•JOEL•

26 3 0
                                    

|CAPÍTULO 2||JOEL|

Xx: ¡Cógela, pendejo! ― Christopher ha estado jugando a la pelota con Erick todo el día. En realidad no. Christopher le ha estado enseñando a jugar a la pelota. Erick no lo sabe. Entonces, durante las últimas 3 horas, todo lo que escucho es gritar, más gritos y golpes. Es ridículo.

Puse los ojos en blanco y me concentré en mi teléfono.

Joel: Idiotas― murmuré. Richard y Zabdiel no parecían preocuparse; extraño. Richard siempre molestaría a Erick por su estupidez. Zabdiel callaría a Christopher. Sencillo. Pero de alguna manera, hoy no les importó. Podría importarme menos, pero estoy empezando a sentirme irritado. Una vez más, los ignoré.

Erick: Pues, no lo sé. ¡Maldita sea, cállate!― El grito. Incluso Erick se estaba molestando. Christopher parecía igual de molesto.

Christopher: ¿Cómo esperas que me calle cuando no puedes atrapar una maldita bola? ― Estaba levantando la voz. ― ¿Cómo esperas que me calle cuando tu cerebro tonto no puede procesar las cosas que te estoy diciendo? ¿Cómo esperas que me calle si ...― Christopher se detuvo abruptamente. Sus ojos se suavizaron cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Suspiró y revolvió su cabello.

Christopher: Vamos a intentarlo de nuevo, ¿de acuerdo? ― Preguntó. Erick asintió y le lanzó la pelota a Christopher. Me aburría. No teníamos nada que hacer; aún eran 3:00 pm. Gruñí y tiré mi teléfono a los pies de la cama.

Richard: ¿Estás bien? Pareces estresado. ― Le disparé una mirada sucia.

Joel: de verdad? Yo no sabia― Sarcasmo mezclado en mi voz. Richard abrió la boca para responder, pero Erick lo interrumpió.

Erick: ¿Por qué has estado actuando tan salado últimamente? Es como si algo te hubiera arrastrado por el culo. ― Él soltó una carcajada. Zabdiel sonrió.

Joel: Si no te callas, entonces te callaré, ¿entendido?― ladré ― Estúpido cubano―murmuré. Todos los chicos dejaron de hablar y volvieron a lo que estaban haciendo. Sacudí la cabeza y me levanté de la cama. Estiré mis brazos y bostecé. Me froté los ojos y agarré mi teléfono del piso. La pantalla no se había roto; ni un solo rasguño.

Joel: Voy al parque a dar un paseo, ¿alguien quiere venir?― Solicité; los chicos solo se miraron el uno al otro ―Está bien entonces, lo entiendo. Diganle a Renato que no tardaré mucho; Volveré antes de las 6:00 ―Todos asintieron y continuaron con sus actividades.

Tomé mi chaqueta y me puse unas gafas de sol. Agarré mi teléfono y mi billetera y salí por la puerta.

-Estando Afuera-

Mientras caminaba sentía una sensación tan pesada. Realmente sentía que todo esto de ser famoso me está matando. Hay varias veces que extraño mucho mi vida anterior. Cómo mi familia, la escuela, e incluso las chicas.

Hay, como deseó ver a mi hermosa María. Esa niña me traía como nunca. Mi primera novia, mi primer amor, incluso mi primera, sí saben de lo que habló. Su cabello largo y chino. Labios rosados y ojos verde-azules. Cuerpo de una diosa. Pero por mis berrinches la perdí. Desde entonces, yo nunca volví a amar a alguien tan desesperadamente. Solo andaba con chicas en el bar y ya.

No entiendo cómo las fans puedan creer que le estoy parando los pelos a Colón. Ese chico anda por otro mundo, yo no saldría con el. Aunque pensándolo bien, él no está feo. Es bastante guapo pero por ahora no estoy dispuesto a preguntarle.

Cruce la calle y encontré una banca. Genial. Caminé hacia la banca y me senté, observando mi alrededor. Espero encontrar a alguien. Alguien que me ame mucho.

•Llegaste Tú• || Joel Pimentel || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora