Venganza [ I ]

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Mala idea. Muy mala idea haberlo mencionado. Mi corazón empezó a latir todavía más fuerte y mis manos ya empezaban a sentirse mojadas. Lo mire a los ojos sin decirle nada y solo parpadee. Comenzó a acercarse a tal punto de sentir su respiración mezclada con la mía, su aliento cálido y  su pecho casi tocándome.
- ¿Que pensaste?- hizo una pausa- ¿Que te iba a seguir el jueguito pendejo?- dijo susurrándome mientras rozaba sus labios con los míos. Mis ojos se abrieron de par en par cuando sentí un leve empujón hacia atrás- te dije que no soy ningún puto, así que vas y se la chupas a otro si tenes tantas ganas- rió por lo bajo.
¿Me había dolido? Si, realmente me había dolido. Estaba jugando conmigo, pero no iba a dejar que gane. ¿Me iba a vengar? Probablemente. Una sonrisa de costado se formo en mi rostro. El me miro raro. Yo solo lo observe de arriba a abajo como haciendo un escaneo, tome mi libro y camine directo hacia la cama. Prendí el velador y me acoste para empezar a leer. Ni una palabra salió de mi boca. El seguía mirándome con una expresion extraña, supuse que pensó que iba a reaccionar mal, pero no. Yo solo quería venganza, y gritarle o enojarme no era parte de mi plan.

[ Sábado 14:38 pm]
La semana había pasado bastante lenta. Gabriel casi no me dirigía la palabra, yo tampoco a el. Lo odiaba, pero una parte de mi sentía cosas aunque no sabia exactamente que eran. A pesar de todo deje que pase y que sea una semana "tranquila", por así decirlo. Hablaba con los chicos, estudiaba, dormía y comía como si nada. Intercambiábamos algún que otro dialogo en seco solo por el hecho de compartir cuarto, pero eso era todo.
Me desperté cuando escuche ruidos en los pasillos y mire el reloj. 14.38. Estaba bien por ser Sábado, casi siempre me levantaba tarde e iba directo al almuerzo sin desayunar. Ya había rendido dos de mis tres parciales, así que no andaba tan preocupado tampoco. Baje a comer para encontrarme con los chicos.
- Que carita eh- rio Mikeas
- Recién me levanto, salame-
-Nos dimos cuenta- agregó Tomás- te estábamos esperando para buscar la comida-
Así que eso hicimos. Los tres nos levantamos y nos servimos en los platos para después volver a nuestros lugares.
- ¿Como va la convivencia?- preguntó Mikeas metiéndose un pedazo gigante de milanesa en la boca.
- Emm...bien, mejor- mentí-
- ¿No pensaste lo que te dije el otro día?- me miro Tomás algo serio.
- Estoy bien, de verdad-
- Yo se que no llevarte bien con tu compañero pue...-
- ¡Estoy bien Tomas!, de verdad- dije interrumpiendo sin mucha paciencia.No tenia ganas de hablar sobre eso. Ambos se miraron.
- Perdón, no quise gritarte-
- Esta bien- miro hacia su plato todavía lleno de comida- solo te queremos ayudar-
- Yo...- no logré terminar la frase cuando la puerta del comedor se escucho y Gabriel entró con dos amigos a su lado. Pasaron por delante de nuestras mesas haciéndose los "malos". Idiotas, pensé.
- Míralo al putito- logré escuchar decir al más alto. Gabriel y su otro amigo rieron.
- Que no te ande manoseando de nuevo Gabi, a ver si lo tenes que denunciar.- volvieron a reír. Mi cara hervía de la bronca.
- ¿"De nuevo"? ¿Como que de nuevo?- preguntó Tomas haciendo referencia a lo que había dicho el amigo. - ¿Paso algo entre ustedes?- me miró raro como intentando comprenderme.
Mi vista paso directo de ellos hacia Tomás. Me quede unos segundos mirándolo con rabia.
-¿Que tenes en la cabeza como para pensar que puede pasar algo con el, pelotudo?-
- Bueno Tato calmate fue una pregunta nada más - intentó frenarme Mikeas.
- Pregunta las pelotas ¿sabes? Vas a creerle a estos inútiles ahora, la que me faltaba.-
- No dije que le creo a nadie, solo que...-
- Solo que me crees puto, ¿¡no!?- me paré de la mesa bruscamente- ¿Sabes que? Si vas a seguirles el jueguito, sos igual de inútil que ellos- tomé mis cosas y me fui. Todos en el comedor voltearon a verme.
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- Pendejo forro- pensaba mientras mordía el lápiz con el que intentaba subrayar mis apuntes. No me podía concentrar, pero por lo menos lo intentaba. Me había ido de casa para continuar mi vida cerca de la facultad y estar pendiente de mis estudio, pero Gabriel lograba  sacarme de mis casillas y lo peor, distraerme. Intente calmarme porque tenía un plan y ponerme agresivo no era parte de este. Respire como hacía siempre para calmar mis nervios. Inhalo y 1...2...3...exhalo. Sabia que cuanto mas me saque, peor sería. Parpadee unas cuantas veces, y volví al cuaderno. Mientras leía una y otra vez las oraciones que yo mismo había anotado en clases, escuché la manija de la puerta.

"Compañeros de cuarto"- [Qualicchio]-Where stories live. Discover now