TRES

1.9K 297 15
                                    

Su abuelo lo había sacado del colegio a los dieciséis años de edad, por lo que no tenía la preparación adecuada para ninguna profesión. Al entrar en la cocina, vio a Seo Ra sentada ante la mesa.

Yoongi desvió la mirada y se sintió invadido por una terrible amargura ante el egoísmo de su abuelo. Por desgracia, no poseía ni un centavo propio para ayudar a Seo Ra y Kye Nam .

Lo menos que su abuelo debería haber hecho era haberles dejado la casita en la que vivían para que pasaran el resto de su vida en ella. Qué satisfecho debió haberse sentido al redactar aquel testamento en el que el único favorecido sería Seung Ho.

Ya eran más de las cinco, así que sacó el canasto de las verduras y lavó algunas patatas, pues debía empezar los preparativos para la cena.

-Toma, en mi coche había una botella -dijo Jungkook con una sonrisa burlona mientras depositaba un vaso de licor sobre la mesa-. Te hace más falta una copa que una taza de té tibio. ¿Estás dispuesto a celebrar tus nupcias con Seung Ho?

La diversión de Jungkook le parecía cruel.

Sí, en cierto sentido, Gi Ae había dicho la verdad: Jungkook no sabía lo que era sentirse humillado por ese testamento en el que su abuelo de manera literal había dispuesto que Seung Ho se casara con Yoongi.

-No.

Jungkook se apoyó con indolente gracia contra una de las viejas alacenas de madera.

-Me sorprendes. Nunca pensé que tuvieses agallas suficientes para rebelarte.

-Eres demasiado franco -respondió Yoongi y Jungkook se encogió de hombros con indiferencia.

-Vine para decirte que, si quieres, puedo llevarte a Londres y ayudarte a instalarte en algún sitio -ofreció sin darle importancia-. Conociendo a Ki Joon supongo que no tienes dinero ni siquiera para tu próxima comida.

Yoongi cogió el cuchillo de pelar patatas y resistió el deseo de hundirlo en el musculoso pecho de Jungkook.

Sus esperanzas y sueños habían quedado destrozados y se sentía desilusionado... ya no habría granja para Jimin, ni hogar que Yoongi pudiese llamar suyo.

Gracias a Ki Joon, Jimin se encontraba en la estacada, desprovisto de referencias sólo porque se había atrevido a pedirlo en matrimonio y eso no encajaba en los planes de Ki Joon.

¿Cómo podría ir con Jimin, sin dinero y casi con lo puesto? ¿Qué perspectivas tenía de mantenerse a sí mismo, sin preparación y sin talento, como no fuese el necesario para las tareas domésticas?

Así, sería tan sólo una carga para Jimin... no obstante, había soñado durante tanto tiempo en convertir en realidad el sueño de Jimin y en compartirlo con él, que sentía una gran decepción.

Sin fijarse para nada en el agudo escrutinio de que era objeto por parte de Junkook, vio que Seo Ra arreglaba en silencio la despensa, por lo que su propio egoísmo le dejó un mal sabor de boca.

Yoongi, por lo menos tenía una saludable juventud, pero a ella hasta el consuelo de una vejez tranquila le había sido negado.

-¿Qué es lo que estás bebiendo Yoongi? -la malhumorada voz de Seung Ho interrumpió sus pensamientos, pero entonces intervino Jungkook.

-Mira, Seung Ho-dijo-, lo mejor que puedes hacer es callarte y no molestar más.

Sin hacer caso de Seung Ho, Yoongi dirigió una esperanzada mirada hacia Jungkook.

-¿Te quedarás a cenar? -lo urgió-. Por supuesto que no será una cena especial, pero...

-¿Quieres que mande a mi chofer a comprar algo de carne? -intervino Jungkook con calma-. A todos nos vendría muy bien una buena comida. Iré a decírselo.

-¿Quién se cree que es? -comentó Seung Ho.

-Su actitud es práctica -aclaró a la defensiva-. Ya sabe la clase de alimentos que podemos servir aquí de acuerdo con nuestro presupuesto, así que hizo bien, sobre todo si tiene hambre.

-¡Yo no hablaba acerca del apetito de Jungkook! -explotó furioso.

-No deseo discutir contigo -contestó Yoongi con frialdad, sin dejar de pelar patatas.

