D O C E

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—Silver estaba bastante en... —Gold caminaba por el salón hasta sentarse en una de las sillas del comedor.

Tocó por debajo de la mesa la pantorrilla de Gold. Este le miró confundido.

Silver respondió su contacto visual con un gesto enfadado. Gold cerró la boca de inmediato.

La mesa en la que estaban sentados era especial, junto al alto mando de tanto Jhoto como Kanto.

Gold era junto con Lanze los únicos campeones. Le habían mandado invitación a Red y Green pero, ninguno de los dos había respondido.

Silver, aunque no entraba en ninguna se las casillas, se quedó.
Ya que era su mesa, y estaba toda esa gente en su casa.

Por eso estaba enojado con Gold, no, más bien con toda la liga Pokémon.

—Encantado —Silver asintió con disimulo, tocó los servicios de acero con la yema de su pulgar.

Pensaba en lo mucho que odiaba a su padre por, haberle dejado la mansión con todos los sirvientes, antes de desaparecer.

Los sirvientes domésticos salieron por el pasillos, con humeantes platos en sus manos. Fueron colocándolos frente a cada uno de los comensales.

Dieron una pequeña reverencia y salieron de la estancia.

Comenzó a comer el salmón dorado, deleitándose por el sabor de este aunque, ya estaba acostumbrado a comer este tipo de comidas a diario.

Gold, en cambio, devoraba el platillo de forma muy veloz.

Cuando Silver le iba a advertir de que tuviera cuidado ya que él pescado poseia espinas, era demasiado tarde.

—Agh... —Silver le miró atónito, tan solo deseaba que nadie se percatara del error de Gold—. Silver...

—Ya se... —Susurró. Con su mano diestra saco del pequeño bolsillo de su chaqueta una pokeball, eras la de sneasel.

La abrió por debajo de la mesa, la criatura esperaba alguna orden por parte del pelirrojo.

—Patea el estómago de Gold, lo suficiente fuerte para que salga la espina.

—Esper...

El sonido de la patada fue nublado por la gran tos que provocó. Todos sus invitados a voltearon.

Y entre medio de las partículas de saliva, Silver pudo notar la blanca espina que salía disparada de su garganta.

—Gold, cariño —La anciana, alto mando de Kanto, de forma dulce le tocó la espalda—. Ten, toma agua. Estos niños ¿Por qué no eres como Silver, todo un caballero? —La toz de Gold se iba apaciguando. Silver volvió a meter en su cápsula a Sneasel.

Se limpió restos de comida sobre su labio superior e hizo un suave gesto donde guardaba su pokeball.

—Me halaga señora Agatha —Rió mientras observaba de reojo a Gold, quien hizo un leve puchero con la boca—. Por favor sigan comiendo, yo llevaré a mi amigo para —Se levantó se la mesa y agarró la manga de Gold, obligandole a levantarse—. Guiarlo hacia la enfermería, tal vez sería bueno que tratara esa agria tos.

Se alejaron del comedor, dando una pequeña reverencia con la cabeza, al dar una vuelta y saber que no podía ni verlos ni escucharlos, Silver le encrespó metiéndolo a una de las tantas habitaciones.

—¡¿Estas loco?! —Estaban dentro de la biblioteca, iluminada por una tenue luz calida que recaía sobre sus rostros—. Casi me dejas en vergüenza no una, sino dos veces.

—¿Cómo iba a saber yo que el pescado tenía espinas?

—Talvez comiendo como la gente, un poco de sintió común, también.

El pie de Silver golpeaba los tablones de madera del cuarto, se acercó hasta quedar a pocos centímetros de el rostro de Gold.

—Si vuelves a hacer lo mismo —Su postura se volvió amenazante—. Yo mismo me encargaré de sacarte en bolsa de basura.

—¿De verdad? —En cierta manera su amenaza rozaba lo infantil pero no le interesaba, tan solo quería que Gold se dejará de comportar como un adolescente (Que lo era) por tan solo una noche.

—De verdad.

Se separó y arregló la chaqueta de vestir sobre su camisa. Apretó la corbata de Gold y su coleta.

Gold agarro el brazo de Silver y un solo movimiento dió vuelta sus posiciones, agarró el mentón del pelirrojo y lo besó con una fuerza demante.

Mordió sus labios e introdujo su lengua para explorar su boca, bajo su manos hasta la cintura de Silver y aunque se oponía un poco ante esta acción, con lentitud se fue dejando llevar.

—¿Y esto que?

—No parabas de decir tonterías —Silver quitó la mano de Gold que apresaba su cintura—. Oye espera.

—Tonteria ¿Eh? —Antes de abrir el pomo de la puerta para abrirle el paso a Gold apago la luz de la biblioteca, dejando que su rostro fue únicamente iluminado por la luz del pasillo, dándole un aspecto gelido—. Hoy tenía pensado dejarte pasar la noche aquí, al parecer lo reconsidere.

Gold se había metido en un problema.

—Cuando termine está maldita cena, nos veremos en un par de semanas más —Camino por al frente mientras Gold se iba disculpando al pasar el pasillo— Cariño

El tono de amargura en su voz y la so risa que les volvio a dedicar al alto mando, provocó en Gold un pequeño escalofrío.

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Hacia mucho tiempo qur no escribí sobre este par.
E

sta actualización tan solo fue para que yo misma me hiciera una comparación y ver cuánto he mejorado en mi escritura.
Espero que les haya gustado.

THE_MACHINE

¡Maldito Idiota! (PreciusMetalShipping) PokémonWhere stories live. Discover now