Capítulo IX

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Ella entró al invernadero y Clint la siguió a la distancia. Quería verla de frente, estar seguro de que no era Natasha y si lo era, saber que no era un fantasma.

La joven de cabellera flameante parecía saber sus intenciones que no le permitía mirarla. Menos aún entre los plantíos.

Lo que podía saber era que lucía radiante, podía ver a la lejanía una sonrisa. Natasha casi no lo hacía, pero estaba 99.9 % seguro de que era ella. O al menos alguna gemela. Pero ese pensamiento no le convencía.

Después de un rato que la chica pasó ahí con las plantas, salió. Barton la siguió tratando de no ser visto, intentando que no sintiera su presencia.

Ella entró a una tienda de víveres y compró algunas cosas. La pudo escuchar hablar en ese momento.

Como si fuera transportado a la marea alta, Barton se sintió atrapado entre muchas emociones. Aquella voz en ruso era sin duda de su Natasha.

El halcón por primera vez se quedó inmóvil, ella logró pasar frente a él y pudo verla. Natasha había vuelto, de alguna forma ahí estaba, frente a él.

Ella lo miró y sonrió. La sonrisa de la pelirroja lo hipnotizó,pero había algo extraño ahí. Natasha no se detuvo.

El arquero quedó extrañado y giro hacia ella, quien seguía su camino.

ー¡Nat! ーGritó Clint pero ella no volteó.

Iba a ir tras ella, pero un par de personas interrumpieron sus pasos. Natasha se encontró con dos personas: una de ellas era una mujer de edad avanzada y el otro se veía unos años menor que su amada.

Siendo un simple espectador, podía decir que lucía muy diferente a la mujer de conoció.

En su rostro no veía dolor, no veía pena, tampoco cansancio ni arrepentimiento. Se veía libre, feliz, radiante. Su corazón simplemente se acongojó ante la belleza que tenía a unos metros de él. Sin embargo, la tristeza también fue parte de ello pues ella simplemente había pasado de largo al verlo.

¿Qué le sucedía?, se preguntó y simplemente la siguió todo el camino hasta que llegó a un pueblo pequeño, alejado de la comunicación.

Parecía un lugar tranquilo y de esos pueblos que son olvidados en todas las ciudades. Él no terminaba de entender qué hacía Natasha ahí. Pero no dejaba de quitarle la vista un segundo.

Habló con algunos lugareños y buscó dónde pasar la noche. Al menos estaba cerca del lugar donde Natasha había entrado.

Estando en el cuarto de hospedaje, algo muy rústico y sencillo, no pudo dormir pensando en Natasha. Quería acercarse de una vez a ella y saber qué había pasado, por qué lo ignoraba y qué hacía en ese lugar. Pero debía esperar el momento adecuado.

A la mañana siguiente, Barton salió a primera hora y pudo notar la silueta delgada a través de la ventana. Él estaba lo suficientemente retirado para no ser visto. Ya no resistía el poder estrecharla entre sus brazos.

La siguió hasta una "academia de baile improvisada". En la puerta del lugar había un letrero que decía: "Clases de Ballet sin costo. De 8:00 a 10:00 a.m."

Aún faltaba una hora para las 8:00 pero Natasha ya estaba ahí. A través de la ventana apenas podía ver un espejo chico y un radio muy viejo.

La miró ponerse unas zapatillas de ballet y después escuchó la música. Nunca había visto a Romanoff bailar de esa manera. Sabía que en algún tiempo había practicado ballet, pero esta era una nueva faceta de la pelirroja.

Quedó maravillado con la forma de bailar de la espía, su destreza, su delicadeza. Era simplemente hermoso todo el panorama que la pintaba.

Al dar las 8:00, varias niñas de diferentes edades llegaron con ella. Natasha las saludó alegremente y comenzó la clase, ella la estaba impartiendo.

Era paciente, amable y dulce. El arquero se sintió más cautivado que antes ante la imagen que tenía frente a él. "Sabía que serías una excelente mamá", pensó con una sonrisa al ver aquella escena. Pero también sabía que ella no quería hablar del tema porque le habían echo.

La Romanoff que conocía sufría por dentro todos los días y cargaba con mucho peso sobre sus hombros pero quién estaba frente a él era totalmente opuesta. ¿Acaso su mente le estaba jugando mal y visualizaba a Romanoff en aquella mujer?

Barton aún no estaba seguro. Y por tanto, pasó otros tres días solo al "acecho". Veía a Natasha pasar muchas horas en un pequeño jardín, donde él pasaba para tratar de estar un poco más cerca, pero al mismo tiempo guardaba su distancia.

Ella aún no le hablaba, aún no lo reconocía y eso le hizo pensar que quizá la mujer que veía era solo un delirio.

Aún asi, quería creer que era ella. Esa noche, para serciorarse de que era ella, sacó una foto de Natasha que guardaba en su chaqueta desde que ella se quedó en Varmir y la mostró al dueño de las habitaciones dónde se hospedaba.

Éste le aseguró que era la profesora de Ballet y le contó que llegó ahí una madrugada cerca de la casa de los Romanova hace unos meses atrás. No tenía memoria de quién era ni qué hacía ahí. Pero poco a poco su "cuerpo" recordaba cosas como el ballet.

ーLos Romanova la acogieron y le llaman Anastasiya. Perdieron a su hija cuando era apenas una niña, Natalia me parece se llamaba. Así que la cuidan como si fuera su verdadera hija perdida.

ーSi es así, ¿Por qué no decirle Natalia?

ーPorque Iván Romanova le dijo a su esposa que era una falta de respeto a la memoria de su hija. La acogerian y tratarían como a su hija nada más. Y Anastasiya es provisional hasta que ella recuerde quién es. ¿Acaso usted sabe quién es?

ーAún no estoy seguro. ーDijo Clint llevándose lo que quedaba de su bebida a la boca. ーGracias. ーConcluyó, retirándose a su cuarto.

"Natalia Alianova Romanova hija de Iván", Barton recordó aquellas palabras del esqueleto rojo que vieron en Varmir. "Iván Romanova", se dijo en susurro recostandose en la cama.

ーPor fin volviste a casa, Nat. ーApenas sonrió de lado pero un nudo en la garganta se formó.

Aún no comprendía del todo, pero Natasha había vuelto a su hogar sin saberlo apenas meses atrás, eso era seguro. Lo que quería saber era sobre lo que pasó con ella antes de ese tiempo.

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Nota: lo prometido es deuda. ¡Sí salió un poco más largo! Gracias por seguir este Fanfic. Espero les siga gustando y me gustaría saber qué piensan, qué les va pareciendo.

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