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Las promociones no son las mejores, Jungkook lo admite. Había estado distraído en los pasos de baile, tropezando con las letras a través de la mayoría de las canciones y muy perdido en las entrevistas. Al menos sabe que sus fans no se quejarán de nada de eso si no que pedirán que lo dejen dormir por 24 horas seguidas reclamando a su empresa por cosas que Jungkook aceptó y firmó y se ofrecerán para cuidarlo mientras tanto. Alguien tan perfecto tiene muy permitido equivocarse a veces, no hay mucho que hacer. 

Jungkook realmente hizo todo lo posible por ser el mejor e intentó no pensar en el chico que tiene escondido en su casa. Excepto que no es realmente un chico, Jungkook supone mientras toma su décima taza de café. Hoseok debe tener al menos 30 años, un maldito hombre hecho y derecho, con un esposo, una casa, hijos, casándose a los 25 con un Jungkook de 23 tal vez. 

Dioses, es demasiado.

Finalmente, el día va terminando y él trata de no ser demasiado obvio cuando su mirada sigue moviéndose al reloj gigante en la pared o mirando su teléfono y deseando que los minutos vuelen. Sus respuestas son un poco mierda, sabe, pero tiene una situación en casa a la que necesita volver y tal vez debe comprar el almuerzo para ellos en el camino a casa si puede salir de aquí en los próximos diez minutos.

"No sé qué pasa contigo hoy, pero sólo...vete ya" Namjoon finalmente le dice y es por eso que Jungkook siempre lo tendrá como su primer amor.

"Gracias, hyung" dice con fervor, recogiendo sus cosas y corriendo hacia la puerta, la dignidad olvidada hace tiempo.

Jungkook no tiene idea de que cosas le gusta a Hoseok pero compra todo lo que puede y llena cuatro bolsas antes de llegar a casa. Tiene que poner las bolsas en el suelo para que pueda desbloquear la puerta principal, pero tan pronto como entra, Hoseok está allí agarrando las bolsas de sus manos y corriendo a la cocina con ellas.

"Gracias a Dios, me muero de hambre y tu cocina está vacía" dice Hoseok mientras se dirige por el pasillo. "¿Cómo te fue hoy, cariño?"

Jungkook mira a Hoseok vistiendo unos pantalones diferentes y una vieja sudadera verde y cálida de Jungkook que no recuerda haber visto por años. Es suelta través de los hombros y se detiene a mediados del muslo y esa una vista que lo tiene increíblemente distraído. 

"En realidad no fue lo mejor" se sincera Jungkook, quitándose los zapatos y siguiendo a Hoseok en la cocina. Lo encuentra vaciando las bolsas, buscando algo pero no guardando nada así que él mismo abre algunos armarios y comienza a hacer eso. "Estuve algo distraído por mi pequeño secreto en casa"

No se pierde un destello de la sonrisa de Hoseok.

"Oye, ¿dónde encontraste esa sudadera?" pregunta después.

Hoseok hace una pausa desde donde está abriendo una bolsa de papas "Oh" dice con un ceño fruncido en esa hermosa cara suya. "Lo siento, ¿no se me permite usarlo?"

"No, por supuesto que puedes" dice Jungkook rápidamente. Está congelado en medio de la cocina con una bolsa de sal en una mano y una lata de atún en la otra. "No la he visto en mucho tiempo, eso es todo"

"Estaba en la parte trasera del armario con un millón de zapatos que ya no usas y un sombrero que huele un poco dudoso para ser honesto" dice Hoseok. Todavía tiene el ceño fruncido y parece un poco perdido.

"Oye, no te preocupes" dice Jungkook suavizando su voz y guardando las cosas en la parte equivocada para que tenga las manos libres. Se acerca a Hoseok, su tacto cauteloso mientras cierra sus manos alrededor de las muñecas de Hoseok y se toma un momento para maravillarse de lo delicadas y delgadas que parecen bajo sus propias manos. "Puedes tener lo que quieras, lo que es mío es tuyo ¿no? O lo será en unos meses, de todos modos"

FUTURO, Junghope. COMPLETA.Where stories live. Discover now