¡Jóde Te!

Porque ella es mejor

Empezaré diciendo, que no es sarcasmo. Realmente ella es mejor; no me mal interpreten, me amo y me valoro lo suficiente, pero en serio no tengo como competir con eso.

Soy una mujer rota. A mi corta edad, aprendí con golpes bajos lo que significa amar a alguien, entregarle todo de ti, para que después te rompan en pedacitos. 

Al principio fue inconsciente,  después se tornó más claro: me cerré. Blindé mi corazón, sentimientos y emociones de una manera increíble.

En fin, después de estar un par de años saliendo con hombres con los cuales no corría ningún riesgo de enamorarme (eran unos idiotas), lo conocí.

¡Mierda! vaya que es el hombre perfecto: detallista, amable, educado, con un corazón inmenso como el sol, atento, caballero, sincero (hasta de más),  empático, solidario, etc... en fin, les prometo que este hombre tiene más de lo que cualquier persona puede buscar en una pareja.

Al pasar el tiempo, comenzamos con una linda amistad, él comenzó a tener la confianza de contarme su último desamor (y yo podía darme cuenta que aún le dolía)... y yo, bueno, comencé a contarle sobre uno de esos chicos con los que suelo salir en mi zona de confort (alguien de quien no podría enamorarme). 

Por cosas de la vida que no vale la pena mencionar, yo me alejé del chico con el que estaba saliendo en ese entonces y él no tardó en decirme que yo le interesaba de otra manera. No tienen idea de lo revuelta que se tornó mi cabeza en ese momento: obviamente es el mejor ser humano que he conocido, pero me sentía opacada por el dolor que le había causado su ex. Me ganó por un momento el corazón y acepté salir con él. ¡Rayos! si que fueron de los mejores días de mi vida, aún cuando fueron muy pocos; todo fue rapidísimo, parecíamos enamorados de meses, pero sucedió, un interruptor que activó mis tanques de guerra y todo el blindaje que pone la razón: un día mientras compartíamos un momento juntos, me llamó por el nombre de su ex, aquella chica que le había causado tanto daño. Entonces comprendí que yo no era más que una sombra, que él no estaba listo para comenzar algo nuevo y yo mucho menos, para que alguien volviera hacerme cachitos el corazón.

Tomé la decisión de parar de un solo golpe todo eso, y seguir saliendo con el otro sujeto que era un terreno seguro. Evidentemente, lo lastimé al tomar esa decisión, jamás lo dijo pero creo que me odiaba en silencio. Al pasar el tiempo, como era de esperarse, el imbécil y yo nos separamos; y por alguna extraña razón él y yo hablamos de nuevo, resumen:

Él está en una relación estable y bonita; la niña con la que está es una joya y lo trata de la mejor manera posible. La mala noticia es que nos ganó la borrachera y nos besamos, la buena noticia es que acordamos que jamás volvería a pasar; pues le debemos respeto a ella. La segunda mala noticia es que nos dijimos muchos sentimiento atorados como: "te sigo queriendo" "me sigues gustando" "te extraño". La segunda buena noticia, es que eso no volverá a pasar.

En fin, yo estoy por marcharme y él está muy estable y feliz con ella. ¿saben por qué sé que ella es mejor?: porque es valiente, lucha por lo que quiere y lo eligió a él. Y yo, bueno, yo sigo estando rota y un poco loca.

EL PROBLEMA:

El problema es que tu lo sentías por ella y yo por él. El problema es que quisimos correr antes de andar. El problema es que nos lastimamos porque comenzamos mal. El problema es que no tuvimos oportunidad de vivirlo. El problema es que nunca cerramos el ciclo. El problema es que ahora que estoy, tu estás con otra. El problema es que cuando tu estés, yo ya me habré ido. El problema es que quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo. El problema es que nadie podrá hacerte más feliz de lo que yo pude haberlo hecho. El problema es que te llevaré siempre conmigo. El problema es que jamás tendría la valentía de admitir cuanto te quiero a mi lado. El problema es que de por medio está el mismo mar Atlántico. El problema es que ya todo es pasado. El problema es que no hay problema, sólo la vida conspirando por llevarnos en caminos separados.

FRASE:

"Experimentar el gran dolor de tu ausencia, me servirá de lección para valorar la inmensa bendición, que significa tu presencia".