-Hablaremos después -especificó él, imperturbable.

Entonces, Yoongi le sonrió a Seo Ra.

-Creo que sería mejor que se vaya a casa. Debe usted estar exhausta. Yo solo terminaré esto.

Al quedarse solo, Yoongi reflexionó en que la vida al lado de Seung Ho sería una condena, pero el testamento no especificaba con cuál de los primos debería casarse.

¡Yoongi no lo haría con nadie por interés! A menos que no se tratara de un verdadero matrimonio en toda la extensión de la palabra... ese pensamiento se abrió paso hacia su mente, como un relámpago, vislumbró la posibilidad de solucionar todos sus problemas de una vez.

Seo Ra y Kye Nam tendrían asegurado su bienestar y Yoongi podría ser el compañero de Jimin sin ser una carga económica.

La desesperación le había hecho ver la fantástica idea que se le había ocurrido... y había un solo candidato: Jungkook.

También era nieto de Ki Joon pero... Jungkook le parecería una locura. La sola perspectiva de comunicarle su idea provocó una brusca vuelta a la realidad.

Al regresar Jungkook y depositar una bolsa de comestibles sobre la mesa, Yoongi sintió que el rostro se le llenaba de un culpable rubor.

-El filete no me gusta demasiado hecho -explicó Jungkook antes de volverse a ir.

Jungkook hablaba con la autoridad de alguien que está acostumbrado a dar órdenes. El aura de poder que lo rodeaba nunca menguaba, sin importar su atavío pero había que tener en cuenta que desde su nacimiento lo había tenido todo y ninguno de sus deseos había quedado insatisfecho. Acostumbrado siempre a que hombre y mujeres lo acosaran e hiciesen lo que él decía, ni siquiera pensó en la molestia que le causaría a Yoongi tener que preparar la comida.

A la hora de cenar, la atmósfera del comedor estaba cargada de tensión. Desprovisto de preocupaciones, Jungkook comió con mucho apetito, Seung Ho, quien consideraba sospechoso cualquier alimento al que no estuviera acostumbrado, se limitó apenas a probar lo que había en su plato; Soo Bin estaba demasiado ocupada intentando flirtear con Jungkook y ni siquiera se daba cuenta de lo que comía.

-¿Estás de acuerdo en que me quede aquí esta noche? -preguntó Jungkook con indolencia-. Estoy cansado de viajar en avión y no tengo ganas de volver a hacerlo tan pronto.

-Por supuesto -asintió Yoongi con cortesía. Otras dos camas que preparar... ¡a menos que esperara que su chofer durmiese en el coche!

Cansado, Yoongi fue a sacar las sábanas y se dirigió hacia los dormitorios, en los cuales hacía tanto frío que el vaho de su aliento se veía en el aire, por lo que volvió a bajar a la planta inferior para llenar bolsas con agua caliente y poder quitar el frío a esas camas que en tan raras ocasiones se usaban.

Después encendió el fuego de la habitación destinada a Jungkook, ya que con toda seguridad sentiría más frío que los demás.

Cuando terminó de preparar los cuartos, empezó a lavar los cacharros de la cena, casi se dormía de pie, por lo que cuando Seung Ho entró en la cocina y quiso saber dónde se encontraba Seo Ra, tuvo que contar hasta diez antes de responderle con cierta calma.

-Seung Ho, ya es muy tarde. Hace horas que le dije que se fuera a su casa.

-Entonces deja eso. Es hora de que hablemos.

-Lo siento -expresó Yoongi al dejar sobre el fregadero el último plato y secarse las manos-, estoy muy cansado, me voy a dormir.

Seung Ho apretó la boca con exasperación, su respuesta fue pronunciada con tono condescendiente.

-Todos estamos cansados. Ha sido un largo día.

-¿Ah, sí? -preguntó con indignación-. ¿Me ayudó alguno de ustedes en algo? Soo Bin y tú llegaron hace dos días y no han hecho una sola cosa -contestó Yoongi-. Yo no me he sentado a tomar el té, sino que lo he servido. Y no me casaría contigo ni aunque me rogaras de rodillas. El plan te ha fallado, Seung Ho. Buenas noches -se despidió con voz temblorosa, estaba decidido a no volver a permitir que alguien se aprovechara de él.

Pasión Agridulce ♡Kookgi♡Where stories live. Discover now