Capítulo 26 - final

Start from the beginning
                                    

—Es complicado —repetí.

—¡Sé que es complicado, pero...!

Las dos nos quedamos calladas cuando alguien empezó a aporrear la puerta.

—¡Jen! —la voz de Jack me dejó helada—. ¡Abre la puerta!

Noté que se me hundía el pecho. 

Oh, no.

Naya me miró con los ojos muy abiertos.

—¿Qué...?

Volvió a aporrear la puerta con ganas.

—No quiero verlo —murmuré.

Naya respiró hondo y se acercó a la puerta. La abrió un poco para asomarse y mirar a Jack.

—Ella no...

—Naya, quítate ahora mismo —le advirtió él en voz baja.

Naya dudó un momento, pero se apartó cuando vio que era inútil insistir. Jack entró en la habitación con la respiración acelerada, despeinado y con expresión perdida. Miró mi cama y luego mi maleta. Se me hizo un nudo en la garganta cuando se giró hacia mí con expresión perpleja.

Durante un momento, ninguno de los dos dijo nada.

—Yo... —murmuró Naya—. Iré abajo con Will y Sue.

Silencio. Ella cerró la puerta. Jack me miró de arriba a abajo con esa expresión perdida que me rompió el corazón.

—¿Qué...? —empezó, buscando las palabras, pero no parecía encontrarlas—. No... no entiendo nada, ¿qué...? ¿Te vas?

Dudé un momento, tragando saliva.

—Sí —dije con la voz más firme que pude sacar.

—¿Por qué? —sonaba completamente perdido—. ¿Qué...? ¿Qué ha pasado?

—Quiero irme —repliqué.

—Anoche... yo... —se pasó una mano por el pelo—. Joder, ¿no estaba todo bien?

No dije nada. Jack se pasó una mano por el pelo, pensando a toda velocidad.

—No puedes irte —se acercó a mí—. No sé qué ha pasado, pero no puedes irte.

—Quiero irme —repetí.

Me agarró la cara con ambas manos, buscando cualquier signo de mentiras en mi expresión. Pero había ensayado demasiado. Su pecho empezó a subir y bajar rápidamente cuando no encontró nada.

—Jen, yo... —empezó—. ¿Por... por qué?

—Solo quiero irme a casa, Jack.

—No lo entiendo —murmuró—, ¿qué ha pasado? Anoche, todo estaba bien.

—Jack...

—¿Qué he hecho mal? Sea lo que sea, te lo compensaré, te lo juro, yo...

—No es por nada que hayas hecho —murmuré, notando que iba a llorar.

—¿Y qué es? —insistió, desesperado por entender—. ¿Qué pasa? ¿Por qué quieres irte?

No dije nada. No sabía qué decir.

—Solo dímelo, por favor. Solo...

—No quiero seguir contigo —le dije, tajante.

Él dudó un momento antes de soltarme la cara y dar un paso atrás como si le hubiera dado un puñetazo.

Antes de diciembre / Después de diciembreWhere stories live. Discover now