25 ─and I miss you too

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Como era de esperarse, en el aeropuerto Tom se encontró rodeado de personas. No estaba seguro de cómo se enteraban tan rápido de qué día o a qué hora viajaría, pero no era extraño después de todo. Sucedía a menudo, aunque solía sorprenderle la eficacia que tenían al obtener datos personales sobre su persona. Se tomó su tiempo para detenerse y saludar al puñado de fans que le esperaban por los pasillos del edificio, tomando un par de fotos, sabiendo que no perdía nada al parar unos segundos a estar con ellos y ellas. Nicolas, quien caminaba detrás de él con algo de inseguridad, tan solo lo observaba sonreír a sus fans. Por suerte nadie le reconocía demasiado, pero tan solo un par de las personas allí se voltearon hacia él con una mirada sorprendida. La mayoría sabía de su existencia por los nuevos capítulos de Deadly Class, mientras que una chica en particular le sonrió al decir: "¡Hey, tu eres el chico de Tom!". Un pequeño sentimiento de nervios lo llenó al oír esas palabras, pero los guardias llegaron antes de que pudiera preguntarle a que se refería con eso, pidiéndole a dichos fans que le dieran espacio al joven actor.

Tom se detuvo justo antes de la zona de embarcaciones, sosteniendo la muñeca del menor para que detuviera su paso de la misma forma al mismo tiempo que dejaba su equipaje a un costado. El chico protestó diciéndole que llegaría tarde a su vuelo, pero ambos sabían que unos minutos más no echarían a perder nada. Holland se paró muy cerca, sonriendole de forma tan genuina que hizo que Nicolas hiciera lo mismo. Ya era tiempo de irse a Londres de nuevo, pero lo último que deseaba Tom era dejar Estados Unidos, porque significaba también dejar a Nicolas. Necesitaba tomar su agenda de trabajo entera, arrancar cada hoja con los dientes solo para poder armar una nueva. Juraba que amaba su trabajo, pero no podía ni pensar en las grabaciones de su nuevo proyecto cuando el otro estaba tan cerca.

—Esto va a sonar como una nimiedad, pero en serio, en serio me gusta tu sonrisa —dijo el mayor, provocando una sonrisa aún más sincera y algo avergonzada en Nick. Se inclinó, besando su mejilla en un rápido movimiento—. Déjame besarte.

—Tom... —el chico tuvo la intención de razonar con él, apelando a que cualquiera podría verlos, pero este no le dejó hablar—.

—Solo uno —murmuró cerca, rozando la punta de su nariz con la del chico—. Apenas si pude hacerlo en el viaje, tus amigos no dejaban de mirarnos, ¿lo negarás?

Nicolas cerró los ojos asistiendo, muy de acuerdo con aquello. Luke y María se habían ofrecido a acompañarlos al aeropuerto, así de esa forma Tom no debía tomar un uber, aún teniendo la posibilidad de despedirse de Nicolas sin problema, ya que ellos mismos estaban esperando afuera para llevarlo a casa. Pero de alguna forma Liam también llegó con ellos, por lo que él y María no dejaban de ponerse en complot para mirarse, comentar algo muy obvio sobre la "linda pareja" que harían y algo sobre cuerdas apretadas que ninguno de los dos logró entender del todo. Ellos estaban riendo, así que no podía ser nada bueno.

—Es verdad, pero eso no cambia que cualquiera de estas personas podría sacarte una foto, reconocerte... —Tom lo miró con preocupación, atento al nerviosismo del menor—. A mi no me importa, pero odiaría que lo nuestro fuera más un problema que algo real. Apenas nos estamos conociendo, Tom, siento que si muchas personas lo saben entonces todo irá para mal.

Thomas sujetó con cariño sus manos, apretándolas entre sus dedos mientras lo observaba. El ceño fruncido de Nick era mucho más que tierno, sino que le daba al término "tan lindo que podría morir" un nuevo significado. El actor sonrió para si mismo, soltando una de sus manos para llevarla hasta su cuello y allí tomar la capucha de la duradera que traía puesta el menor, levantándola hasta ponerla sobre su cabeza. La arregló con cuidado hasta que solo se veía su rostro. Como si no escuchara las advertencias del menor sobre todos los posibles peligros de sus propias acciones, Tom se inclinó y lo apretó dentro de sus brazos en un cálido abrazo. Unos cortos segundos pasaron antes de que el otro respondiera, pero una vez que lo hizo Nick se aseguró de rodear su cuerpo. Lo acercó aún más, siendo cada parte en la que se tocaban con más suavidad, apoyando su cabeza cubierta contra el cabello levemente ondulado del británico.

—Eres obstinado —murmuró con una sonrisa—.

—Mucho más de lo que crees —respondió Tom con una sonrisa, dejando un corto beso en su mejilla. Rozó su rostro con la punta de su nariz haciendo su camino hacia abajo, descansando su frente en su hombro mientras hacia que la capucha volviera a caer—. Por eso mismo quiero que dejes de preocuparte por todo esto, no tiene sentido. No hay nada que me interese como mantener lo que tenemos, ninguna reputación es tan buena como para valer perder algo así.

—¿Algo así... cómo? —deseó saber, cerrando los ojos una vez más—.

—Hermoso —respondió de inmediato Holland, moviéndose hasta apoyar sus labios sobre el cuello del chico—. Tan nuevo, libre, puro. Cada célula de mi cuerpo y cada pensamiento en mi cabeza me están pidiendo por ti, Nicolas, ¿por qué el miedo a un rumor debería ser más importante que eso?

Nick suspiró por lo bajo, aferrándose a la espalda del mayor mientras sentía sus labios pasar por la piel sensible de su cuello. Sonrió en dolor cuando sintió una suave mordida. No podía decir que no disfrutaba de las atenciones del otro, tanto que le molestaba en el fondo que ambos se encontraran en un lugar tan poco privado en ese mismo instante. Las veces que se habían visto luego de la fiesta nunca se pasaban de unos cortos besos, por lo que aquellas mordidas le traían a ambos recuerdos  de su sesión de besos en la habitación del menor.

—Holland, estamos en un aeropuerto, detente —le dijo con una risa contenida, pero el otro tomó su palabra y dejó de besarlo lentamente, para luego volver a mirarlo con dulzura—. ¿Por qué me miras así?

—Tan solo memorizo tu feo rostro —le robó un fugaz beso en los labios, tan efímero que ni siquiera Nick pudo sentirlo apropiadamente. Abrió la boca para quejarse, pero ya estaba hecho y algo dentro de su corazón le pedía al chico que volviera a besarlo. Más fuerte, sujetando su rostro en sus manos como si fuera la última vez, pero utilizó toda su energía en no suplicarle que lo hiciera. Nick tenía que mantener el orden—. Avísame cuando llegues a casa, ¿bien?

—No quiero que te vayas todavía.

Luego de un par de palabras ambos se abrazaron, por varios minutos el silencio entre los dos era el que hablaba. Ninguno de los dos entendía como era posible haberse encariñado el uno al otro con tanta rapidez, pero no lo cuestionaban. Si algo era verdad entonces debían ser sus sentimientos, porque no existía forma humana de falsificar algo tan puro como la forma en la que se abrazaban. Sus manos juntas, los labios en su cuello y las miradas tristes antes de darse un último gesto antes de despedirse por un tiempo. Nada de eso podía ser mentira, pero era increíblemente difícil de asumir que fuera verdad.

Toubia odiaba las despedidas y, para su mala suerte, ver a Tom perderse entre las personas mientras le saludaba solo ayudaba a que siguiera pensando lo mismo. Nunca pensó que llegaría a ese punto, pero incluso deseo poder irse con él.  De camino a la salida no podía pensar en otra cosa que no fuera el vacío tan notorio en su pecho, lo fuera de lugar que se sentían sus manos cuando no sujetaban las de Tom o como su cuello aún hormiguea por los besos.

—Aw, pobrecito —había dicho María en cuanto lo vio acercarse al auto, corriendo en su dirección para darle un abrazo—. Está bien, cariño, ¿quieres ir a McDonald?

Se sentía como un niño, por lo que asintió sin pensar. En el camino de vuelta lo único que le mantuvo en calma fue mirar a su celular, a ese único y hermoso mensaje que su chico le había mandado justo después de que le perdiera de vista en la zona de embarcaciones. Lo leía una y otra vez, sonriendo para sí mismo.

"Ya te extraño, deja esa cara larga. Nos veremos antes de lo que crees, Nicolas"

Y fingiendo que aquello no era exactamente lo que necesitaba, sabiendo que el otro apretaba los botones correctos en él, contestó una vez que María dejó de acariciar su cabeza como si fuera algún tipo de perro herido.

"Nick*"

Que significaba: Yo también te extraño.

EXCEPTIONS  ━ tom hollandOù les histoires vivent. Découvrez maintenant