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Se mordió el labio inferior, nervioso por encontrarse en la puerta de la casa que tantos suspiros le había robado. La madera oscura le intimidaba como si ella tuviera conciencia y supiera que en realidad no la observó todo este tiempo al pasar por admirar su belleza, sino siempre esperando que el dueño del lugar apareciera, mismo que abrió de repente la puerta luego de escuchar que tocaran. Todo pareció iluminarse, su cabello aún era rosa, pero la intensidad del color había desaparecido para dejar un brillo pastel en el rubio. Solo llevaba una camiseta negra y unos jeans desgastados y rotos en las rodillas, pero le pareció un dios mejor que los griegos.

-¡Pasa, Jungkook! -se hizo a un lado para dejar pasar al nervioso joven, quien sujetaba con fuerza su mochila, sintiéndose demasiado formal por haberse atrevido a llegar con su uniforme de preparatoria: pantalón, saco y corbata. -Bienvenido a mi casa.

-Gracias... -se quitó rápidamente los zapatos en el recibidor y alcanzó a Taehyung quien caminaba ya hacia el comedor.

-Este espacio es la sala y el comedor, es mi estancia favorita porque aquí puedo observar el jardín -movió la puerta corrediza para mostrarle el paisaje a Jungkook. El menor, maravillado, sacó la cámara de su mochila y se detuvo un instante para ver a su anfitrión.

-¿Puedo... tomar fotos?

-Adelante. Me siento halagado.

Jungkook fue sacando foto tras foto. En un momento se encontraba aún dentro de la casa y minutos después ya estaba en el jardín.

-Es asombroso, es la primera vez que veo un jardín japonés.

-Me alegra que te guste, le dedico mucho tiempo.

-¿Tú lo arreglas?

-Mi abuelo me enseñó -Jungkook apartó la mirada del jardín, logrando captar la tristeza en esa sonrisa. -¿Quieres té? ¿O prefieres alguna gaseosa? En realidad tengo más gaseosas que té -la tristeza se esfumó en esa pequeña risa que contagió al menor.

-Lo que tú prefieras, hyung.

-Entonces traeré unas papas y unas gaseosas.

La tarde se pasó en un parpadeo, resultó que el mayor también coleccionaba videojuegos y compartieron trucos entre risas y sonidos de la televisión. Jungkook regresó a su casa sin ganas de estar en ella, pero con una amplia sonrisa y una sensación de calidez en el pecho.

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Nos seguimos leyendo~

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