Donna había pasado los últimos días rastreando por satélite toda la ciudad de Kazán, obteniendo pequeñas pistas, debían ir tan pronto les sea posible, no irían ellos cuatro como en la mayoría de las veces, esa vez iría López, García, Miller, Kendall, Pelton, y otras chicas más, abordarán un Dornier 328 Jet, en su versión de 14 asientos, era de Donna lo tenía en un aeródromo a las afueras de la ciudad, iban a prepararse con un plan, y con todas las cargas de municiones posibles.

Nervios y más nervios recorrían el cuerpo de Donna, el día para abordar se acercaba, no sabía que era lo que iba a pasar, no tenía en mente que podía ocurrir, cada vez que ella salía a matar a alguien tenía el pesar de si regresaba o no con vida a casa, en su lado de la cama daba vueltas y vueltas a las 2:27 de la madrugada. Mouque despertó al sentir su inquietud, la abrazó y la pegó fuertemente a su cuerpo, haciendo que su respiración golpeara con su frente.

-¿Qué tienes?-Aún con ojos cerrados habló.

-No es nada amor-Ella intentó desviar su pregunta.

-Tantas vueltas en la cama y sin poder dormir no es por nada.

-Solo que... Espero podamos volver con vida.

-Amor que pesimista eres-Mouque dejó de abrazarla y se sentó en la cama y le vió, ella como niña escondiéndose de un mounstro se tapó con la cobija, segundos después quitó aquella cobija de su rostro y tomó asiento al lado de él.

-Así soy, pero de que lo matamos lo matamos-Elevó sus manos sobre su cabeza en seña de no saber, él negó con su cabeza y luego soltó una risilla, se le fue encima besandola y haciendo que la espalda de ella pegara contra la cama, en un mal movimiento se acomodó mejor y pegó al muchacho contra ella mientras le rodeaba la cintura con sus piernas, se separaron un poco viendose fijamente-Te amo-Con sus manos tomó sus mejillas y ahora era ella quien lo besó, él entre el beso le respondió un "Yo más" el beso era largo, profundo, deseoso, con ganas de más, Donna llevó sus manos al pecho de Mouque deteniendolo y alejándolo uno poco de ella.

-Eres una niña-Empezó a reír.

-Y tu muy maduro, ¿No?-Le siguió la risa. Mouque se levantó atrayendola a ella quedando sentados, ella sobre él, la besó por muy corto tiempo y llevó su mano a la orilla de su franela, ella hizo fuerza contra su mano y se rió entre el beso-Déjame hacerlo yo-Se quitó la camisa y dejó su torso desnudo, él copio su acción, y al mismo tiempo soltaron ambas prendas a un lado de la cama, Mouque la tomó de la cintura y la abrazó, ella llevó sus brazos al rededor de su cuello, se unieron en un beso, un beso que se hizo eterno para ellos, al separarse el bajó por su cuello y llegó a su pecho, dejaba pequeños besos en sus senos y sus manos divagaban por su espalda, las manos de Donna jugaban con los cortos cabellos que pasaban su nuca, la respiración se agitaba, y a ella el tacto frío de su lengua le provocaba escalofríos, jadeaba tan bajito que a Mouque le causaba excitación, él ya estaba tan caliente, hirviendo, sentía cierta presión en su entrepierna, y ella no se quedaba atrás porque también la sentía, estando húmeda y extasiada con cada toque que el le hacía, sentía el roce y ella lo intensificaba, en presión soltó un quejido, y como pudo sin lastimarla la recostó nuevamente a la cama, se deshizo de las prendas de ella y de él e hizo contacto con su piel.

Las caricias, los besos, las embestida, sensación de placer, la clave para saber que todo estaba bien, Donna no sabía en qué momento empezó a necesitar de él, pero ahí estaba amandole y entregandose a él como si no hubiera un mañana.

Él estaba encima de ella, entraba y salía, mantenía un ritmo constante y agradable para ambos, él siempre pensaba en ella, en hacerla disfrutar y en que se sintiera a gusto con cada roce, tacto, beso y embestida, se acercó a besarla y ella lo tomó fuerte de los hombros y lo hizo girar.

-Es mi turno-Agitada empezó a moverse, le costaba porque ella también estaba al mismo punto de excitación que Mouque, gemia y paraba en movimientos, pero él la tomaba de las caderas y le daba esa ayuda que necesitaba-Ya... Ya creo... Que voy a... a-acabar-Y en segundos cayó sobre el pecho de Mouque Gimiendo tanto como sus cuerdas vocales se lo permitieran, Él la abrazó y también gimio, menos que ella pero ahí estaban, bañados en sudor, Donna se hizo a un lado y le vio-Deberiamos tomar una ducha.

Mouque le sonrió-¿Lo intentamos otra vez?-Ésta le devolvió la sonrisa, se levantó tomandolo de un brazo y atrayendole hacia ella hasta ir al baño. Era una madrugada larga para ellos.

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Hola ya falta poco para terminar🤗 gracias por llegar hasta acá.

Lucibg

Lucia Biancardi.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2019 ⏰

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