A los que esperan

146 37 0
                                    

Carla no dice nada de nuevo hasta justo después del almuerzo dos días después.

—Ahora. Me escuchas —, dice. —No tocar. Te quedas en tu lado de la habitación y él se queda en el suyo. Ya le dije lo mismo.

Entiendo las palabras que está diciendo, pero no entiendo lo que dice.

—¿Qué quieres decir? ¿Quiere decir que está aquí? ¿Ya está aquí?

—Te quedas a tu lado y él se queda con el suyo. No tocar. ¿Tú entiendes?

No lo hago, pero asiento de todos modos.

—Está esperándote en la terraza.

—¿Descontaminado?

La mirada en su cara dice: ¿para qué me tomas?

Me levanto, me siento y me levanto de nuevo.

—Oh, cielo —, ella dice. —Vete a arreglar rápido. Sólo te doy veinte minutos.

Mi estómago no sólo se mueve, sino que hace saltos mortales de alambre alto sin una red.

—¿Qué te hizo cambiar de idea?

Ella se acerca, toma mi barbilla en su mano, y me mira a los ojos durante tanto tiempo que empiezo a agitarme. Puedo verla pensando todo lo que quiere decir.

Al final todo lo que dice es:

—Te mereces algo.

Así es cómo Rosa consigue todo lo que quiere. Ella simplemente sabe que su madre tiene un corazón demasiado grande.

Me dirijo al espejo para "arreglarme". Casi he olvidado cómo me veo. No paso mucho tiempo mirando. No hay necesidad cuando no hay nadie que te vea. Me gusta pensar que soy una mezcla exacta cincuenta y cincuenta de mi mamá y papá. Aunque mamá diga que me parezco más a papá, con su encantadora sonrisa cuadrada.

Miro hacia otro lado y luego miró hacia atrás rápidamente, tratando de atraparme desprevenido para obtener una imagen más precisa. Tratando de ver lo que Hobi verá. Intento reír y luego sonrío, con dientes y sin ellos. Incluso pruebo una de fruncir el ceño, aunque espero no tener causa para usarlo. Carla mira mis payasadas en el espejo divertida y desconcertada al mismo tiempo.

—Casi recuerdo cuando tenía tu edad—, dice.

No me doy la vuelta, hablando en cambio con la Carla en el espejo.

—¿Estás seguro acerca de esto? ¿No piensas que es demasiado arriesgado ya?

—¿Estás tratando de convencerme de eso?

Ella se acerca y pone una mano en mi hombro.

—Todo es un riesgo. No hacer nada es un riesgo. Tu decides.

Miro alrededor de mi habitación blanca en mi sofá blanco y estantes, mis paredes blancas, todo seguro y familiar e inmutable.

Pienso en Hobi, descontaminado, frío y esperándome. Es lo contrario de todas estas cosas. Él no es seguro. No está familiarizado. Está en constante movimiento.

Él es el mayor riesgo que he tomado.

TodoTodo || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora