Otabek encontró a Yura curando sus manos en la cocina.— Buenos días Plisetsky, ¿ qué te ha pasado?
Yura giró su rostro y vio al policía junto a la puerta.
— Un ligero problemilla con las rosas— dijo Yura con el ceño fruncido.
Otabek se acercó al rubio y le tomó una mano para ver las heridas.
— ¿Te peleaste con un rosal? — preguntó con cara seria el moreno.
Yura frunció el ceño más aún y trato de soltar su mano de las del policía, pero este no se lo permitió y comenzó a curar los rasguños y los cortes mientras sonreía. El ruso se sonrojó de tener al policía tan cerca. Ese hombre le ponía muy nervioso.
— Tenemos que hablar sobre Jj Yurachka — dijo Otabek. Yura se sobresaltó aunque el policía había hablado suavemente.
— ¿Sobre qué? ya te dije todo lo que sé.
Otabek le miró muy serio y un poco irritado.
— ¿Todo? — y sujetó su otra mano fuertemente — puedo asegurar que sólo me has dicho la mitad de la historia. Mañana volveremos Viktor y yo, que quede claro que voy a llegar al fondo de todo. Así que espero esteis mañana aquí tú y tu primo, ¿entendido?
Yura asintió aún sonrojado y vio como Otabek salía de allí a toda prisa.
Viktor encontró a Yuuri en su comercio. Cuando entró al local el olor de las hierbas y las velas aromáticas le inundó las fosas nasales.
Yuuri vio estupefacto como su ídolo desde la infancia entraba por la puerta de su local.
Viktor se acercó al mostrador.— Buenos días Yuuri Katsuki— dijo con una preciosa sonrisa el patinador.
— Bu...buenos días — contestó muy nervioso Yuuri.
— Yuuri, ¿cierto? — preguntó mirando a los preciosos ojos al japonés — ¿ Así que...un brujo, eh?
Yuuri casi se atraganta con su propia saliva.
— Oh...asi que me has descubierto... — contestó algo divertido el azabache. Sabía que los habitantes de Hasetsu ya le habían ido con el cuento de la maldición a Viktor y a Otabek.
— Vaya... ¿No lo vas a negar? — preguntó asombrado Viktor — ¿que clase de hechizos haces entonces?
Yuuri soltó una pequeña carcajada que al platinado le resultó encantadora.
— Bueno...hago champú... lociones...cremas...— Yuuri señalaba los botes perfectamente alineados en las estanterías — a mi madre y mi tía les gusta inmiscuirse en los amores ajenos...
— ¿Y la maldición? — preguntó Viktor acercándose un poco más a Yuuri que se puso nervioso con la cercanía del patinador. Cuando se sonrojaba se veía más hermoso y a Viktor le gustaba saber que él era el que provocaba aquello.
— Ya...la maldición...ya te habrán dicho ¿no? — dijo un poco triste Yuuri— provocamos la muerte.
Viktor vio como se le entristecía el gesto al azabache y acarició su mejilla sonrojada con la mano para consolarle. Yuuri al notar aquel contacto soltó un jadeo por la sorpresa. Y un cosquilleo en el vientre le hizo estremecer. Por su parte Viktor no quería romper ese contacto. De hecho quería abrazarle, besarle y no soltarle jamás. ¿ Por qué? Pensó el ruso, si lo conocía de hace sólo unos días...¿por que sentía que debía estar con él?
Yuuri le miró a esos ojos azules como el cielo y por un momento se perdió en ellos.— ¿Que...quería algo más? — preguntó Yuuri rompiendo el contacto visual.
— Me llevaré este champú — dijo con una sonrisa.
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Casi magia
FanfictionFanfic de Yuri on ice. Adaptación de la película "prácticamente magia" del director Griffin Dunne. Los personajes son de Kubo sensei como ya sabéis. 😘 Las imágenes no son mías, créditos a su autor.