Patrick me ha estado ayudando mucho en esto y finalmente ha encontrado un contacto en el mundo de los muertos que accediera a proporcionarnos información valiosa. Se trata de Marcus FitzEustace, un vampiro que murió joven al ser traicionado por su propio clan, el responsable del secuestro de Lia. 

Según él, es el clan de esta ciudad. Esto me preocupa, porque hace diez años firmamos un tratado de paz y Lia desapareció hace veintidós. A parte, a cambio de la información, le ha pedido a Patrick que le deje proyectarse en el mundo de los vivos durante un par de horas. Dice que es para despedirse de la que había sido su novia, porque no había tenido la oportunidad de hacerlo mientras era vampiro. No sé si eso será cierto, pero ya no hay vuelta atrás.

Respecto al asusto de Lia, pronto intentaré ponerme en contacto con Caterina. Espero que me perdone por haber estado tanto tiempo sin hacerlo, pero algo importante está punto de pasar.

Estaba perpleja. El clan de esta ciudad había sido el causante de todo y, con el tratado de paz, era difícil que sospecháramos de ellos. ¿Sería ese el de Amanda y por eso me había dicho que me estaba observando? Un escalofrío me recorrió la espalda cuando recordé que en su llamada había mencionado que nos volveríamos a ver.

— ¿Quién es Patrick?—preguntó Tam al ver que había terminado de leer.

—Mi padre.

—Entonces eso explica lo de comunicarse con el mundo de los muertos, él era brujo. —asentí.

—Dijiste que esa era la penúltima anotación. Necesito leer la última.

—Aquí está—dijo sacando un papel del montón y tendiéndomelo.

21 de junio de 2014

Todo ha salido mal. Hace dos días Marcus FitzEustace recibió su recompensa por la información y desde entonces no hemos dejado de recibir amenazas. Al parecer, nos ha traicionado y ahora Patrick no consigue contactar con él.

Esto es horrible; no dejo de encontrarme cartas con mensajes que no presagian nada bueno en el buzón y debajo de la puerta de entrada. Hace unos minutos, he encontrado las palabras, <<Morirás pronto>>, escritas con sangre en la ventana de la cocina. Doy gracias a que ninguno de mis hijos lo haya visto antes de que pudiera limpiarlo.

Temo que lo que dice pueda ser verdad. A lo mejor debería contarle a Laura lo que es antes de que sea tarde, esta vez de verdad. Llevo bastante tiempo pensando en decírselo, pero cada vez que lo intento, la veo reír con su amiga Marta, sumergida entre las páginas de un libro, jugando con Sofía… y entonces me arrepiento, porque no quiero arrebatarle la felicidad, quiero que viva sin preocupaciones, sin tener que arriesgar la vida constantemente por alguien más. Ahora ha salido con Marta, pero cuando vuelva se lo diré definitivamente.

También debo tomar precauciones. Mi muerte puede estar cerca, así que ya no escribiré más aquí. Llevaré el libro a la aldea y lo esconderé hasta llevarla allí conmigo, no quiero ni pensar que pasaría si algún intruso lo descubriera. Aprovecharé para hablar con Caterina, todavía no he tenido la ocasión de hablar con ella sobre Marcus FitzEustace.

La fecha era la del día en que había muerto. Ella no sabía que lo haría esa misma noche y tenía planeado contármelo todo esa misma tarde, pero, ¿por qué no lo había hecho?

La carta que me había dejado junto al vestido y el libro decía que no había sido capaz de decírmelo, así que seguramente ese día se había echado atrás.

Aun habiendo acabado de leer, mi mirada seguía clavada en el folio, concretamente en el nombre Marcus FitzEustace, el traidor que había sido el responsable de que mi madre y mi padre murieran y de que mi antiguo mundo se derribara esa noche del 21 de julio. La sed de venganza se extendió por mis venas.

Tras aquellos ojos verdesWhere stories live. Discover now