Prólogo

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Un suave suspiro y se dejó envolver por el calor que se sentía a su alrededor en esa tarde de primavera. Las flores del jardín explotaban en colores y aromas, llamando la atención de mariposas que querían opacar su belleza revoloteando a su alrededor. Dos hombres veían el pequeño paisaje en silencio, escuchando el rumor del viento que no perturbaba su tranquilidad.

-Una mariposa no puede competir con una flor -su voz grave llamó la atención de la persona que se encontraba detrás suyo -La mariposa se marchita más rápido -Sus bellos ojos almendrados desaparecieron detrás de esa cortina de pestañas gruesas y la luz del sol que alumbraba en la tarde, acarició su piel. Los mechones de cabello rubio que cubrían su frente cayeron hacia atrás cuando el rostro se mantuvo arriba, como girasol, mirando el sol.

La casa fue diseñada al estilo japonés antiguo en medio de un jardín con un estanque de peces. Era tal y como aparecía en los mangas que Jungkook leía. Si no fuera porque se hizo amigo del dueño, solo podría observar desde su ventana, siendo su casa vecina de dos pisos. La cocina y algunos muebles eran de las cosas modernas en el lugar. A Jungkook le agradaba el sonido de los pasos sobre el tatami.

Ese día pasaban la tarde como cualquier otra observando desde el comedor lo bello que se encontraba el jardín. Jungkook sentía que había olvidado por unos segundos el respirar. Ver a ese hombre era completamente irreal: sentado con la pierna cruzada, dejó caer el rostro hacia atrás y mostró su fino perfil provocando que sus cabellos cayeran; vestido solamente con una camisa blanca holgada y abierta de tres botones, con el pecho descubierto, y unos pantalones de vestir color caqui ceñidos a su figura.

Comenzó ese cosquilleo en los dedos y tomó la cámara profesional que se encontraba a su lado. Se incorporó despacio, no queriendo perturbar la tranquilidad del mayor, viéndolo ya través del lente de su amada cámara. Un click, lo había captado con su espalda relajada y los brazos estirados sosteniendo el peso de su torso. El paisaje de su jardín japonés de fondo no opacaba la hermosura de ese hombre aunque no se viera su rostro.

-Mmh... - soltó el hombre, abriendo los ojos, desviando el rostro para verle por encima de su hombro -¿Es que no sueltas tu cámara nunca? -aunque la pregunta parecía que el hombre pudiera estar molesto, lo cierto es que no era así. Su cuerpo estaba tan familiarizado con ser fotografiado que parecía gritarle a Jungkook que tomara una foto por cada segundo. Por cada respirar. Click.

-No puedo soltarla, no olvides que quiero ser fotógrafo, hyung. -el hombre le dedicó una sonrisa curva y volvió el rostro hacia el cielo. No pudo controlarse. Caminó despacio para acomodarse a su lado y poder tener una foto de su perfil. Click. Así lo había conocido.

-Lo serás, Kookie. -habló el mayor, desviando la mirada del cielo para mirarlo fijamente. El tiempo parecía haberse detenido cuando sus miradas volvieron a encontrarse. El corazón del joven Jungkook se aceleró y no sabía si fue por la fé del otro, por escucharlo llamarle por ese apodo, o por la intensidad de su mirada almendrada. No podía ser que a través del lente fuera capaz de quemarlo por dentro.

-Tu mirada... -soltó el joven sin pensar, aún con el latir retumbando en los oídos, sintiendo que la garganta se le secaba y el cosquilleo en los labios era tan fuerte como sus ganas de tomar otra foto. -Es intensa.

-¿Gracias? -sus ojos se cerraron y soltó una suave carcajada, volviendo a mostrar su perfil- Kookie, eres tan tierno -le sonrió amplio y dulcemente, la imagen sensual se había evaporado, dejando ver ese lado suave del mayor que tanto derretía a Jungkook. Se preguntaba por qué Taeyung se empeñaba en decirle tierno, cuando en realidad era él quien derrochaba tanto ternura como sensualidad. -¿Vas a quedarte a cenar? Muero de hambre.

-Sí... Puedo cocinar si lo deseas...

-¿De verdad? -abrió más los ojos y sin dejar pasar más segundos, el mayor se levantó de manera ágil y abrazó a Jungkook -¡Me encantaría! Me estás acostumbrando a tu deliciosa comida -giró su rostro para besar con ternura su mejilla y una corriente de electricidad recorrió el cuerpo del menor.

-¿Eso... es malo?

Taehyung lo miró con picardía, antes de dejar otro beso en su mejilla y soltar el abrazo, levantándose del suelo.

-Depende.

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Esta es la primera parte de la historia. ¡Espero que les haya gustado!

Nos seguimos leyendo~

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