daba un golpecito afectuoso a Jimin. Ciertamente Yoongi era el más afectuoso de los tres, Jimin el responsable... y eso me deja a mí en el lugar de... Sí, el patán del grupo. Esa conclusión me hizo sonreír— ¿Ves? ¡Hasta Kook está sonriendo! Somos tan afortunados al tenerte Jimin— dijo y le dió otro golpecito esta vez uno más fuerte provocando que Jimin derramara un poco de su café.

—¡Genial! ¡Esta hirviendo Yoongi!— dijo cambiando la taza de mano y secándose la otra en la ropa de Yoongi.

—Lo siento— dijo resignado a que valía más dejar que se secara en él.

—Mira quien viene ahí— dijo Jimin mientras prendí un cigarrillo y hacia que Yoongi sostuviera su café— ¿No fumas hoy?— me preguntó sorprendido.

—Esta mañana me es más urgente tomarme este café para despabilarme un poco— dije.

En ese momento el auto al que había llamado mi atención y la de Jimin estacionó al lado de mi moto, justo enfrente de donde estábamos nosotros reunidos.

© Dulce Obsesión -𝙅𝙐𝙉𝙂𝙆𝙊𝙊𝙆Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora