Capítulo 4 - Chocolate

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Las horas parecían avanzar lentamente en el instituto donde todo transcurrió normalmente, pero Jack no dejaba de pensar en aquella chica que había conocido, lo había dejado cautivado y esperaba volver a verla pronto.

-Hey, ¿Jack sigues aquí? -le pregunto Hans, un amigo suyo, tal vez su mejor amigo, mientras movía una mano delante de él-.

-¿Qué? sí.

-Hoy has estado muy distraído.

-Sí disculpa, no puedo dejar de pensar en esa chica... es hermosa, sus ojos, su risa, su voz, su forma de ser -suspiró-, ¿qué decías?

-Decía que las clases ya han terminado y que ya podemos irnos a casa ¿vienes?

-Por supuesto.

-Bien, entonces vámonos -dijo y ambos se encaminaron a la salida-.

Continuaron andando por unos minutos y pasaron junto a otro instituto, y justo en ese instante Merida salía de ahí.

-Hey, mira -le dijo Jack a Hans-, es la chica de la que te he estado hablando...

-Y por la cual has estado tan distraído ¿no?

-Sí, ¿es hermosa no crees?

-Sí, tienes razón, es muy bella.

-¿Bella dices? Es bellísima... y será mi esposa algún día, ya lo verás.

-Sólo has hablado con ella unos minutos en la mañana y ya estás diciendo que será tu esposa? ¡Ay Jack!

-Claro, ya lo verás algún día... y ahora, espérame aquí un momento, iré a hablar con ella.

-Está bi... -no termino de hablar porque Jack ya se había ido-, vale, vete que yo te espero aquí-.

-Hola

-¡Eh!, hola ¿Jack, cierto?

-Sí... me da gusto volverte a ver... ¿así que aquí es donde estudias? -dijo Jack mirando el edificio. En ocasiones, su instituto y este competían por ver quién tenía los mejores alumnos, qué lástima que Merida estudiase en este y no en el mismo instituto que él -pensaba-.

-Pues sí, es aquí dónde paso recluida la mayor parte del día.

-No será para tanto ¿o sí?

-Si para ti no es tanto que los maestros sean demasiado exigentes y los alumnos unos...

-Merida, ya es hora de irnos -dijo una chica rubia mientras sonaba el claxon de su vehículo-.

-Bueno, es hora de irme, espero verte algún otro día, adiós Jack -dijo mientras se despedía moviendo su mano y caminaba hacia el automóvil-.

-Espera... ¿te gustaría tomar una café esta tarde?

-Lo siento, no me gusta el café

-Bueno ¿y qué tal entonces un chocolate?

-¡Claro!

-Bien te veo aquí a las...

-¿A las seis está bien?

-Sí, es perfecto.... entonces te veo aquí a las seis, hasta al rato.

-Hasta al rato Jack -dijo ella y el automóvil arrancó-.


-¿Y bien? ¿Que ha sido eso?

-La he invitado a tomar un café.

-¿Un café?

-¡Oh cierto, un chocolate!

-¿No te parece muy pronto para eso?

-Para nada, ¿no te he contado que mis padres se casaron tan sólo poco más de medio año después de conocerse?...

¿Lo ves papá? Te puedes volver a enamorarWhere stories live. Discover now