Capítulo 31.

424K 56.8K 89.3K
                                    

Hoy es peor que ayer, pero seguramente no peor que mañana. Cuando llegué de visitar a Rose, quien está recuperándose bastante bien, me encontré con la noticia de que he vuelto a salir en el periódico, solo que ahora con Willy.

El reemplazo del príncipe Stefan.

Ese es el titular que acompaña la foto en tonos blancos y negros en la que Mernels me abraza en el tejado y sobre la cual afirman que se trata de mi nuevo interés amoroso tras la ruptura con el rey regente.

Papá ha salido camino a las instalaciones del periódico, furioso por lo que han publicado y aunque no creo que consiga que dejen de mencionarme, considero necesario que sepan cuanto nos disgusta lo que hacen.

—¡Emily! —llama mi madre desde el piso inferior.

—¿Qué sucede? —contesto después de salir de mi habitación para embarcarme por las escaleras.

—Soy yo —Me recibe la voz de Willy, quien porta un gesto triste consigo contrario a su radiante traje de la guardia civil —. Vi lo del periódico y cuando tuve mi primer tiempo libre vine a ver como estabas. No imaginas cuanto lo siento, Emily. No quería que esto pasara.

—No es tu culpa —llego a él y lo invito a sentarse —, es de los periodistas. Ya no saben qué inventar para incrementar sus ventas.

—Son el único periódico de Mishnock. No tienen competencia. —Me recuerda.

—Igual, no importa. No dejaré que eso me destruya.

—¿Estás segura? Puedo ir y decirles que solamente somos amigos, les daré una entrevista si quieren.

—En una semana me iré de Palkareth y en el pueblo donde reside mi abuela nadie compra el diario. Estaré a salvo.

—De acuerdo —asiente, mientras mamá se pierde en la cocina, dejándonos a solas —. Hay algo más que quiero decirte. Yo también me iré.

—¿Cómo? ¿A dónde? ¿Cuándo?

—Me lo dijeron hace poco, por eso me dieron el permiso antes de mediodía —en su mirada la preocupación es latente. Duda en hablar, así que le insto a continuar —. Me entregaron una carta con la que me informan que se solicita mi presencia en la frontera. No fui el único, muchos de mis compañeros también fueron convocados.

—¿Te trasladarán a la guardia azul? —digo sin poder creerlo.

—Así es. Alegan que hay escasez de soldados y que dentro de unos días implementaran el servicio militar obligatorio y quizás de esa forma podamos volver, aunque no es tan fácil.

Recuerdo haber escuchado a Stefan decir que la guardia azul le estaba pidiendo prestados hombres a la civil. Lo dijo cuando nos encontramos en el bosque Ewan, pero supuse que era algo pasajero.

—¿A qué te refieres con que no es tan fácil volver?

—Según nos explicaron debemos cumplir un mínimo de un año, después de eso podemos retornar a nuestras labores en la guardia civil con un ascenso. Yo no pensé que fuese escogido, pues apenas soy un patrullero y jamás habían escogido a uno. No sé si verlo como suerte o simplemente una mala jugada.

En ese momento mis alarmas se encienden. ¿Por qué es Willy el primer patrullero escogido para enfrentar la guerra en la frontera? Y aunque intento buscarle miles de explicaciones, solo hallo una respuesta. El periódico y Stefan.

—No puedes aceptar, Willy.

—No puedo negarme, caballo. Mi patria me requiere y debo acudir a su llamado. Si digo que no, me sacaran de la guaria civil y yo quiero ascender por mis hermanas y mi madre. Quiero darles la vida que se merecen y sin trabajo no puedo hacerlo.

El perfume del Rey. [Rey 1] YA EN LIBRERÍAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora