- Quiero el divorcio, nosotros nunca debimos continuar y yo sé que en gran parte ha sido culpa mía pero voy a tratar de arreglar todo el daño que he hecho y todo el daño que me hice a mi misma.-

- Gala no estás pensando con claridad...-

- Al contrario amor mío, nunca tuve algo más claro en la vida y tú también sabes que es lo correcto...-

- Nuestra hija...?-

- Haremos un gran trabajo como padres, pero no me pidas que soporte más tiempo está gran mentira, porque me estás haciendo daño Gabriel y ya no quiero sufrir...- las lágrimas invadieron a Gala y Gabe impotente la abrazó.

- No quería lastimarte, no quería dañarte...-

- Ya lo sé...-

- Sabes que trataré de recuperarla, verdad...?-

Gala se apartó con brusquedad, la mano se ella se impactó en la mejilla del jóven.

- Basta de esto Gabriel! Que te hace falta para ver que no es correcto?-

- La amo Gala...-

Ella negó furiosa, pero ahora y por primera vez en mucho tiempo su hermana no fue la causa de su furia.

- Eso no puede ser amor, tienes un problema Gabriel, estás obsesionado con ella...-

- No entenderías lo que siento por ella, nunca lo harías...-

- No te atrevas a molestarla, déjala en paz...-

- Sabes que no puedo hacer eso, no después de saber que ella también me ama...-

Gala lo miró sorprendida, algo muy malo pasaba por la mente del hombre.

- Quiero que tomes tus cosas en este momento y te vayas, sal de mi vida y la de mi hermana gabriel.-

Días después mediante Rafael Gala firmó la demanda de divorcio, en la que estaba incluida la custodia compartida de su hija.

Aquella tarde Sonia y Marissa, junto a la fiel Nana Polita, organizaban sus maletas para partir a Italia a la boda de Sole y Marcelo.

Su padre cargaba orgulloso a la bebé, Gala veía todo con una sonrisa triste, aún no había sido capas de contarles lo que había ocurrido, pues para ella también parecía irreal, era como una pesadilla de la que no lograba despertar.

- Gala ya tienes vestido para la boda?-

- Perdón, que...?-

Sonia y Marissa compartieron una mirada curiosa, Gala solía ser muy parlanchina y en los últimos días apenas decía unas cuantas palabras y su semblante estaba muy decaído.

- Todo bien querida?-

- Hay algo que no les he dicho, yo me divorcié de Gabriel...-

- Cómo dices?- Valentín entró en escena de inmediato.

- El y yo nos dimos cuenta de que nunca debimos casarnos, así que firmamos el divorcio hace unos días...-

- Pero si estaban muy felices con la llegada de Ángela... todo esto fue por Sole verdad?-

- No tienes porque culparla Valentín, Sole no tiene la culpa de que Gabe no sepa superar las cosas.- Valentín le dedicó una mirada asesina a Marissa .

- Lo importante ahora es que tú estés bien querida, te apoyaremos en todo...-

Gala abrazó a Sonia, al no tener a su mamá con vida ella era lo más parecido a una.

- Muchas gracias sonia.-

- Debes traer tus cosas y las de tu hija a casa de inmediato.-

- Gracias Papi pero Ángela y yo tenemos nuestra casa, además debemos ir a la boda de Sole...-

- Las maletas ya están listas, los vestidos también solo falta que tú quites esa cara!- Gala rió y trató de sonreír pero le fue imposible.

- Es que acaso quieres que tu hermana te vea triste?-

- No, claro que no... debería decirle lo que pasó?-

- Es mejor que no, no queremos agobiarla a días de casarse...- Marissa estuvo de acuerdo a lo que su  madre dijo.

- Bien si tienen todo listo, deberíamos salir de una vez si queremos llegar a buen tiempo al aeropuerto.-

Las mujeres partieron solas ya que Valentín seguía sin querer ver a la menor de sus hijas, las horas se fueron lentas, las varias escalas que hicieron en distintos países sirvieron para distraerla, cuando por fin llegaron a Italia estaba demasiado cansada, Sonia se encargó de cargar a Ángela y algunos empleados llevaban sus maletas, iba tan distraída pensando en nada que no vio al hombre que caminaba con más prisa que ella.

El golpe la hizo caer, sorprendida se incorporó encontrándose con un hombre alto, muy alto y rubio, demasiado músculos pensó Gala.

A su lado iba un niño también muy alto para su edad y demasiado parecido a él, serían padre e hijo pensó Gala.

- Es que acaso no ve por donde camina?-

El hombre le habló en inglés, un idioma que ella no dominaba a la perfección, algo que distinguía a los Greco era el hablar perfectamente el italiano y español, pero el inglés no era su fuerte.

- Papá creo que no te entiende, háblale en español...- el hombre asintió divertido y revolvió el cabello de su pequeño clon.

- Perdone iba distraída, realmente no los vi... estás bien pequeño?- el niño empezó a reír.

- No entiendo que les hace gracia.- dijo ella molestandose más.

- Disculpé nuestros modales bella mujer, Leo Córdoba, un placer...- el niño rodó los ojos, su padre usaba ese truco para conquistar mujeres muchas veces.

- Gala Greco, un placer también...-

El rubio la miró de pies a cabeza y ella se sintió incómoda, sabía que estaba algo subida de peso pero vamos que su hija tenía casi tres meses de nacida y ella nunca había sido muy buena atleta.

- Todo bien hermana?- Marissa llegó mirando de manera amenazante al grandulon que debían reconocer tenía una sonrisa hermosa.

- Querida, Ángela empezó a llorar creo que tiene hambre...todo bien por aquí?-

- Si, todo bien, vámonos...- Gala tomó a la bebé ante la mirada sorprendida del hombre por el extremo parecido de la niña a su madre y lo pelirrojas que eran.

- Espero volver a verla!-

Marissa soltó una carcajada y Gala de puso roja, más si era posible.

- Mírate tan rápido y ya conseguiste novio.-

Gala sonrió divertida y sin pensarlo volteó hacia atrás donde el hombre seguía observando su partida, compartieron una sonrisa tímida, volverían a verse, eso estaba seguro.

Amor bajo llave.Where stories live. Discover now