CAPÍTULO 19.

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La palabra "feliz" no definía con exactitud como me sentía. Me sentía como si estuviera en un sueño en el que todo sale como tu quieres, y, para ser sinceros, todo ahora mismo estaba saliendo como quería. Brad me correspondía, estoy sacando mi curso adelante, tengo amigos, mi familia es feliz -y yo también-. Lo que decía, como un sueño. Y no tengo más mensajes raros en mi bandeja de entrada, lo que me relaja. No del todo, pero lo hace. 

Después de la búsqueda del tesoro, le dieron el premio a una chica pelirroja, muy pelirroja de mi curso, y creo que no le gustó el premio ya que era un diploma en el que se leían las palabras "¡Felicidades, has ganado!" 

Lo tiró antes de subir al autobús. 

De vuelta a casa, le mandé un mensaje a mi madre de que en una hora más o menos llegaríamos allí. Me respondió un "ok" en el que tardó más de media hora en escribir, y guardé el móvil en mi bolsillo para no sacarlo más en todo el viaje. 

Suspiré profundamente y apoyé mi frente sobre el cristal de la ventana. Brad, que escuchó mi suspiro -para no hacerlo- se giró y me sonrió, cogiéndo mi mano para después besarla. Mi corazón empezó a ir más rápido, como siempre pasaba cuando Brad estaba cerca. Se inclinó y dejó un suave beso en mis labios. Se apartó sonriendo. 

—Hola. 

—Hola —dije riéndo. 

—Pareces feliz —dijo el, todavía sosteniendo mi mano.

—Lo estoy, créeme. Por primera vez en tiempo. 

—Me alegro de que estés feliz. ¿Por casualidad no seré yo el causante de eso?

—¿Pero qué dices? Han sido las chuches que nos han dado de premio de consolación. Ha sido mejor premio que el de la ganadora. 

La chica pelirroja, que se econtraba en el asiento de alante se giró y dijo falsamente indignada:

—Oye, por lo menos he ganado. 

—Pues no parecías muy ilusionada cuando te han dado el diploma —dijo Brad riendo. 

—No te preocupes, ¿te doy una chuche? me han sobrado algunas. 

—Vale. 

Pasó la mano por entre los dos asientos de delante y cogió la bolsa con todas las chuches que me sobraban. 

—¡Oye! —grité, pero en verdad me daba igual. 

—Oye tu, que he sido yo quien ha ganado. 

Reimos y me desplomé en el asiento. Giré mi cara y observé detalladamente la cara de Brad, mientras el estaba con los ojos cerrados. Abrió solo uno y me miró por el rabillo de este. 

—Deja de mirarme, me estás asustando. 

—No te estoy mirando. 

—Ya, claro, lo que tu digas. 

El rió, una risa imperceptible y con una mano agartró mi nuca, y atrayó su cara a la mía, besándome después. Gemí mentalmente. Esto era el cielo. Podría acostumbrarme a besarle siempre. 

—¡Alexis!

Alguien gritó. Dos segundos después Kate estaba enfrente de nosotros, tambaleandose a causa del movimiento del autobús. Yo le miré confundida, ya que no decía nada, pero sin embargo estaba ahí parada, sin decir nada. 

—¿Quieres algo?

—Si, ven conmigo y Shannon a la parte de atrás.

Sin respuesta por mi parte, Kate se inclinó y agarró mi mano, levantándome. El cinturón de seguridad hizo presión en mi estómago, impidiendo que me fuera con ella. 

Un cambio contigo. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora