The Vision

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La melodía le hizo sonreír.

El subconsciente del azabache le jugó una mala pasada mientras él visitaba el mundo que reinaba Morfeo... pero pronto fue desterrado de esas tierras.

La voz femenina se hacía más clara, y el cerebro de Ben comenzó a despertar, algo confundido, hasta que puso en orden lo que estaba sucediendo.

La melodía no venía del sueño, si no de la realidad. Aun así esperaba que la vigilia le jugase una mala pasada.

Ben abrió al fin los ojos de golpe y se levantó sobresaltado, poniendo cada músculo de su cuerpo en guardia, pero cuando fue a hacer el amago para coger su espada láser... la vio.

Una mujer andaba de un lado al otro del oscuro habitáculo, entonando aquella melodía que a Ben le resultaba tan familiar.

Confundido, entrecerró los ojos para afinar su visión en la penumbra. El largo pelo castaño, aunque trenzado en sus raíces, caía en cascada por su espalda, y parecía llevar algo en sus brazos... Un bebé de cabello oscuro dormitaba sobre su hombro.

-"¿A caso es una visión de mi madre? ¿o un recuerdo de cuando era pequeño...?" –pensó el Líder Supremo.

Pero la figura femenina, como si quisiera darle la respuesta sin si quiera haber escuchado la pregunta, se giró hacia él en su acunar. Se acercó poco a poco, mientras seguía entonando la nana, y sus rasgos comenzaron a hacerse claros.

Los ojos de Ben se abrieron de par en par.

No necesitaba mirarla dos veces para reconocerla: la curiosa cicatriz de su brazo derecho y los hoyuelos de sus mejillas hacia que toda duda se disipara.

Ben, enredado entre las sábanas, sintió cómo un nudo se le formaba en la garganta. Hincó las rodillas sobre el rígido colchón para acercarse más y alzó la mano hacia ella.

La figura se siguió acercando y, cuando las yemas de sus dedos estuvieron a punto de tocar la pequeña espalda que sostenía entre sus brazos, la visión se esfumó.

Ben se vio reflejado a sí mismo en el espejo roto que tenía en la pared frente a su cama, observando a tantas versiones de él como grietas presentaba el mismo alzando la mano para tocar la nada.

El nudo le oprimió más la garganta y bajó la mano poco a poco, rodeado por la oscuridad reinante.

Una lágrima cayó, tiñendo las sábanas.

Odiaba que La Fuerza jugase con él para mostrarle un futuro que nunca se podría llegar a cumplir.

-The Vision-Where stories live. Discover now