Con el fallecimiento de su novio, KiBum pierde todo color en su alma y corazón, sin embargo lucha para salir adelante, en su camino conoce a TaeMin, quien pintará su vida de nueva cuenta, empezando su lienzo desde el negro marchito hasta el blanco p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Realmente amaba a Minho. —Kibum dio un corto sorbo a su taza de café. Afuera el día era frío y estar en la cafetería de la universidad les era más conciliador a sufrir sentados en las mesas del patio.
—¿Pero? —Taemin se animó a preguntar, él tomó un trago de su chocolate bien caliente, detestaba el café por lo amargo.
—Pero el maldito egoísta me dejó solo.
—No es cierto, estoy aquí, ¿acaso no cuento?
Kibum le dedicó una mirada a su amigo y asintió dando una sonrisa.
—Tienes razón, él se fue y tú llegaste.
Taemin se mordió el labio inferior, era su tic cuando sentía que debía abrazar a su amigo, sin embargo no deseaba incomodarlo y aunque ya llevaban meses de conocerse sentía que aún había barreras entre ellos.
Muchas veces imaginó a Kibum llorando en una solitaria cama de hospital, las veces que Jonghyun le contaba el cómo se encontraba le hacía temblar, se había acostumbrado a escucharle hablar con Minho aunque él no viese nada, imaginarlo hablar en el hospital o incluso imaginarlo sumido en una crisis donde solo se podían escuchar los gritos suplicando por su novio le dolía.
Kibum era fuerte, pero Taemin sabía que había llegado un poco tarde, sentía que su amigo más que ser eso, era un simple muñeco viviente que era forzado a permanecer en un mundo en el cual ya no debía estar y eso dolía al doble porque quería mucho a Kibum como para expresarle lo que pensaba.
—¿Has comido bien? —Preguntó finalmente después de unos segundos.
—¿Eh? Claro, lo normal.
La mirada acusatoria fue notoria, Key cada vez se veía más pálido y delgado, apostaba a que se saltaba las comidas y esos sangrados constantes le hacían pensar en que necesitaba urgentemente vitaminas y mucho potasio.
—Key...
—¿Mh? —Kibum bajó la mirada hacia la mesa.
—Estás sangrando.
Kibum tomó unas servilletas y limpió su hemorragia, negó lentamente y condujo sus ojos hacia su costado, escuchando y siendo quizá regañado por su novio, eso Taemin no lo sabía pero lo intuía.
—No quiero ir. —Murmuró.
«Ve al médico, necesitas hacerlo»
—No.
—Key, vamos a la enfermería, no estás bien.
—Estaré bien, es solo que no he tomado agua suficiente.
—Kibum —Taemin suspiró expresando lo que sentía—, en poco tiempo me agradaste, en pocos días llegué a conocerte un poco más y ahora mismo estoy preocupado por ti, por tus desmayos, tus hemorragias y tu palidez, ¿seguro que comes bien?
