Solo eres una Herramienta

Capítulo 23: El principio de otra historia

En casa de la joven pareja Uzumaki, un delicioso ramen humeaba en el plato frente a él, así lo había recibido su dulce esposa.

Naruto le contaba todo lo que había pasado mientras disfrutaba de su ramen. Hinata se alegró por Sakura, le entusiasmaba la idea de que sus hijos crecerían juntos.

—¿Na-Naruto? ¿Qué pasó con Sasuke? ¿Él volverá a la aldea?

Él sorbió la pasta y le dedicó una mirada. —Oh, cierto, olvidé contarte eso — el rubio sabía perfectamente que Sasuke estaba en la aldea, puesto que lo vio partir primero en la madrugada para llegar antes que ellos. —A todo esto... No he ido a dar el reporte al hokage y aún no sé en que términos quedaron — sonríe ampliamente —es que moría de ganas por verte Hinata, hehe, hehehe — tallaba su nuca —pero confío en que todo irá bien para esos dos -
— su semblante mostró esa seguridad para los ojos perlas.

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Flash back ~

Eran cerca de las 3:00 de la madrugada, el ojinegro estaba afuera de la alcoba donde sus ex-compañeros dormían, recargado al lado de la puerta. Sumergido en sus propios pensamientos indecisos, cuando de pronto alguien le tomó el hombro obligándolo a volver a la realidad. Su mejor amigo y molesto zorro.

—No puedes dormir ¿eh? ¿Cuánto tiempo piensas estar vigilando?

¿Desde cuando él sabía que estaba ahí? O mejor, ¿cuánto tiempo llevaba ahí espiando? El azabache sin inmutarse lo mira con el rabo del ojo y safa su hombro del agarre.

—No te importa, métete en tus propios asuntos —. Sus miradas electrizantes chocaron.

Ambos decidieron calmarse y no empezar una riña, estaban de acuerdo en que estarían en problemas sí ella despertaba. Se asomaron a la habitación para asegurarse de que la chica aún dormía, al ver que sí, suspiraron, sus miradas se encontraron y voltearon sus rostros al mismo tiempo en sentido contrario con el típico —¡Jmnh! — al unisono.

Luego de algunos minutos de silencio, recargados sobre sus espaldas a la pared, Uchiha decidió partir de nuevo a su habitación.

—Oye Sasuke, sí la quieres, deberías buscar otra alternativa para estar a su lado, verás, cuando alguien ama no se rinde fácilmente, ¡de veras! — el ojinegro se detuvo sin voltear, lo miró de reojo sobre su hombro. —Podemos hablar de esto sí tu quieres —, se encogió de hombros.

—Vamos a mi habitación — reincorporó su marcha.

—Oye Sasuke, estoy felizmente casado con una mujer maravillosa, y yo no... Bateo de ese lado — se cruzó de brazos y arqueo una de sus rubias cejas.

Las venas en su cabeza se vieron abultadas —te estoy llevando ahí para hablar... No te hagas ideas estúpidas, maldito imbécil — arrastró las palabras.

Al rubio se le escapó una risita y siguió a Sasuke —de veras.

Al llegar a la entrada de su habitación se detuvo, miró la puerta rota y suspiró, Naruto había parado atrás de él.

—No quiero lastimarla, para ti siempre es fácil todo — lo miró sobre el hombro hacia atrás.

El rubio frunce el ceño —te equivocas, nada es fácil en esta vida ¡De veras! Si es difícil es porque vale la pena, la respuesta es "luchar por conseguirlo y nuca rendirse". Siempre te miré como un chico pródigo que conseguía hacer cualquier cosa sin siquiera despeinarse... Pero luego de conocerte, supe que también te esforzabas y decidí convertirte en mi rival... Sí te rindes ahora no eres un digno oponente, no eres ni la sombra de lo que fuiste — apretó la manos en puños —solía admirar a Sasuke Uchiha, creía que era un tipo genial y todo eso — uno de sus puños azotó la pared —maldición, Sasuke.