Capítulo 36

9.6K 831 67
                                    


¿Sabéis que este capítulo tiene como 3 versiones diferentes?

Ayer fue mi cumpleaños y creo que el mejor regalo fue ver que ya llegamos a los 70K de lecturas.

¡Mil gracias!

No os olvidéis de comentar y votar por favor.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Las noches cambiaron y se tornaron más interesantes, ya se me había hecho costumbre cenar con Strom una vez que dejaba a la avispa en su hotel y su compañero se encargaba de vigilar que no hiciera una de las suyas como escaparse, por ejemplo. Para suerte mía, Luciana no nos había dado problema alguno, inclusive cuando se enteró de que el alemán y yo estábamos saliendo gracias a la bocazas de Ava, no se inmuto e hizo como si nada pasara. Aún así, al día de hoy aún me resultaba bastante extraña su actitud porque de alguna forma sabía que ella quería algo con él, podía verlo en su mirada.

—Entonces, Strom y tú ya...

—¿Strom y yo qué?— me meto un trozo de chocolate milka a la boca.

—Mira que eres lenta, Jinx.— se queja Ava— Lo que Lib quiere decir es si ya te tiraste al alemán.

Empiezo a toser de forma descontrolada, maldita Ava y su forma de hablar, un día de estos me iba a matar con otra de sus ocurrencias. Las tres estamos tiradas en el suelo, era algo muy normal en nosotras desde que nos mudamos juntas ya que cada vez que había algo interesante que contar hacíamos un círculo tumbadas sobre la alfombra y empezábamos a hablar. Ahora que lo pienso...éramos un poquillo extrañas.

Doy pequeños golpes en mi pecho y no levanto la mirada del techo por nada en el mundo.

—¡No! No pasó nada de lo que os estáis imaginando.

—Bueno, podría haber pasado.— Liberty empieza a reír — ¡Se te han puesto las mejillas rojas!

—El nazi se nos está quedando atrás, llega a ser Patrick y no te deja salir de su habitación.

— ¡Ava! ¡Ni puta gracia, EH!

Por el rabillo del ojo puedo ver como mis amigas se mofan de mi una y otra vez y yo intento explicarles que el quedarme con Strom algunas noches no significaba precisamente que acabara en su cama con él. Bueno, si lo hacía pero no en ese sentido porque lo único que hacía era poner mi mejilla sobre su pecho mientras mirábamos algo en la tele aunque tampoco iba a negar los besos que nos dábamos a mitad de una película.

Cuidado con el alemán #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora