Jungkook rió cantarinamente mirando a su padre—.Es un amigo, papi.—dijo con autosuficiencia—.Yo te dije que había hecho amigos.

—¿Así que el es uno de tus amigos, cielo?.—inquirió.

Jungkook asintió y su padre no pudo evitar sonreír, encantado con la alegría de su hijo—.Bienvenido, entonces.—murmuró hacia Jimin.

El rubio solo atinó a asentir antes de que Jungkook lo agarrara de la mano y tirara de el hacia las escaleras, encaminándolo hacia su habitación.

—Mira, Hyung.—cerró la puerta—.Es mi habitación.—le sonrió—.¿Te gusta, Hyung?.

Jimin miró la habitación, recorriéndola con la mirada lentamente. Era de un color morado clarito, con algunas finas líneas curvas de un morado más oscuro, la cama tenía un bonito edredón de color azul marino, y había grandes peluches por toda la habitación, también muchos muñecos de colección, una gran cantidad de fotografías también. Una habitación algo infantil para alguien de quince años, pero Jimin lo dejó pasar, cada uno era libre de decorar su habitación a su gusto.

—¿No te gusta, Hyung?.—la vocecilla del menor sonó triste.

—No.—se apresuró a decir—.Quiero decir, si, es bonita, es muy linda.

Jungkook sonrió, encantado—.Ven, Hyung.

Lo encaminó hacia la cama, sentándolo—.¿Quieres tomar algo, Hyung?.—ofreció—.¿Quieres comer algo?.

Jimin negó con la cabeza—.Un vaso de agua estaría bien.

Jungkook asintió—.Enseguida te lo traigo, Hyung.

Con leves saltitos Jungkook salió de la habitación y Jimin se tomó ese tiempo para preguntarse que demonios hacía en esa casa, en esa habitación, definitivamente no había pensado claramente sus respuestas cuando Jungkook le había preguntado.

No había vuelta atrás por lo que Jimin se levantó y comenzó a caminar por la habitación, echando un vistazo a todo lo que se encontraba. Jimin se preguntó si era normal que una persona tuviera tantos peluches, y ni hablar de la cantidad de diferentes muñequitos que decoraban las estanterías, eran diferentes personajes de anime y superhéroes.

Unas fotografías llamaron su atención, estaban colgados en un cuadro de corcho, algunas eran de paisajes y lugares, pero la mayoría eran de Jungkook, y eran fotografías recientes, debido a su cabello castaño, ya que Jimin recordaba cuando Jungkook dijo que su pelo era naturalmente negro, pero que se lo había teñido de castaño recientemente.

En algunas fotografías Jungkook salía con Seokjin, enormes sonrisas adornando ambos rostros. Agarró una de ellas, ya que reconoció el lugar, era el parque  al que acostumbraban a ir, en la fotografía Seokjin estaba recostado y Jungkook estaba sobre el, con su cabeza recostada sobre el hombro del mayor.

Mientras Jimin volvía a colocar la fotografía en su lugar, se preguntó porque no había ninguna fotografía de cuando éste era pequeño, normalmente la gente tiene fotografías de cuando es un bebé, hasta que crecen.

La puerta se abrió, y Jungkook entró cargando una bandeja.

—Se que me dijiste que solo querías un vaso de agua.—murmuró con una sonrisa, dejando la bandeja en el escritorio—.Pero no podía solo traerte agua.

—No tenías por que molestarte, Jungkook.—cogió el vaso de agua, dando un gran sorbo.

Jungkook se encogió de hombros—.No es ninguna molestia.—agarró un plato de galletas—.Pruébalas, Hyung.

Jimin aceptó, dejando a un lado el vaso, llevando una galleta a su boca, degustándola—.Están muy ricas, Jungkook.—dijo, cogiendo otra galleta y dándole otro mordisco.

—¿Verdad que si?.—Jungkook casi chilló—.Las compré de la tienda de una ancianita.

—Uhm.—Jimin asintió, casi riéndose, ya que creía que le diría que las había hecho él mismo.

—¿Quieres mas, Hyung?.—Jungkook acercó mas el plato hacia el, pero Jimin negó—.¿Café?.—dejó el plato en la bandeja y señaló la taza, a lo que Jimin negó nuevamente—.¿Zumo, entonces?.—señaló ahora el vaso de zumo, a lo que Jimin volvió a negar.

—Gracias por tu hospitalidad, Jungkook.

Jungkook asintió, colocando sus manos detrás de su espalda y encogiéndose de hombros, viéndose realmente muy tierno. El nunca había tenido a nadie en casa, nunca había tenido amigos para llevarlos a casa, por lo que no sabía muy bien que hacer.

—¿Quieres hacer algo, Hyung?.—le preguntó.

Jimin lo miró por unos momentos, dándose cuenta de que aquello no tenía ninguna segunda intención, y se rió, negando con la cabeza—.No, Jungkook, ya debo irme.

—¿Ya?.—Jungkook pareció entristecer.

—Si, es tarde.

—¿Es por mi?.—Jungkook bajó la mirada—.Lo siento.

—¿Por que te disculpas?.—Jimin lo miró extrañado.

Jungkook hizo puchero—.¿Te vas por que no estás cómodo? ¿Verdad? ¿Es por mi?.—colocó sus manos delante esta vez, jugando con sus dedos, sin levantar la mirada—.Nunca antes traje a alguien a casa, no tenía amigos así que no tenía a quien invitar, por eso no se que hacer o como actuar para ser un buen anfitrión.—suspiró, mirándolo—.Lo siento.

—Hey.—Jimin se acercó a el—.¿Que estás diciendo, bobo?.—acarició su cabello—.Claro que no es por ti.

—¿No?.—Jungkook lo miró expectante.

—Claro que no, tonto.—le sonrió, sin apartar la mano de sus cabellos—.Es debido a que es tarde, no por otra cosa.—aseguró—.He estado muy cómodo contigo, y te agradezco tu amabilidad.

Esta vez el menor sonrió, mostrando una enorme sonrisa de conejito que cautivó al mayor.

—Entonces.—Jungkook titubeó—.¿Si.. te invito otro día.....vendrás?.

Jimin asintió sin pensarlo, queriendo que la alegría del chico perdurara en su rostro—.Por supuesto.

Jungkook aplaudió, mostrándose muy contento.

—Eso es genial, Hyung.—se puso de puntillas—.Podremos jugar, y ver películas, o leer juntos....—se detuvo un momento, mirándolo—.O lo que Hyung quiera hacer.

—Me parece muy bien.—Jimin asintió con una gran sonrisa—.Pero por ahora me tengo que ir.

—Oh.—Jungkook asintió—.Está bien, Hyung, pero yo te acompaño.—se ofreció el menor agarrando su mano y acompañándolo hasta que estuvieron en la entrada.

Jimin fue quien abrió la puerta—.Ya nos veremos, niño fresa.—bromeó.

Jungkook rió cantarinamente—.Ya nos veremos, Hyung.

Y antes de que Jimin se girara por completo, Jungkook se colocó de puntillas y dejó un apretado beso en la mejilla del rubio, para decir un rápido "Adiós" y cerrar la puerta.

Jimin sonrió, esta vez no siendo sorprendido por el cálido beso.

Se estaba acostumbrando a ellos, y no solo eso, sino que además le gustaban.

Strawberry Milk.  ❤Jikook❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora