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*Narra Bianca*

-Bueno pequeña, puesto que tu amiguito no se a dignado a aparecer, te vendras con nosotros...-dijo el chico de los cabellos rojizos, que me tenía sujeta por el brazo.

-Qué?!, sueltame!-grité asustada, zafrándome de él y corriendo a toda prisa hacía la puerta.

Cuando alcanzé a rozar la manilla de la puerta, el chico rubio me agarro fuertemente de la camiseta y me empujo con brusquedad haciendome caer al suelo.

-Dónde crees que vas?, Te crees que esto es un puto juego?, no tenemos tiempo para esto, y por tu bien, mejor quedate quieta, porque como se te vuelva a ocurrir dar un solo paso más, te tendre que pegar un tiro, me oyes?, y creeme no sería nada agradable, entendido?!-me gritó el chico de cabellos rubios.

Luego me agarró de la mano, y me giró el brazo, subiendome la manga de la camiseta para verme la muñeca, mientras el chico de los cabellos rojizos le tiraba algo que no alcanze a ver.

-Ai!-grité, mientras miraba mi muñeca, y acto seguido ví que el chico rubio sujetaba una especíe de aguja.

-Esto te mantendra tranquila por un tiempo...Creeme.-dijo mientras me sonreía divertido.

Sentí como la cabeza empezaba a darme vueltas y la sonrisa del chico de duplicaba y se veía cada vez más y más lejana...Hasta que todo desapareció en la oscuridad.

*Narra Cameron*

-Vaya paliza que te e dado en el billar Matt, eres muy malo.-Le dijo Nash mientras se reía.

-Si si, claro. Haciendo trampas como no.-Le respondió Matt con el ceño fruncido.

-Al parecer no solo el billar te se da mal...Tampoco aceptas las derrotas...-susurró Nash.

-Lalalala, que decías?, no te oigo.-dijo Matt.

-Venga va chicos, paren ya.-dije yo riendo, mientras los observaba.

Llamamos a la puerta. Estuvimos un rato esperando, pero al parecer nadie abrió.

-Ei, que raro...No se había quedado Bianca?-dijo Matt.

-Sí...Puede que haya salido.-dijo Nash no muy convencido.

-Lo dudo.-respondí extrañado.

Conocía a Bianca. Y sabía perfectamente que no se iba a cualquier sitio sin avisar a todo el mundo antes. Además...Si se hubiera ido fuera, habría pasado por la sala de juegos antes...

-Nash, tienes la targeta de la habitación de repuesto?-le pregunté.

-No, se la presté a Bryan.-me respondió encogiendose de hombros.-Habra que forzar la puerta.

-Qué...?, Sería mejor ir a recepción y pedir que nos dieran...-empezó a decír Matt, pero Nash ya le había pegado varias patadas a la puerta, la cual se abrió segundos después.

-Bueno, vale, eso tambíen esta bien, supongo.-Acabó por decír Matt.

Entramos en la habitación que estaba vacía, y tal como la habíamos dejado antes de irnos...Me fije en la cama de Bianca...En ella yacía un sobre negro con el nombre de Nash escrito en él.

-Que es eso...?-dije acercándome a toda prisa, mientras empezaba a leer la carta en voz alta para que los chicos también la oyeran.

"Querido Nash...

Al jefe no le a gustado mucho tus últimas repentinas interrupciones en sus "asuntos", y básicamente nos mandó a que te dieramos un pequeño recado. Debido a tu ausencia, nos hemos llevado a tu amiguita con nosotros, tomatelo como un cambio, es jodidamente guapa, tienes suerte de tenerla, que pena que tal vez no la vuelvas a ver...En fín, tienes 28 horas para venirla a buscar, y ocupar su lugar, te esperamos en el almacen abandonado de Flein, procura venir solo. Diviertete.

Atentamente

J.S."

-QUE MIERDAS HAS HECHO NASH?!-Le grité enfurecido mientras arrugaba la carta con fuerza y me acercaba hacía él.

-Que?!, yo no he hecho nada!, No tenía ni la menor idea de que esos bastardos descubririan donde estoy, y mucho menos que acabaríamos así!-me respondió alzándome la voz.

-A no?!, te dije desde un principio que no metieras a nadie de nosotros en esta puta mierda, que pensaras lo que hacías!, Y ahora por tu culpa se la han llevado! Dios!-le escupí con rábia, mientras me tiraba de los cabellos frustrado.

-Desde cuando te importa tanto ella Cam?, pensaba que habíamos dejado los margenes establecidos...-Me dijo Nash mirándome molesto.

-Me importa una mierda los margenes, lo que habíamos hablado, me importa una mierda todo esto Nash; ella es diferente, la necesito, lo entiendes?, No sé porque, pero la necesito a mi lado, necesito saber que esta bien...-le dije mientras lo miraba fijamente.

Y todo era cierto. Cada palabra. La angustía y la preocupación que había sentido al acabar de leer la carta, al pensar en que se la habían llevado..., me lo confirmaba.

-Esta bien...Vámonos, no hay tiempo que perder.-dijo Nash.

Nadie dijo nada más. Nash cogió las llaves del coche y los tres salimos por la puerta de la habitación.

Hold on {Cameron Dallas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora