CAPÍTULO 18.

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"Justo en ese momento, te das cuenta de que...somos infinitos."

Suspiré cerrando el libro, preparándome para irme a dormir ya. Mañana era viernes y era la maldita excursión a la montaña. Por Dios, ¿de quién fue la idea de organizar una excursión un viernes para ir a la montaña? Además, nos teníamos que despertar a las 6 de la mañana, para salir en los autobuses a las 6.30.

¡Que emoción! Pues no.

Llamé con un silbido a Crash, quien ahora dormía conmigo siempre, y cuando estuvo ya en la cama conmigo, apagué la luz y me fui a dormir.

Por la mañana, cuando sonó el despertador parecía que solo había dormido dos horas. Sigo pensando que esto es de locos. Salté de la cama y me metí al baño para darme una ducha fría.

Bueno, fría al principio por que luego la puse calentita y estuve allí un buen rato. Me vestí con ropa cómoda y me hice una coleta para pasar menos calor cuando andáramos por el bosque. Cuando bajé a la cocina, mi madre ya estaba despierta y desayunando, pues me tenía que llevar ella hoy.

Brad no podía, por que al igual que yo, teníamos que llevar mochilas más grandes, y no podría llevarnos a los dos en la moto. Bufé y me senté en la mesa frotándome los ojos.

—Esto es inhumano. ¿Quién se levanta tan temprano? Las calles todavía no están ni puestas.

A mi madre le hizo gracia lo último que dije, pero simplemente negó con la cabeza y dijo:

—Nunca viene mal madrugar un poco.

—¿Un poco? ¡Una hora! ¿Sabes lo que es eso? Por que yo sí, es como una eternidad. Daría lo que fuera por dormir una hora más ahora mismo.

Ella se bebió su café de un trago y se levantó llevando su desayuno a la pila. Sacó cereales y leche de la nevera y me las puso delante de mi cara.

—Desayuna rápido, coge tu mochila y vámonos.

—¿Pero todo a la vez?

Ella sonrió y me besó en la mejilla, para luego irse escaleras arriba. Saqué mi móvil del bolsillo por si tenía algún mensaje o alguna llamada, pero nada. Vida social, ¿dónde estas?

Engullí básicamente mi desayuno y dos minutos después estaba metiendo en el maletero del coche la mochila para la excursión. ¿Ir de excursión a un spa? ¡Que va! mejor nos vamos al bosque con los bichos y los animales.

—Cuando volváis me avisas y vengo a recogerte ¿vale? —me dijo mi madre nada más entrar al parking del instituto, donde esperaban los autobuses y habían ya grupos de alumnos esperando a que estuvieran todos para subirse.

—Claro —le respondí quitando el cinturon de mi alrededor— Adiós mamá.

Me incliné y le di un beso en la mejilla. Bien, allá vamos. Salí del coche y saqué del maletero la mochila. Me la puse a la espalda y casi me caigo para atrás del peso que llevaba. Otra razón más para odiar esto.

Vi a mi madre irse con el coche mientras yo me sentaba en unos escalones para esperar a alguien que conociera. Al final, Haley, la del grupo de baile vino y se sentó conmigo.

—¿Emocionada?

—No sabes cuanto —dije, el sarcásmo notorio en mis palabras.

—Creo que estás en el mismo lugar que yo —ella rió— Por cierto, ¿tienes pensado volver con nosotras al grupo de baile?

—No lo sé, no creo que quiera volver a caerme y abrirme la cabeza. 

—Si te unes otra vez, prometo que no dejaré que te suban a ningún sitio. 

Un cambio contigo. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora