Hold on {Cameron Dallas}

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Mientras andábamos por aquel lugar, me sentía más absorbida por el maravilloso entorno que nos cautivaba.  Ni siquiera estaba pendiente de Cameron, simplemente me dedicaba a mirar de un lugar a otro como una niña que cree haberse perdido. Sus palabras rompieron el silencio. Parecían salir todas pegadas y retumbar en mi cabeza confusamente, como esas maquinas de juegos de los salones recreativos. 

-Cuando mi madre consiguió separarse de mi padre, o por lo menos huir de él conmigo, no teníamos donde ir. -Empezó explicándome.-Mi  padre se había empeñado en que mi madre no debía trabajar, no quería que lo hiciese y por ello no teníamos dinero. Yo apenas recuerdo esos días, para mí todo aquello me resulta muy difuso. Mi madre era gran amiga de tu padre. Se habían conocido en el colegio y hasta pocos años de que mi madre conociera a mi padre, eran inseparables. Tu padre nos compró una casita de por aquí para poder estar tranquilos. Él ya estaba casado y te tenía a ti por aquel entonces. Cuando vosotros veraneabais siempre nos juntábamos. Así que tu y yo ya nos conocíamos de antes técnicamente. Esta era tu casa de veraneo, de ahí la carta que has encontrado. La cosa se complico después. Mi padre se volvió a casar, y tuvo a Nash, el cual es hermanastro mío. Nada de lo que te he contado anteriormente de tu tío es verdad. La verdad es que mi madre enfermó y falleció y luego todos nos perdimos en cursos distintos. Yo no tenia donde ir, así que me fui a vivir con mi padre y conocí a Nash. Tendría unos siete años cuando todo sucedió. Mi padre siempre andaba metido en embrollos y nunca supero que mi madre lo abandonará. De hecho siempre culpaba a tu padre, siempre la había intentado alejar de él. Creía que tenían una aventura...Y por eso siempre quiso hacerle daño. Y ahora que ya la ha perdido definitivamente, ha entrado en la locura. Y por eso te ha querido hacer daño a ti. Por qué sabe que eres importante para él, y por aquí es donde se empieza a destruir a las personas, por aquello que más quieren. Nash es solo un peón de su tablero. Al igual que yo, al igual que todos.

Cuando finalizó apresuradamente no supe como reaccionar ante todo aquello. ¿Qué era verdad?, ¿Qué era mentira?, y lo más importante...¿Debía creerle después de todo?

Cameron pareció sentirse desahogado por haberme contado esa parte que desconocía en referencia a él. Ni siquiera me miró a los ojos ni dejó de andar durante su narración.

Necesitaba algo. Algo por su parte para que me demostrase que no me estaba engañando de nuevo. Que me quería a su lado, que sus intenciones eran de una vez por todas sinceras...

Pero no hubo nada.

Además, ¿por qué mis padres no me habían hablado de ello? ¿Por qué yo no recordaba haber escrito esas cartas? ¿Por qué me resultaba todo tan aspero, confuso y distante?

Era cierto que yo no veía mucho a mis padres, y pasaba más tiempo con mi tío...¿Y por qué se habían inventado  tantas mentiras Nash y Cameron desde el principio? ¿Solo para asustarme? ¿Que pretendían conseguir?

-Bianca...-su voz me rompió de nuevo mis pensamientos.-Creo que deberíamos volver.

-Cameron no te creo. No entiendo nada, quiero irme a mi casa. Ahora.-dije ignorando sus palabras y sus gestos que parecían por alguna razón inquietos.

Estaba presa del pánico, creía que la presión en el pecho que en ese instante sentía me iba a aplastar los pulmones. 

-No puedes volver a tu casa Bianca. No es seguro para ti...-empezó a decir.

-¡Cállate!, ¡deja de decirme que es o no es bueno para mí! ¡Estoy harta de todos, de ti, de Nash, y de todas vuestras estúpidas redes de mentiras! Si quieren matarme que lo hagan ya joder, pero dejad de marearme, prefiero estar muerta que loca.-le escupí con rabia. Las mejillas me ardían y me costaba respirar, pero cogí la poca voluntad y fuerza que me quedaba y me giré a paso rápido para alejarme de  todo aquello que me atormentaba.