Extra 3

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—¡Sí viniste!

Taehyung no esperó ni dos segundos, cuando corrió hasta Jimin y dio un salto hacia él, siendo atrapado por éste. Enredó sus piernas a su alrededor, mientras el rubio daba giros.
—¡Te extrañé! — lo bajó. — ¿Lo hiciste también? —sujetó sus mejillas y el pelirrojo asintió.
Jimin lo soltó para dirigirse a Jungkook ahora, estirando su mano, siendo recibido en un apretón.
—Jungkook, ha pasado un tiempo.

"El justo y necesario"

Justo como tus palabras. —asintió. — Uh —unos brazos se colaron por su cintura y Yoongi ya tenía la cabeza sobre su cuello, le guiñó el ojo a Jungkook y ambos soltaron una risa.

Taehyung miraba a su alrededor, perdido en su propio mundo, estaba desesperado por verlo, saber de él, ver cuánto había crecido y decirle lo orgulloso que estaba por verlo triunfando.

El castaño se acercó a él —¿Taet-

—¡¡AHÍ ESTÁ!!

A Jungkook casi se le sale el corazón por la boca, debido al susto que se llevó. Puso su mano sobre el pecho, sólo para cerciorarse de que aún seguía ahí, al tiempo que Taehyung corría y volvía a saltar cual canguro sobre aquel chico de cabello naranja.

—¡Hoseok! —gritó Jimin, zafandose de los brazos de su novio, yendo, aunque con más calma, hacia Jung.

Hoseok caminó aún con Taehyung pegado como koala.
—¡Chicos! ¡Jungkook! ¿Cómo están? Ha pasado tiempo. Oh, hey, Tae, no llores. —palmeó su espalda.

—T-Tu vo-voz... Tu voz es her-mosa.. —hipó.
Dios, en verdad extrañaba la voz chillona y rasposa de Hoseok.

—Papi ya está en casa, tú tranquilo... Me voy a romper, Tae. Estás mucho más pesado. Ufff —trató de bajarlo, pero Taehyung seguía aferrado, igual que algún otro marsupial, ¿una zariguella bebé en la espalda de su madre tal vez?
Un tlacuache, tururuturu 🎶

Taetae, baja. —Jungkook lo agarró por atrás, pero los brazos de Taehyung tiraron fuerte de Hoseok.

—Ow, ow, Tae, más cuidado, vas a romperme.

Taetae, está cansado.

Peroooo...

Sin más, lo sujetó por la cintura, separandolo al fin. Taehyung cubrió su rostro con las manos y siguió llorando.
—No llores, chiquito —Jung se le acercó y quitó sus manos, dejando al descubierto su rostro rojizo por el llanto.

—En verdad te extrañé. —y otra vez, volvió a aferrarse a su cuello, Jungkook lo soltó y lo dejó ser, mientras no se le tire encima. Hoseok parecía realmente cansado.

—Ya, me vas a tener por unas semanas aquí. —palmeó su nuca. —Disfrutame mientras tanto porque luego iremos a Gwangju.

—¿Tú y yo?

—La banda y yo, payaso. —rió.

—Lo sé, sólo extrañaba tu risa.

—Todos lo extrañabamos —rodó los ojos.

—Lo sé, pero... Yo más. —se separó y le sonrió a Hoseok frente a frente.
Su cintura nuevamente fue tirada hacia su costado, Jungkook lo pegó a él.
—Ya no me alejes, ¿entiendes? —dijo algo molesto.

Jungkook bufó.
"Acaba de llegar, dejalo respirar.
Total que se quedara en casa, lo veras todos los días"
Explicó su accionar.

—Pero...— puchereó

—Perdón, Tae, pero tiene razón —frotó su cuello. —No quiero sonar mal amigo, pero estoy algo cansado, ¿podríamos ir al departamento y allí hablamos?

¿Escuchas el latir de mi corazón? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora