Capítulo 12:

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DREW:

A la mañana siguiente me despierto alrededor de las ocho de la mañana gracias a la alarma de mi teléfono. También llega a mis oídos el cantar de las aves y el sonido de estudiantes charlando y moviéndose más allá de las delgadas paredes de nuestra tienda. Me enderezo de golpe cuando extiendo mi mano para levantar a Emma, descubriendo que no hay nadie en el lugar que debería estar siendo ocupando por su pequeño cuerpo. Tampoco está su mochila. Suelto un gruñido antes de dejarme caer sobre mi bolsa de dormir de nuevo, presintiendo que escapó, huyendo de lo que pasó entre nosotros. Lo entiendo. Entiendo que no quiera ver mi rostro en un tiempo, pero una vez la oí quedarse dormida, su respiración suave, lo único que hice fue pensar en qué hacer para que se sintiese mejor, un buen desayuno, atreverme a abrazarle, ofrecerle terminar con Lydia al llegar a Chapel Hill, ya que sentía que no había cumplido con sus expectativas, pero sin ella aquí nada de eso es posible.

─Mierda ─gruño levantándome del todo unos segundos después.

Extiendo la mano para tomar mi ropa y ponérmela. Guardo todo dentro de la tienda en mi mochila antes de exponerme a la luz del sol, mi cabello revuelto en la cima de mi cabeza. Hay un grupo formando un círculo alrededor de una parilla. Me acerco a ellos con la esperanza de que alguno pueda decirme a qué hora o hacia dónde se fue Em. Si se fue al estacionamiento para regresar al campus o si simplemente optó por llevarse todas sus cosas a otra tienda dónde no me vea.

─¿No está aquí? ─suelta Larry cuando pregunto por ella─. Si se fue debió haberse ido muy temprano. Desperté a las seis y no la he visto salir del campamento. No me sorprendería que ya estuviese a medio camino.

Retrocedo apretando las correas de mi mochila.

─Gracias.

Larry se pone de pie.

─¿Necesitas ayuda en algo?

Asiento mientras nos alejamos de los demás.

─Estaría muy agradecido si pudieras llevar la tienda al campus.

─Claro que sí. ─Palmea mi hombro─. Te acompañaría, pero me da miedo alejarme del guía, así que este es un viaje que tendrás que hacer por ti mismo. ─Sus mejillas se sonrojan mientras su mirada se vuelve extrañamente ruda─. Drew, sé que solo nos conocemos desde ayer, pero Lydia... tu novia, es el amor platónico de todos en la facultad de derecho. No quiero meterme en tus asuntos, es decir, sea lo que sea que tengas con Emma es asunto tuyo, pero... ─Traga─. Eres afortunado de ser el novio de la chica perfecta. Yo no lo arruinaría si fuera tú.

Lo observo escabullirse en silencio. Aún tengo la frente arrugada para el momento en el que inicio el recorrido de regreso. No es igual de difícil volver al estacionamiento que ir al campamento, por lo que al cabo de dos horas reconozco una alineación especifica de árboles que indican que ya voy por la mitad. Aún así mi preocupación por Emma no hace más que empeorar. Si bien es cierto que es menos forzado debido a que las subidas ahora son bajadas, el riesgo a que sus pies se enreden en una rama o que se tropiece con una piedra es más alto. Me apresuro tras tomar una rápida pausa para devorar un paquete de galletas. Todos mis miedos se hacen realidad cuando unos minutos después escucho un pequeño jadeo femenino provenir del descenso lateral de una de las montañas.

─¿Emma? ─pregunto asomándome, tras lo cual obtengo un vistazo de su cabellera rubia llena de hojas y suciedad─. ¡Emma!

─Drew ─solloza intentando levantarse, pero fallando miserablemente.

Sus manos se deslizan sobre la arena, enterrándose, mientras su mejilla se ensucia y raspa de la misma manera que sus palmas.

─No te muevas ─gruño arrodillándome frente a ella─. ¿Qué sucedió?

Friendzone a primera vista  ©Where stories live. Discover now