Por otro lado Juliana había convencido a una de sus mejores amigas para que fuera con ella a tomar el curso de joyería que le había regalado a Calle. Las fechas eran muy cercanas, así que terminarían marchándose de Florida casi al mismo tiempo.

Daniela había aprovechado los días con su hermana para hacer distintas cosas. Ir a exposiciones de arte, tomar clases de yoga, probar un sinfín de platillos veganos, etc. Pero algo que no había hecho era hablar con ella sobre el asunto de Fernando.

- ¿Me acompañas al jardín? - la morena le preguntó a su hermana quien veía televisión en la sala.

La rubia la siguió y se sentaron en el pasto mientras disfrutaban de la calidez de los rayos del sol. Calle no adornó la pregunta ni tuvo la intención de hacerlo, con Juli las cosas eran transparentes sin importar de qué se tratara.

- ¿Qué pasó con Fernando? - le preguntó sin rodeos - Y quiero respuestas Juliana. Quiero que seas honesta.

La chica respiró hondo y esperó unos segundos antes de empezar a hablar.

- Lo vi antes de venirme para acá - le contó con un tono de voz que Daniela interpetó como triste - le expliqué que de verdad lo amaba, pero que no estaba dispuesta a poner mi vida en pausa por él ... no sabemos cómo va a terminar todo y tú sabes que yo no puedo vivir sintiendo que tengo las alas amarradas.

Calle entendía perfecto lo que su hermana quería decir. Juliana era un ser libre, sin ataduras, sin dramas. Estar con Fernando era hacer a un lado todo por lo que había luchado durante su vida.

- Lo amo Dani, tú lo sabes - Juli la miró y los ojos se le llenaron de lágrimas - pero me amo más a mí misma y no me importa que suene a egoísmo.

- A veces ser egoísta es bueno, tú me lo enseñaste - la morena sonrió y la abrazó durante un instante - lo importante es que tú estés bien. Aunque eso tarde un poquito. ¿No?

- Me voy a ir - Juliana la tomó por sorpresa.

- ¿De qué hablas? - Daniela la miró confundida - ¿Te vas a ir a dónde?

- A Cambodia. Ya tengo todo listo, eres la primera a la que se lo digo - sonrió y Calle vio una chispa de felicidad en sus ojos - me voy a ir 6 meses.

- ¿Dónde está Cambodia? - Dani se carcajeó por su falta de cultura.

- Asia - la rubia soltó una carcajada - encontré un templo increíble y siento que es lo que tengo que hacer.

- Si eso es lo que necesitas entonces me alegro por ti - Calle fue honesta - ¿No te da miedo?

- ¡Me da pavor! - Juli dijo con bastante emoción - Nunca he hecho algo así sola ... es un paso muy grande.

- Vas a estar bien, te aseguro que va a ser un antes y un después en tu vida - Dani se acercó un poco y apoyó la cabeza en su hombro - solo quiero que seas feliz ¿Sabes? Sé que nunca te digo estas cosas pero en serio te admiro más de lo que te puedes imaginar y soy super afortunada de tenerte como ejemplo.

- Dani ...

Las lágrimas cayeron de los ojos de Juli por inercia. Sabía que Calle la quería en un nivel muy alto, pero escuchar esas palabras de su boca era algo que le llenaba el corazón de felicidad.

- Yo debería ser la que dice esas palabras - la rubia le acarició el brazo a su hermana - no te ha tocado fácil midget, y a veces me gustaría poder dividir entre las dos el dolor para que no tuvieras que cargar con todo tu solita.

- Con el hecho de que estés aquí ya me haces la carga un poquito más ligera - Dani reconoció - gracias.

Se quedaron un rato más conversando en el pasto hasta que Mafe les preguntó si querían acompañarla a comprar unas cosas al centro comercial. Para Calle cualquier distracción funcionaba así que había aceptado la oferta de inmediato. Juli había preferido quedarse en la casa y eso le daba a Daniela una oportunidad de tener un tiempo mamá-hija.

- ¿Todo bien con tu hermana? - Mafe le preguntó a su hija apenas se subieron al carro - Se veía un poco triste.

- Estábamos hablando de Fernando - le explicó - terminó las cosas con él y eso la tiene un poco mal ... pero nada de qué preocuparse. Ya sabes cómo es.

- Ay Juli - la mujer sonrió - es tan especial.

- Demasiado - Calle sabía que su mamá lo decía en el buen sentido - Oye ma ¿Crees que sea muy chica para comprometerme?

Las palabras de Dani tomaron a su mamá por sorpresa y tuvo que concentrarse para no despegar la mirada de la autopista.

- ¿Qué? - fue lo único que logró articular.

- Es que he estado pensando mucho en el tema del matrimonio y yo sé que Poché es el amor de mi vida y sé que ella se siente igual que yo - le comentó con un tono de voz muy tranquilo - quizás todavía somos chiquitas para casarnos, pero podría pedírselo y que quede como una promesa para cuando el tiempo sea más adecuado. ¿Qué opinas?

Por motivos que desconocía Mafe siempre creyó que la que iba a dar anillo iba a ser Poché. Quizás aún tenía la ilusión de que su hija viviera ese proceso por el que la mayoría de las mujeres pasan.

- ¿Crees que es necesario hacerlo? - se lo preguntó con mucho cariño - Es obvio que las dos se aman, no siento que tengas que hacerlo para demostrar algo ... ¿Entiendes lo que intento decir?

- Sí, claro - Calle asintió - pero no sé ... con todo lo que ha pasado creo que sería una forma linda de hacerle saber que de verdad estoy con ella pase lo que pase. Le dije algunas cosas de las que me arrepiento y siento que la hice dudar de lo que sentía por ella ... no quiero que se cuestione si la amo menos que ella a mí o cosas así.

- Mira mi vida, si tú quieres hacerlo y tu corazoncito te dice que es lo correcto, hazlo - Mafe esbozó una sonrisa - tú sabes que para tu papá y para mí Poché es una hija más. Solo quiero que tú estés segura.

- Solo es pedírselo - alzó los hombros - nada de planear la fiesta, buscar vestido ni nada de eso ... solo quiero que sepa que no me veo compartiendo la vida con nadie más que con ella.

- Entonces hazlo mi amor, no creo que te diga que no - la mujer se rio.

- ¡Más le vale! - Dani rio con ella - Podríamos aprovechar para ver algunos anillos.

Y así la tarde con su mamá se convirtió en una búsqueda por el anillo perfecto. Calle sabía lo que quería. Algo sofisticado y minimalista que se adaptara al estilo de Poché. Quería algo plateado y un diamante que no llamara mucho la atención.
Lo que la morena buscaba era una pieza que reflejara el alma de la peliazulada. Algo sencillo pero deslumbrante. Algo que nadie más tuviera. Y en ese momento una idea se le vino a la cabeza.

- Juliana se va a hacer el curso de joyería - le dijo a su mamá - ¿Y si le pido a ella que lo haga? Le doy un boceto y que ella le de vida.

- Eso sería perfecto - la miró ilusionada - plantéaselo a tu hermana. Me parece una idea hermosa.

A Calle lo que le parecía una idea hermosa era cómo iba a pedirle al amor de su vida que pasara el resto de sus días a su lado ... pero primero necesitaba hablar con Ernesto.

VAS A QUEDARTE || CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora