Me quedaré aquí, pudriéndome, hasta que las ramas dejen de proteger a los míos, y puede pasar dos cosas, que seamos atacados, o nosotros ataquemos, pero no se cual podría pasar.

-¿No vas a decir nada, niñata? Encima que me molesto en darte la noticia yo, cara a cara, en persona. ¿no me lo agradeces?

Hasta ese momento no noto que no he dicho nada, se que odia que no le responda, por no hacerlo me he llevada buenas palizas que me dejan adoloridas durante días, o incluso semanas. Pero en este momento tengo la boca seca, el cerebro desconectado, y el corazón adolorido. He podido retenerla durante ocho meses... es más incluso de lo que una vez pudiera haber imaginado pero no se si será suficiente.

Cuando ella da un golpe en su trono salgo mis pensamientos. Me mira con más odio del que nunca he visto almacenado en una persona, aunque seguramente yo la mire así a ella.

Me aclaro la garganta.

-Me alegro por ti...supongo. -añado, haciéndola rabiar, y lo acompaño encogiéndome de hombros.

-¡Llévenla a su celda! -grita a dos guardias- ¡no la aguanto! -chilla a nadie en particular.

Vuelven a cogerme otros dos guardias y me sacan de ese habitación al fin.


Abren la puerta de la celda y me tiran dentro de la habitación. Cierran y se van.

Allí me desmorono, lloro hasta quedarme seca mientras abrazo a Jax. Él me acaricia el pelo y yo le explico lo que ha pasado. Se me escapan sollozos, lágrimas y más lagrimas y algún que otro hipido.

No me juzga, me entiende e intenta animarme, aunque no hay mucho que él pueda hacer. Siento que me estoy rompiendo, mi alma se hace trizas y me duele hasta el alma.

¿Dónde estás Niall? ¿Estáss bien? ¿Por qué ya ni cuando te pienso me siento mejor? ¿Por qué?

Caigo dormida entre lágrimas y los brazos de Jax.


Ha pasado una semana. Me lleve una buena paliza hace tres días, no aguante y le dije que no podrá vencer a los míos. La reina se cabreo tanto que mando a tres guardias a que me golpearan. Estoy mejor aunque tengo algún que otro arañazo, corte, moratón y raspaduras por muchas partes de mi cuerpo.  

Jax y yo comemos en silencio sentados al lado. Ninguno de los dos dice nada. Los dos estamos demasiado metidos en nuestros pensamientos. Él tiene hoy pelea y yo todavía pienso en como evitar que la reina salga de esta ciudad. Todavía no tengo ninguna idea y Jax hasta dice que me va a salir humo por las orejas de tanto pensar, aunque en realidad el también esta muy preocupado.

Me llevo otra cucharada a la boca mientras miro fijamente la pared de la celda. Noto que me meto algo rasposo en la boca con la última cucharada que me metí en la boca y hago una mueca de asco.

Jax me mira con una ceja enarcada mientras me llevo la mano a la boca y me saco lo que tenia dentro.

Lo miro. Es pequeño y blanco amarillento. Un pequeño trozo de papel. Dejo el cuenco de comida a un lado y desdoblo el papel.

       SEGURO QUE ME HAS EXTRAÑADO, SI NO LO HAS HECHO PROMETO QUE ME VOY A ENFADAR.

      YA VAMOS POR TÍ, ESPERAME DESPIERTA A MEDIANOCHE DENTRO DE DOS DÍAS.

                                                                                                     -TU QUERIDA AMIGA LYDIA.

¿Lydia? ¿Mi amiga Lydia? ¿Mi amiga del instituto? ¿Cómo sabe que estoy aquí? ¿Cómo que vienen a por mí? Mi cabeza esta hecha  un maldito lío y un montón de preguntas se forman en ella.

Me quedo un momento en shok y vuelvo a la realidad cuando Jax me zarandea.

-¿Quién es Lydia? -pregunta curioso.

-Una vieja amiga. Del instituto. De antes de que pasara todo esto.

-¿Se ha comunicado contigo? ¿Cómo ha podido?

-No lo sé. -respondo aturdida ¿podre salir de aquí? ¿podremos? no pienso dejar aquí a Jax.

Él me mira. Esta igual de extrañado que yo.

-Aunque... eso es bueno ¿no?

-Espero que si. -le respondo.

Por primera vez empiezo a ver la luz del túnel, y no la veía desde hacía mucho. E incluso una pequeña sonrisa se clava en mi rostro.

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