2. Quemaduras

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Si le preguntaran a Touya en qué momento empezó a odiar a los héroes, quizás la respuesta más sensata seria "desde siempre". Lo cierto es que nunca encontró especial interés en estos seres y mucho menos cuando "el gran héroe Endeavor" en realidad no era más que un patán que golpeaba a su madre y trataba a sus hermanos y a él como simple basura. Claro, todo eso fue hasta el incidente.

Aún lo recuerda claramente, el grito desgarrador de Shouto, su madre desmadejada llorando en el suelo de la cocina y él llamando a la ambulancia mientras Fuyumi intentaba que el dolor del niño disminuyera colocándole algo de hielo con su quirk. Recuerda las palabras del paramédico "gracias, si no hubieran actuado tan pronto, posiblemente su hermano hubiera perdido el ojo", eso no lo consoló, mucho menos cuando Endeavor solo se limitó a desquitar su ira contra su preciada madre al "haber herido a su creación". Como si fuera un juguete estropeado, como si la vida de su hermano no valiera más que un par de centavos; eso enfureció al ojiazul.

Esa noche, mientras su madre era ingresada de forma definitiva al hospital psiquiátrico y su hermano era por fin remitido a habitación después de salir de cuidados intensivos, Touya tomó una decisión: enfrentaría al villano que se vestía de héroe, se enfrentaría a Endeavor.

La pelea no resultó como esperaba y pese a los esfuerzos de Fuyumi y Natsuo por detenerlo, él fue tras del monstruo que era su padre. Quizás fue estúpido, él solo era un chiquillo de 16 años cuando eso paso, pero él estaba convencido que podría hacerle frente, que sus llamas azules serían suficientemente fuertes como para enfrentarse al héroe número 2. Que equivocado estaba.

Para empezar Endeavor no se lo tomó enserio, lo mandó a la casa junto a sus hermanos. Cuando él insistió solo recibió una cachetada, una mísera cachetada que le hirió el orgullo y le enseñó que no le debía nada a ese hombre. Esa noche no regresó a la casa, esa noche conoció a Yoko: una jovencita que caminaba por el parque y juraba que solo iba de paso. Touya supo que mentía, esa joven solo un par de años mayor era un alpha y nadie en su sano juicio estaba solo en un parque a las 3 de la mañana solo porque "andaba de paso".

Resulto ser que era una caza recompensas, una persona dedicada a robar diferentes objetos para quien estuviese dispuesto a pagarlo. El mayor de los herederos Todoroki lo considero un buen negocio: él le daría algunas reliquias familiares a cambio de que ella le enseñara a pelear. La chica estuvo de acuerdo.

Fueron meses de arduo entrenamiento, la joven alpha tenía la particularidad de absorber todo lo que se le atravesara y luego devolverlo a gran velocidad "como si una licuadora te explotase en la cara" le había dicho una vez riendo. Con el tiempo los entrenamientos se volvieron menos constantes, Touya podía jurar que ella le seguía enseñando por mero gusto, pues ya había dejado de traerle objetos valiosos desde hacía rato. El ojiazul estuvo casi tentado a pensar que era amor, que ella era su destinada. Que tonto.

<<Yoko >> recuerda que la llamó ese día, la joven le había contado que iba a irse, Touya le dijo que le esperara bajo un árbol, en el parque donde se conocieron, que él se iría con ella. Estaba listo, había preparado todo, joyas, unas mudas de ropa, agua, comida, dinero y su inseparable gorra. Había pensado en pintarse el cabello de negro, ella le había dicho que le quedaría bien pero él realmente no se atrevía. Aún cuando había dejado de vivir con los Todoroki, iba con cierta frecuencia para revisar el bienestar de sus hermanos, visitaba a su madre en el hospital y robaba a su padre en sus narices: todo parecía ir perfecto.

Ahora bajo el árbol se encontró con una imagen completamente diferente: la chica, la persona que había llegado a amar, se encontraba en el suelo, con sus ojos verdes mirando a la nada y un charco de sangre bajo sí. En el pecho una nota y entre las cejas un disparo. Touya se acercó lentamente, tomó la nota casi con miedo y leyó.

"es mejor que recuerdes quién eres, nadie engaña a un Todoroki y sale impune" –leyó, arrugando la nota e incendiándola casi de forma inconsciente. Quiso llorar, en verdad que lo quiso, quiso gritar, destruir todo a su paso, matar al desgraciado y vengar la muerte de su amiga, de su amor. Pero en vez de eso la despojó de su chaqueta, esa gabardina de cuero que tanto le gustaba y que a él le quedaba un poco justa de algunos lados y algo más corta. Tomó el cuerpo y lo incineró, ahí, en el parque, frente al árbol donde se encontraban y el lugar donde se conocieron.

Las llamas se descontrolaron, el lugar se vio envuelto en llamas, mas Touya no se movió, ni siquiera cuando las llamas alcanzaron sus ropas y su piel. Ni siquiera cuando los bomberos y la policía llegaron, el joven Todoroki casi sintió pena por todas las almas que sacrifico ese día. Quemó todo, sus recuerdos, su ropa, su carne: en ese lugar, Touya murió y nació Dabi.




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Hola gente

¡Perdón! Sé que este capítulo era para publicar el viernes pasado pero no he tenido tiempo.

Espero que lo disfruten este especial y nos veremos el viernes

Gracias a mis lindas betas Applepyan Lizzichan

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