Epidemia fatal

revelación profunda, heridas profundas

Aclaración: Este será el capítulo más fuerte de todos, ya que habrá bastante violencia gráfica y alguna que otra referencia sexual, si te gusta este tipo de contenido espero que disfrutes el capítulo

Ha pasado un día desde que llegó Tracker y les contó lo ocurrido en la selva, a partir de ese momento todo en la ciudad se fue cuesta abajo, Ryder recibía reportes de nuevos ataques por parte de niños y adolescentes, cada vez eran más frecuentes los infectados por ese supuesto virus y los heridos iban en aumento, los cachorros no tenían ni un momento de descanso, ya que en ocasiones las llamadas eran incluso a mitad de la noche y no podían dormir, ya se veían afectados por el cansancio, Ryder se había percatado de ello y decidió darles un pequeño receso, incluso la cachorra husky, Everest aprovechó la presencia de Tracker para dar una pequeña visita al chiuahua luego de enterarse lo sucedido con Carlos.

Por su parte, Rocky se encontraba pensando todas las cosas que pasaban en su cabeza, cuando Alex le inyecto aquella sustancia lo último que recuerda es que empezó a oír una voz algo conocida para él, por suerte cuando despertó Tracker y los demás no habían salido del cuartel así que pudo dirigirse a su casita sin necesidad de dar mayor explicación del por qué estaba inconsciente, pero desde ese día su actitud cambió drásticamente, se la pasaba angustiado, asustado y nervioso, él sabía que aquel líquido no era una cosa cualquiera, el problema es que él no sabía qué era ni qué hacía; así que sólo se limitó a permanecer en su puphouse para evitar algún problema o sospecha.

Ryder por su parte también se encontraba muy pensativo, el estar viviendo una situación así lo ponía muy tenso y angustiado de lo que fuera a pasar, aunque trataba de ocultar sus preocupaciones algunos cachorros comenzaban a sospechar algo, pero preferían no decir nada para no elevar la tensión.

Al menos hasta que recibieron otra llamada de auxilio, un  ataque de niño, así que respiró profundamente y fue a la parte alta de la torre de control para contarles a sus cachorros la situación y llevarse a Marshall, Chase y Rubble con él, los demás cachorros al saber que no los iban a necesitar decidieron ir a la planta baja para ver su programa de televisión favorito: Apolo el súper cachorro, pero una cachorrita cockapoo tenía otro plan y necesitaba hablar con alguien , ese alguien era el miembro acuático del equipo.

Rocky se encontraba profundamente dormido, pero no tenía un buen sueño, o al menos no parecía, estaba inquieto, balbuceaba, y abría los ojos de vez en cuando; además de que se quejaba de un extremo dolor de cabeza, el causante de todo esto era aquel líquido que le brindó Alex a su cuerpo, este llevaba un día sin hacer nada, pero hoy era la excepción y esto lo tenía sufriendo bastante; y de repente comenzó a escucharla, la voz de aquel ser que salió del niño.

- Bien Rocky, llegó la hora, es el momento de ponerte a prueba, en unos minutos se activará el virus desde dentro de ti, y podrás cumplir tu objetivo... Y estuve pensando para infectar también a otras generaciones de canes tendrás que buscar descendencia, para tu suerte en el cuartel hay dos cachorras, tú encárgate de ellas y podrás tenerlas como trofeos.

Dentro del cuartel estaban los cachorros restantes viendo el maratón de Apolo, hasta que Skye decidió pedirle ayuda a Zuma.
- Oye, Zuma- dijo la cockapoo algo nerviosa- dime Skye, qué sucede?- preguntó el labrador al ver que la cachorrita estaba algo temblorosa- puedo hablar contigo... En privado?- claro, supongo- terminó Zuma antes de seguir a la cachorrita hasta la planta alta del cuartel.

- Bueno Skye, deja ya tanto misterio, qué sucede?- preguntó el labrador.
- Zuma, necesito tu ayuda en algo que siento con el corazón- dijo la cachorrita.
- Bueno, pero es que no sé de qué hablas, estás enamorada?- preguntó el labrador, sólo para ver cómo Skye se sonrojaba, Zuma ya tenía una idea de lo que iba a hablar Skye, ya que él hace un tiempo supo que la cockapoo estaba enamorada de Chase, estaba formulando algunas teorías en su mente; hasta que las palabras de la cachorra lo sacaron de sus pensamientos.