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Una vez más el chico sonrió extrañado, escuchando como María le preguntaba tan animadamente a Tom sobre que se sentía estar tan cerca de Chris Evans. Si bien casi todos estaban algo emocionados por la presencia del actor en su reunión, ninguno de ellos llegó a decir nada horriblemente vergonzosos. Además este no tenía problemas en responder con humor las preguntas curiosas que tenían los amigos del anfitrión. Aunque no todos estaban en eso, no: Luke y Taylor estaban sentados en la alfombra y se dedicaban a jugar a la Play Station, Zendaya -que había llegado hacía poco, porque todos querían conocerla- estaba sentada arriba de las piernas de Lana, María se había acostado detrás de los primeros, jugando con el cabello de la rubia mientras le formulaba cortas preguntas a Tom. Liam y los otros estaban en la cocina jugando algunos juegos de shots, riendo a carcajadas cada vez que uno perdía, pero recién estaban empezando.
Nicolas estaba demasiado alejado de toda la situación, solo escuchando de forma atenta lo que hacían sus amigos, pero de alguna forma siempre volvía a pensar en el cosquilleo en sus labios y en el chico sentado en el otro extremo del sillón. Lo miró cuando este estaba muy ocupado riendo sobre una anécdota de María, seguro de que si volvían a mirarse a los ojos la mirada de culpabilidad de Tom terminaría por hacerle actuar impulsivamente.
Como hacía media hora atrás, cuando le respondió un tweet a alguien de la forma más tonta posible, diciendo que, en caso de que estuviera con Tom, no tendría que dejar su casa. Había sido un movimiento estúpido que solo crecían los rumores de que ellos dos existía un algo más allá que esa relación de amistad extraña que estaban creando, pero estaba demasiado enojado consigo mismo en ese momento como para pensar correctamente. La verdad era que aquel coqueteo tonto que ambos tenían se debió haber quedado en eso mismo, un juego, pero el besó cambió drásticamente las circunstancias. Nick estaba lejos de estar preparado para una relación, ¡Y hey, ni siquiera sabía si eso era lo que buscaba Tom! Sus inseguridades le hacían pensar en cosas que podrían estar tan lejos de la realidad como la Luna de un maldito Subway.
Por más que tenía su mente perdida en si mismo, pudo sentir una mirada sobre él tan fácil como si fuera un golpe. Levantó la vista por inercia hacia Tom, encontrándose con que era este el que no dejaba de mirarle. María ya no le prestaba atención porque estaba ocupada contándole a Zendaya sobre el show de TV adolescente en el que había sido protagonista. La venezolana era increíble a la hora de contar historias, por lo que podía atrapar a cualquier iluso en una simple historia de cómo hacer café. Un talento innato. Pero eso significaba que el ambiente se había relajado tanto que el chico ya no era el centro de atención, por lo que la forma en la que se miraban en ese momento se sentía totalmente privada en un sentido que no lograban comprender.
—Nico —le llamó el chico, incluso si no lo necesitaba pues no habían dejado de mirarse—. ¿No ibas a mostrarme tu colección de discos?
Pura mierda. Por supuesto que no planeaba mostrarle nada de sus discos, principalmente porque su colección se basaba en cuatro dvd de disney y dos álbumes de The Beatles, lo cual no era demasiado impresionante para nadie. Tragó saliva, preguntándose a sí mismo si era prudente meterse a sí mismo en esa situación o no. Por un lado quería poder hablar con Tom sobre lo sucedido un par de horas atrás porque necesitaba una respuesta a sus dudas, pero por otro lado solo podía pensar en sí aquel cosquilleo en sus labios se detendría en caso de volver a besarlo. Aún podía sentir el sabor tan particular si pasaba la lengua por los propios, mezclado con la cerveza que estuvo tomando luego. Estar a solas con Tom significaba que todos esos pensamientos tendrían más oportunidad para torturarlo, como si sus suaves manos aún tomaran su espalda para juntar sus cuerpos.
