Capítulo 1. Extraño encuentro.

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Por fin se hizo la hora de salir. Afuera comenzó a llover copiosamente, por lo que corrí hasta mi auto. Dejé mis cosas en el asiento del 'copiloto' y dejé caer mi cabeza en el volante. Este día había sido bastante intenso. Necesitaba un respiro, necesitaba alejarme de la sociedad algunas horas. No quería ir a Mc'Donalls o Starbucks donde todas las personas iban, así que me dispuse a buscar otra cafetería. Busqué en google alguna cerca de donde estaba y por desgracia no había. La más cerca estaba a media hora de aquí. Decidí ir, total me vendría bien un té, (ya que odio el café) para despejarme y luego volver a casa y seguir estudiando. Luego de media hora y de dar algunas vueltas, di con la cafetería. Se llama "coffee & coffee" Ese nombre explicaba por qué iba poca gente. Cero creatividad.

Entré distraídamente y observé el lugar. Era muy tranquilo y pintoresco. La iluminación era tenue, pero le daba un aire interesante. Habían varias mesas, pero pocas de ellas estaban ocupadas. Reservé con mi mirada una mesa al lado de la ventana. En mis auriculares sonaba "Lie a little better" de Lucy Hale. Me los quité y los guardé en mi bolso. Caminé hacia la fila y esperé a que me atendieran. Delante de mí había una chica rubia y delante había un chico castaño que parecía un poco enfadado con la cajera. Presté un poco de atención a su discusión.

-He pedido un latte y me han dado un frapuccino-Dijo el joven.

-Entiendo, pero se percató de eso luego de terminarse su frapuccino. Si quiere un latte, lo tendrá que pagar-Dijo la cajera. Sonreí para mí, el chico estaba discutiendo sin tener razón.

-Está bien, deme un latte y se lo pagaré, pero asegúrese que es un latte-Pidió más calmado.

-Okey, aguarde un momento-Masculló la cajera. Luego de un rato, le dió un latte. El jóven lo observó minuciosamente hasta que se aseguró de que efectivamente era un latte. Se volteó y yo estaba riendo por lo bajo. Me miró y automáticamente apreté mis labios para disimular y sostuve la mirada durante un instante, para luego concentrarme en el cabello de la chica que tenía por delante. El joven arqueó una ceja, se encogió de hombros y se sentó en una mesa apartado de la poca gente que había. Por desgracia, era la mesa que yo había elegido minutos antes con mi mirada. Respiré hondo y llegó mi turno. Pedí un té verde (lo había descubierto gracias a mi mejor amiga) y dos muffins.

Caminé hacia la mesa que había elegido y miré al chico. Él me miró levantando ambas cejas.

-¿Demorarás en irte? Porque me gustaría sentarme aquí-Repuse.

-Hay otras mesas-Se limitó a responder. Me volteé y me senté en una mesa, detrás del chico.

Él me hacía acordar a alguien, tal vez de una película o serie, pero veía tantas que se me hacía difícil recordar. Comencé a tomar mi té en cortos sorbos, pues estaba muy caliente. Decidí hacer algo de tarea para adelantar, mientras mi té se enfriaba. De a ratos me quedaba observando la nuca del joven "robamesas" y luego volvía a la tarea. En un momento, lo vi mirando de reojo a mi dirección. Luego, me chistó. Levanté la mirada, pero no dije una palabra.

-Eh... disculpa mi mala actitud de hace un rato. ¿Aún quieres sentarte aquí?-Me preguntó.

-Sí, quiero. Pero ya saqué mis cosas del instituto... ya me "instalé". ¿Entiendes?-Mascullé. Fijé mi mirada otra vez en mi tarea, sin esperar respuesta.

-Claro, entiendo. Pero te puedo ayudar-Insistió. Lo medité durante un segundo y asentí. Él llevó su bandeja hacia una mesa que estaba a la izquierda de la mesa que yo quería y vino a ayudarme. Cargué con mi bolso y con las cosas del instituto y el joven me ayudó con mi bandeja. Me senté y él la depositó en la mesa. Me sonrió.

-Gracias...-Dije, sin saber su nombre.

-Dylan-Replicó y volvió a sonreír. Se sentó en la otra mesa a mi izquierda y yo proseguí con mi tarea. De a ratos, podía sentir sus ojos clavados en mí, pero no me atrevía a mirar. Luego de una media hora, finalicé con mi merienda y con la tediosa tarea. Dylan se levantó y limpió su bandeja. Decidí hacer lo mismo, pues ya tenía deseos de irme a casa.

-Déjame ayudarte-Me pidió con una sonrisa encantadora.

-Claro-Le devolví la sonrisa. Él limpió mi bandeja y me observó.

-Fue muy tonta la escena en la caja, ¿no? -Dijo entrecerrando los ojos, con miedo de que la respuesta fuera un >.

-Si, tal vez. Por lo menos me divertí-Admití mirándolo a los ojos.

-Soy el mejor en hacer ridículos, y eso que me mentalicé durante todo el día para no llamar la atención-Repuso despeinando su cabello.

-La próxima vez asegúrate de que sea un latte antes de que te lo tomes-Murmuré. Ambos reímos.

-Sí... aunque parezca un maniático tendré que hacerlo... oye, ¿cuál es tu nombre?-Preguntó.

-Shaylene, pero dime Shay si quieres.

-Bonito nombre-Sonrió.

-Gracias Dylan. Me tengo que ir, un gusto haberte conocido a pesar de todo-Murmuré y sonreí.

-Un gusto Shay. Te veo pronto?-Preguntó.

-Capaz... quien sabe-Dije tomando mis cosas.

-Adiós-Saludó Dylan. Lo saludé con la mano y salí de la cafetería. Entré en el auto con rapidez. Había parado la lluvia pero el frío era congelante. Encendí la radio y manejé concentrada hasta casa, pensando en el extraño encuentro que acababa de tener.

Frágiles Inexpertos. (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora